Aunque aun no hayamos hablado de ellas por aquí, las películas de Knives Out de Rian Johnson nos han gustado bastante tanto a Diógenes como a mi, por eso esperaba con ganas el estreno de Poker Face, la serie de televisión en la que este director unía su talento al de la genial Natasha Lyonne y un puñado de secundarios de lujo para ofrecernos su personal visión del genero policíaco/misterio pero desde un punto de vista diferente al utilizado en sus películas. Y tras haber visto los primeros episodios me queda claro que Johnson se mueve como quiere dentro de este genero y que pienso ver cualquier cosa que protagonice Lyonne.
La habilidad de Charlie de saber cuando alguien esta mintiendo le ha provocado mas quebraderos de cabeza que otra cosa, ya que muy a menudo la gente a su alrededor que miente lo hace por motivos bastante criminales. Y si a esa habilidad se les une el impulso irrefrenable de ayudar a quien lo necesite y una incapacidad enorme de ser discreta, que suelen ir en contra de su instinto de supervivencia, es como Charlie ha terminado en la carretera en una huida sin fin tratando de evitar ser asesinada mientras no puede evitar verse implicada en un misterio detrás de otro.
Para tener ganas de ver esta serie solo necesite saber quienes estaban detrás de ella y la vi casi a ciegas, y me alegra decir que mi confianza absoluta en Rian Johnson y en Natasha Lyonne no se vio decepcionada. Y es que como decía al comienzo, Knives Out es una saga de películas que he disfrutado enormemente, pese a que por unas razone u otras se nos haya pasado el hablar de ellas por aquí. Y aunque aquí Johnson se vuelve a meter de lleno en ese genero policíaco/misterio que tanto parece gustarle, no nos encontramos ante un simple remedo de lo que ha hecho en el cine.
Y es que mientras que en Knives Out Johnson recurre al subgénero de lo que los anglosajones llaman “whodunit”, el “Quien lo hizo” con un detective tratando de desentrañar el misterio al mismo tiempo que el publico, aunque Johnson haga “trampas” como hacia Arthur Conan Doyle para que el publico no tenga tan fácil el acertar. Un subgénero que popularizaron autores como este o Agatha Christie. Pero en Poker Face nos encontramos con la variante opuesta a esta, con una formula que popularizo como nadie Peter Falk con su Colombo.
Allí al igual que aquí el comienzo de cada episodio esta dedicado a mostrarnos con todo lujo de detalles el asesinato que se ha cometido, quien ha sido el culpable y que motivos le han llevado a ello, y el interés de la historia recae en ver como esta detective aficionada y muy a su pesar que es Charlie se encuentra con dicho crimen y trata de resolverlo aunque siempre mirando por encima del hombro por si sus perseguidores se van acercando. Una Charlie que además toma prestado de otra famosa detective televisiva, Jessica Fletcher (a la que Johnson homenajeo en su ultima película), ese don de la oportunidad que provoca que no importe hacia donde se dirija, siempre se cometerá un asesinato allá a donde Charlie vaya.
Pero esta formula que podría volverse aburrida (y que frustra a todos esos a quienes les gusta adivinar el misterio antes que al protagonista para sentirse inteligentes) mantiene el interés no solo por el talento de Rian Johnson y su equipo de guionistas y directores, sino que se sostiene especialmente sobre los hombros de una genial Natasha Lyonne. A esta actriz la había descubierto en Russian Doll, y sus dotes para la comedia y el drama habían conseguido que aquella serie, que también seguía una formula repetida incontables veces, resultase fresca y divertida como si fuese nueva gracias al carisma que desprende, algo que ha repetido aquí consiguiendo que cada episodio sea una delicia.
Y uno de los elementos que consigue que esta destaque es como su personaje, Charlie, es cualquier cosa menos una detective. Es cierto que dentro del genero del misterio estamos mas que acostumbrados a encontrarnos con infinidad de todo tipo de detectives que se dedican a resolver crímenes, desde policías como ese omnipresente Colombo al que se homenajea con cariño y descaro (pero sin limitarse a copiarle) a detectives aficionados procedentes de todo tipo de profesiones, desde la ya mencionada Jessica Fletcher que era escritora como lo era también Rick Castle, médicos como el Doctor Sloan de Dick Van Dyke o incluso sacerdotes como el Padre Brown de Chesterton o el televisivo Padre Dowling.
Pero Charlie no es nada de eso, es una mujer normal y corriente con tantas profesiones como lugares en los que se esconde, que en su huida hacia adelante acepta cualquier empleo que le permita ganarse la vida unos días antes de seguir su camino como si fuese el Doctor Kimble del Fugitivo (el cariño de Johnson por las series clásicas de misterio es patente y nada disimulado) y que es incapaz de dejar impunes los crímenes que va descubriendo por accidente en este viaje, pese a que le convendría y mucho no llamar la atención.
Este es probablemente el aspecto que mas me gusta del personaje, Charlie no tiene ninguna obligación ni posee autoridad alguna para ir resolviendo esos crímenes, pero lo hace simplemente porque es demasiado decente y no soporta ver como personas inocentes han sido victimas del egoísmo o la codicia de otros. Y en estos tiempos en los que muchos aun buscan protagonistas cínicos y amargados, resulta agradable comprobar que todavía hay sitio en la ficción para protagonistas que hacen lo correcto sencillamente porque es lo correcto. Un papel a la medida de Natasha Lyonne (literalmente, Rian Johnson ha declarado que creo a Charlie pensando en ella), que se desenvuelve a la perfección en la piel de Charlie dándole a su personaje una humanidad, cercanía y humor que hacen que valga mucho la pena esta serie.
Y por suerte tenemos Poker Face para rato, ya que el mes pasado Peacock, el servicio de streaming donde se emite la serie, la renovó para una segunda temporada. Así que ese viaje de Charlie tratando de salvar su vida mientras va resolviendo misterios y se va encontrando con un reparto de secundarios de lujo tiene aun un largo recorrido que espero que dure mucho mas. Así como deseo que Rian Johnson siga metiendo sus manos en todas las variantes del genero de misterio porque se nota y mucho que se lo esta pasando muy bien y los espectadores de su trabajo nos lo pasamos casi tan bien como el.