Hoy quiero hablar de un problema que afecta desde hace tiempo al cómic de superhéroes y del que estoy seguro que todos nos hemos quejado en mas de una ocasión, eso que se conoce comúnmente como “escribir para el tomo”. Un problema del que parece que por fin están empezando a ser algo conscientes dentro de las editoriales y que para hablar del mismo voy a utilizar un cómic que hace precisamente lo contrario, como ejemplo de como deberían hacerse las cosas. Un ejemplo que reconozco que también he escogido porque nunca esta de mas hablar de lo muchísimo que estoy disfrutando de la etapa de Jed Mackay en Doctor Extraño. Eso si, cuidado porque hay numerosos SPOILERS de este tercer numero.
Lo dicho, todos nos hemos quejado de esto de “escribir para el tomo” o el “decompresive storytelling” o simplemente el estirar las historias. Esa tendencia de muchos autores de contar en cinco o seis números una idea que hace unas décadas hubiera dado para uno solo como mucho y que ha provocado que leer mes a mes algunas series sea el equivalente a leerse unas cuantas paginas sueltas de un tomo. Una forma de trabajar que sin duda es muy cómoda para muchos guionistas ya que les permite exprimir sus ideas hasta el extremo, pero que para los lectores en muchos casos es una tomadura de pelo que provoca que uno pierda las ganas de seguir leyendo.
Algo de lo que Tom Brevoort, uno de los editores mas veteranos de la Marvel actual, parece haberse dado cuenta ahora (si, ahora). En uno de los mensajes de su lista de correos semanal comentaba hace tan solo unas semanas como recientemente había leído unos cuantos cómics con los que se había dado cuenta del aumento de este problema, no todos pero si los suficientes como para preocuparle (El texto completo se puede leer aquí). Por una parte me alegra ver como por fin alguien en un alto cargo reconoce el problema y propone soluciones, aunque es bastante preocupante que alguien como Brevoort, con varias décadas de trabajo a sus espaldas y siendo uno de los principales editores de Marvel se preocupe ahora de algo que los lectores nos llevamos quejando muchísimo tiempo.
Pero confiemos en que esto sea el primer paso en recuperar el cómic individual como una unidad en si misma y se le pone freno a los desmanes de algunos autores que ya da la impresión de que no escriben para el recopilatorio, sino que escriben para el ómnibus. Porque esto ademas de ser un problema para el lector a la hora de disfrutar de alguna serie, a la larga se convierte en un problema serio para las editoriales, ya que esta practica ha provocado que leer mes a mes muchas series se haya vuelto algo insufrible, y cada vez mas gente prefiera esperar al tomo ya que es la única forma de poder disfrutar de una historia completa (aunque no siempre) algo que provoca que las ventas de las series regulares se reduzcan aun mas, se cancelen series, y no haya tomos que sacar… Y probablemente esto es lo que ha hecho que por fin se estén planteando hacer algo al respecto mas que la preocupación por el disfrute de sus clientes.
Y aunque podría citar aquí incontables ejemplos de cómics que sufren de ese problema y de los autores que mas lo explotan, y que han convertido muchas series en algo ilegible incluso cuando se leen del tirón, yo quiero ser fiel a ese propósito de hablar solo de las cosas que me gustan y citar un ejemplo de lo contrario, un cómic actual en el que se hacen las cosas como hay que hacerlas y que es de lo mas disfrutable leído mes a mes, el Doctor Extraño de Jed Mackay y Pasqual Ferry. La semana pasada se publico el tercer numero de la serie actual del personaje (tras las series de Clea Extraño y la miniserie de su muerte), un numero que para muchos autores seria simplemente el centro del tomo, el nudo de la historia, pero en manos de Mackay y Ferry es una historia en si misma además de ser parte de una historia mayor.
Desde el comienzo de esta etapa nos han contado los problemas a los que Stephen y Clea se enfrentan en la Tierra con la crisis de refugiados de múltiples dimensiones originada en “La Muerte del Doctor Extraño”, señores de la guerra y hechiceros supremos buscando aumentar su poder, incontables inocentes de cientos de mundos convertidos en piezas en los juegos de estos, un polvorín a punto de estallar al que se le une el misterio de un brutal asesinato con alguien muy especial encabezando la lista de sospechosos. En otras manos esto serian las paginas cuarenta y nueve a setenta y tres del tomo, donde nos soltarían algunas pistas del misterio, habría acusaciones, reproches, sospechas y la historia avanzaría poco o nada mientras esperamos a la resolución de las ultimas veinticuatro paginas… Por suerte este cómic si esta en buenas manos.
Lo que nos encontramos en este cómic es con que esa trama sigue su curso, que la historia avanza y que muchos de esos conflictos artificiales que otros autores estirarían para rellenar aquí se resuelven en un par de paginas porque los personajes hablan entre si en lugar de callarse sus sospechas y pasarse una docena de paginas especulando con cosas que se pueden resolver con una simple pregunta. Y mientras ese misterio sigue su curso podemos disfrutar también de una historia paralela a esta en la que se nos plantea un conflicto y su resolución dentro de un único cómic y que además sirve para retratar a la perfección al protagonista, a su principal enemigo y hacer un buen uso del universo compartido en el que se desarrollan estas historias.
Aquí se nos cuenta como tiene lugar el parlamento anual entre el Doctor Extraño y Dormammu. U una ocasión que el antiguo señor de la Dimensión Oscura visita la dimensión terrestre a través de la posesión del cuerpo de uno de sus múltiples seguidores allí, sabiendo que su presencia en su interior consumirá el cuerpo de este al final del día y que eso hará sufrir a Extraño, ya que para Dormammu estas reuniones no son mas que una ocasión para regodearse y torturar un poco a su viejo enemigo. Extraño año tras año trata de salvar a esas victimas inocentes (aunque sean adoradores de ese ser no dejan de ser victimas) pero siempre fracasa, para regocijo de su enemigo ya que no puede exorcizar a Dormammu si su victima no quiere ser liberada.
Pero el Doctor Extraño no seria quien es si no hiciese todo lo posible por salvar a los demás, algo que siempre ha sido parte de su naturaleza tanto como medico como hechicero, y finalmente ha encontrado el “tratamiento” adecuado para conseguir ese propósito. Algo para lo que Extraño se sirve de una ayuda externa, recordándonos que estos personajes no existen en el vacío, que comparten espacio con miles de otros personajes y conceptos y que es absurdo no recurrir a algo que siempre ha sido una de las mayores bazas del cómic de superhéroes, el formar parte de algo mas grande.
Así que con la ayuda de Jean Grey Extraño obtiene un poco de Mysterium, ese material descubierto por los mutantes y dotado de incontables propiedades, incluida la de negar la magia. Esto le pone en una posición de máxima vulnerabilidad ante Dormammu. pero que le sirve para demostrarle a la victima a la que este posee hasta que punto esta dispuesto a sacrificarse con tal de salvarle, victima con la que ha estado hablando durante todo el comic sin que nos diésemos cuenta, dejándole claro que clase de ser era su «Señor» y lo poco que le valoraba. Su truco funciona, Dormammu es desterrado una vez mas y un hombre inocente se ha salvado aunque ahora no tenga del todo claro que hacer con su vida tras darse cuenta de que había estado adorando a un ser abominable, pero al menos ahora tiene la oportunidad de rehacer su vida.
En unas pocas paginas Mackay y Ferry han sido capaces de continuar la historia a largo plazo que están contando, plantearnos un conflicto con su inicio, nudo y desenlace en el que se define a la perfección que la principal misión del Doctor Extraño es salvar vidas aun a costa de la suya propia, que Dormammu es una criatura sin escrúpulos dispuesto a todo con tal de obtener incluso una victoria parcial y ademas les sobra una pagina para plantearnos el conflicto del siguiente numero, uno que promete ser tan apasionante como divertido.
Por suerte en el cómic de superhéroes aun podemos encontrar a muchos equipos creativos que son conscientes de que cada cómic individual debería ser una pequeña historia ademas de formar parte de algo mas extenso, que la mejor forma de enganchar a un lector ocasional es proporcionar algo completo y satisfactorio que se pueda leer por si mismo y que deje con ganas de mas, porque cualquier numero suelto puede ser el primer numero de cualquiera, y siempre sera mas difícil que alguien se enganche si lo que se encuentra es algo que no tiene ni un comienzo ni un final definido porque parecen paginas sueltas de otra cosa (ese problema que tenían muchas revistas de cómics españolas cuando publicaban a cachos cómics que no estaban pensados para leerse así, pero eso daría para otro articulo) Ahora queda esperar que el que por fin (aunque a buenas horas) las personas al cargo reconozcan públicamente que esto es un problema suponga que se le ponga freno a esa practica que a la larga solo consigue espantar a muchos lectores.