Ya sabemos como son algunas cosas en el cómic superheroico, si algún personaje o historia va a aparecer de alguna forma en el cine o la televisión de pronto en la editorial deciden acordarse de que todo eso existe y corren a recordárnoslo en forma de miniserie o evento. Así es como de pronto ahora Monica Rambeau de pronto protagoniza su propia miniserie antes de aparecer como superheroína en The Marvels, como Shang Chi lleva una temporada protagonizando varias miniseries consecutivas en las que utiliza los famosos diez anillos de su película y como tenemos entre manos una nueva Secret Invasion. Una miniserie esta ultima en la que nos encontramos un fenómeno curioso pero por desgracia nada nuevo, el anteponer la historia que quieres colar sobre los personajes y el estatus quo haciendo que nos preguntemos que es aquello que llamaban continuidad. Y antes de seguir advertir que voy a soltar SPOILERS a lo burro de los tres primeros números de la miniserie, así que ahora que esta todo el mundo avisado entremos en materia.
Con el estreno de la serie de televisión de Secret Invasion se ve que tocaba repetir la historia en el cómic, y de nuevo los malvadísimos Skrulls se han infiltrado en la Tierra para invadirla desde dentro y solo un puñado de héroes saben la verdad y se pueden oponer a ellos. El problema es que el Universo Marvel ha cambiado un tanto desde que se publico la primera Secret Invasion en 2008, algo de lo que el equipo creativo de esta serie, Ryan North y Francesco Mobilo no han sido o no han querido ser conscientes. De entrada nos encontramos con un problema recurrente en la Marvel actual de tratar a Nick Furia Jr como si fuese su padre, algo que aun se arrastra desde la época en la que intentaban hacer como que este había no existido porque había que tratar de meternos al que se parecía a Samuel L Jackson hasta en la sopa.
Así es como nos encontramos aquí con un Furia Jr que habla de haber escrito las normas de seguridad de la CIA cuando fue director de S.H.I.E.L.D. (un cargo que Jr jamás ocupo) o vemos como Maria Hill le comenta sorprendida que no esperaba ver el día en el que se convirtiese en un agente libre a las ordenes de nadie, como si no fuese alguien que se hizo espía antes de ayer. Y aunque luego se revela que este Furia en realidad es un agente Skrull, se supone que estos al menos sabrían diferenciar entre el Furia blanco y el negro a la hora de preparar a sus espías, y dado que Maria Hill solo se da cuenta de que este es un infiltrado al fallar al responder a un código establecido entre ella y Furia, debemos asumir que todo ese hablar como si el hubiese estado en S.H.I.E.L.D. desde sus comienzos es lo que el cómic pretende que nos creamos sobre Furia Jr.
Y claro, luego esta todo el problema de lo mucho que han cambiado los Skrulls en los últimos quince años. En aquella época los Skrulls aun estaban descabezados y seguían siendo un amasijo de pequeños “reinos” gobernados por señores de la guerra con objetivos varios, por eso colaba que un grupo importante dirigido por la autoproclamada Emperatriz Veranke, cuya secta de fanáticos había sobrevivido a la destrucción de su mundo por parte de Galactus al estar exiliados, quisiesen invadir la Tierra, pero las cosas han cambiado mucho desde entonces.
Ahora los Skrulls están unificados de nuevo y forman parte de la Alianza Kree-Skrull que gobierna el Emperador Hulkling, se supone que ya no son una amenaza (excepto cuando algún grupúsculo se rebela como en Empyre) pero aparte de una mención casual en el primer numero acerca de que como es que el Emperador no se ha enterado de lo que esta sucediendo, hasta ahora tres números mas tarde no se ha vuelto a mencionar nada sobre el actual estado de esta raza, como si volviesen a ser lo que fueron durante décadas.
Una cosa que llega al extremo de que en el tercer numero tenemos a Tony Stark planteándose si esta nueva invasión será cosa del ejercito o de los lideres Skrulls pero sin que el o Maria Hill se planteen siquiera contactar con el Imperio. Algo que puedo llegar entender debido a una lógica paranoia, pero que ni piensen en la posibilidad de hacerlo aunque sea para descartarla, lo que consigue es transmitir la sensación de que quieren hacer como si los Skrulls siguiesen siendo los de 2008.
Algo que queda reforzado por la actitud de ciertos personajes en esta historia. Que es cierto, que Maria Hill sea una paranoica que no confía en nadie, especialmente de los Skrulls, es coherente con el personaje, pero que una espía de su calibre ni llegue a mencionar la situación actual de estos hace que esto a ratos parezca una historia ambientada en el pasado (o como cuando en los Vengadores de Hickman nadie parecía haber oído hablar jamás de los Celestiales). Pero peor suena encontrarnos con ese Tony Stark que habla de como hasta hace nada consideraba a los Skrulls como algo uniforme y monolítico, eran los malos y punto. Aunque se explica como es que ha cambiado su punto de vista por uno mas sensato, que los Skrulls son gente y como tales hay de todo, algo que Ryan North enlaza con su etapa al frente de Unbeatable Squirrel Girl donde Iron Man conoció a una amiga Skrull de Chica Ardilla (porque se ve que para North la única continuidad que existe es la que el ha escrito)
Y eso que hablamos de un Tony Stark que vive en un Universo donde el actual Emperador de los Skrulls es un aliado y un Vengador o que la hija de Ben Grimm, N’Kalla, es también una Skrull, no es como si le faltasen contactos con Skrulls decentes. Pero incluso si lo que querían era dar alas a la desconfianza de Stark hacia estos, podrian haber tirado del breve encuentro que tuvo con estos en la miniserie “Meet the Skrulls” que se publico en 2019, donde también había Skrulls infiltrados en la Tierra. Pero nada, eso tampoco parece existir, y esos personajes e historias no parecen existir simplemente porque van en contra de la historia que nos quieren vender de que hasta ahora nadie había encontrado Skrulls de fiar porque son todos unos invasores malísimos.
Pero aunque es posible que algunos de estos elementos se corrijan en futuros números (con lo de Furia esperaría sentado) este cómic es otro de esos ejemplos de continuidad mal utilizada, cuando solo importa lo que encaja con lo que quieren contar y lo demás se descarta simplemente para evitar las inevitables contradicciones y porque eso siempre es mas fácil que el integrar esos elementos para ponerlos al servicio de la historia en lugar de ignorarlos y confiar en que los lectores no se den cuenta. Algo que es un mal demasiado extendido en estos universos de ficción multitudinarios en los que encontrar autores que saben aprovechar todas las posibilidades que tiene el trabajar con una historia tan rica a veces resulta complicado.
Y lo peor es que esta nueva Secret Invasion ni siquiera se salva siendo un cómic apasionante (que vale, la original tampoco lo era tanto). Con tres números leídos hasta ahora, esto no deja de ser un refrito de cosas que ya hemos visto y que se nota muchísimo que es un intento descaradísimo de querer aprovechar el tirón de la próxima serie de televisión. Mucho tendría que cambiar las cosas para que en los dos números que quedan de esta miniserie la cosa mejore lo suficiente como para que estemos ante un cómic que valga la pena, porque visto lo visto hasta ahora esta demostrando ser lo que parecía cuando se anuncio, un sacacuartos prescindible del que nadie se acordara en unos meses.