El pasado lunes se cumplieron treinta años del estreno de Batman: The Animated Series (una fecha que debe estar al porque es imposible que 1992 fuese hace tanto cuando los 80 fueron hace solo diez…) una serie mítica en la que sus responsables supieron condensar todo lo que hace grande al personaje para crear algo incomparable por lo que parece que no pasan los años. Y para celebrar este acontecimiento he decidido volver al principio y ver una vez mas “On Leather Wings”, el primer episodio de la serie y que ya dejaba claro el camino que iba a seguir esta. Así que sin mas rodeos vamos a ver que es lo que hizo tan grande a esta serie y como ha sido capaz de soportar tan bien el paso del tiempo.
La intro de la serie sigue poniéndome los pelos de punta como aquella primera vez que la vi en T5 sin tener muy claro que era lo que me iba a encontrar (aquellos tiempos sin Internet en los que casi todo era una sorpresa), y en poco mas de un minuto ya se nos metía en situación con lo que nos iba a ofrecer esta serie. Al ritmo de la familiar música de Danny Elfman, quien no se alejo nada de lo que había compuesto para las películas de Tim Burton nos encontrabamos con una Gotham oscura, siniestra y angular donde el crimen parecía campar a sus anchas. Pero de pronto una explosión da paso a una fanfarria heroica pero algo tenebrosa que da entrada a un Batman siempre envuelto en sombras que despacha de forma eficiente a los criminales, los deja bien atados para la policía (porque Batman solo noquea, no mata) y solo entonces le vemos brevemente iluminado por un relámpago al que sigue un fundido a negro sin que veamos en ningún momento logotipo alguno, porque sencillamente era algo innecesario
Esta intro es insuperable
Tras esto nos encontramos lo que seria otra de las marcas de la serie, el titulo del episodio convertido en una pequeña obra de arte, donde jugando con la tipografía e ilustraciones alegóricas al tema del episodio, a veces extremadamente minimalistas, se nos ponía en situación. Esta idea no era algo nuevo, en la animación se había utilizado a menudo, pero aquí Bruce Timm, Paul Dini y el resto del equipo de la serie elevaron ese elemento a un nivel artístico que pocos han conseguido igualar y que han convertido esas imágenes en pequeñas obras de arte dignas de enmarcar.
El comienzo del episodio también marco a la perfección el tono de lo que seria la serie, mostrándonos una Gotham muy deudora tanto de las películas de Tim Burton y del diseño de inspiración Art Déco (Dark Déco lo acabaron llamando aquí) que realizó Anton Furst para estas como de la serie de Superman de los Hermanos Fleischer. Esto le dio a la serie una estética casi anacrónica y atemporal que podría haber servido, con unos cambios mínimos, tanto para una serie ambientada en el presente (el nuestro o el que existía cuando se estreno la serie) como para ambientarla en los años 30. Algo que ha conseguido que pese a los años transcurridos la serie no haya envejecido nada.
Una Gotham atemporal poblada por unos personajes que igualmente han soportado el paso del tiempo como si esta serie se hubiese estrenado hoy en día. Bruce Timm y su equipo no trataron de emular mas de la cuenta el aspecto de las películas de Burton ni optaron por un enfoque hiperrealista o basado en nigua etapa concreta del cómic. En su lugar apostaron por una estética retro, eso que en ingles llaman “cartoon” a secas, a medio camino entre el estilo artístico del propio Timm y del ya mencionado Superman de los Fleischer, con un enfoque en ocasiones muy minimalista y caricaturesco en el que no es difícil encontrar influencias de grandes del cómic como Alex Toth o Norm Breyfogle entre otros. El resultado fue un estilo visual tremendamente clásico que no esta atado a las modas transitorias de ninguna época concreta y que resulta tan moderno y actual hoy en día. como lo era en 1992.
Y si a nivel estético la serie estaba cuidada hasta el mínimo detalle, en el apartado musical no lo estaba menos. Danny Elfman por problemas de agenda solo pudo ocuparse de componer el tema de la intro de la serie, una variación de lo que había compuesto para el cine, dejando en las manos de Shirley Walker el trabajo de componer el resto de la banda sonora de la serie. En este primer episodio el trabajo de Walker aun es demasiado deudor del de Elfman, aunque tenia la misma fuerza que este y en muchos aspectos sonaba mejor, mas heroico que siniestro. Un trabajo que a medida que fueron transcurriendo los episodios fue adoptando su propia identidad, adaptándose de una forma soberbia a lo que requería cada episodio y cada nuevo personaje introducido en la serie, consiguiendo en muy poco tiempo crear la que para mi es la música definitiva para el personaje. (no hay mas que escuchar el tema que compuso para la película de Batman – Mask Of The Phantasm para comprobarlo)
Lo sencillo que parecia cuando lo explicaba ella misma
Y combinando esa estética con la del genero negro y una banda sonora perfecta que conseguía atrapar al espectador, nos encontramos con que el episodio comienza con un misterio en lugar de con acción trepidante. Algo misterioso y monstruoso esta acechando Gotham y solo se nos muestra parcialmente y envuelto en las sombras, y aunque los que conocíamos algo los cómics sabíamos que esa criatura tenia que ser Man-Bat, la forma con la jugaban con el misterio conseguía que esperar a la revelación fuese algo emocionante aunque no fuese una sorpresa. Pero esto ya ayudaba y mucho a marcar el tono de lo que seria la serie, donde la acción jugaba en igualdad de condiciones con el misterio y donde se equilibraba a la perfección el ser una serie para un publico infantil/juvenil con un tono algo mas adulto de lo habitual, consiguiendo con ello que la serie fuese de verdad un producto para todos los públicos de la que se puede disfrutar con cualquier edad.
Algo que si que resulta tristemente un tanto extraño, visto con la perspectiva de hoy en día., es como este primer episodio nos presenta a Batman. Aquí no aparece como una criatura siniestra y oscura agazapado en una azotea con una expresión hosca, En lugar de eso nos encontramos a un Batman tremendamente humano, relajado en la Batcueva mientras lee las noticias sobre esos ataques misteriosos y bromeando, con una sonrisa en los labios y un humor algo negro, con una de las mejores versiones de Alfred que me he encontrado en todos los años que hace que conozco a los personajes. Un Alfred que en este episodio contaba con la voz de Clive Revill, quien solo le presto su voz durante tres episodios antes de tener que dejar el trabajo por otros compromisos para ser reemplazado por Efrem Zimbalist Jr., pero que ya tenia ese tono tremendamente sarcástico que hacia que cada interacción con Batman fuese algo digno de verse.
Y claro esta, no podemos hablar de esta versión de Batman sin hablar del gran trabajo de Kevin Conroy, quien para mi sigue siendo, y probablemente lo sea siempre, quien mejor ha interpretado al personaje. En este episodio aun estaba un poco verde si lo comparamos con episodios algo mas posteriores, no se había hecho del todo con el personaje, pero ya era un Batman/Bruce Wayne increíble. Su voz para Batman era mas grave que la suya habitual y utilizaba un tono mas bajo, tomando cierta inspiración del tono de voz que le había dado Michael Keaton en el cine. Una voz radicalmente opuesta a todos esos otros actores que se han esforzado tanto por tener una voz que inspire miedo y que da la impresión de que han debido destrozarse la garganta.
Conroy en cambio no parecía querer ir por ese camino, su Batman era serio e inspiraba respeto, y conseguía sonar mucho mas amenazador cuando bajaba la voz que si hubiese gritado a todo pulmón desgarrándose las cuerdas vocales. Una voz que nadie hubiese podido confundir con la de su Bruce Wayne, con quien opto por una voz algo mas aguda que la suya propia y con un tono de pijo repelente que conseguía transmitir la sensación de que nadie en su sano juicio se plantease que pudiesen ser la misma persona. Un contraste que podemos apreciar a la perfección en este mismo episodio cuando de uniforme Batman alterna sus dos voces para hablar por teléfono consiguiendo sonar realmente como dos hombres diferentes.
Y mas adelante Conroy fue capaz de lucirse aun mas
Y aunque el episodio comienza poniendo énfasis en el tono de misterio de la serie y en presentarnos a los personajes, no tardamos en llegar a la acción. Una acción en la que nos encontramos con un Batman que prefiere la sutileza y el evitar la violencia siempre que es posible, pero que cuando no le queda mas remedio que recurrir a esta se nos deja claro en todo momento que no quiere hacer daño a nadie si puede evitarlo. Que aunque la policía en este episodio aun le considere una amenaza no quiere levantar la mano contra ellos y que no hay nada mas importante para Batman que proteger a los inocentes. Son pequeños detalles aquí y allá, a veces sutiles, pero que caracterizan al personaje en unos pocos minutos a la perfección.
Pero este Batman que encontramos aquí no es simplemente un héroe de acción, es sobre todo un detective, y durante buena parte del episodio le encontramos tratando de terminar con la amenaza de esa extraña criatura utilizando su cerebro para resolver el misterio que envuelve a esta y no sus puños. Y ese enfoque del personaje queda reflejado de forma magistral en la resolución del episodio, cuando una vez que ha descubierto que efectivamente esa criatura no era otro que Man-Bat/Kirk Langstorm, Batman pone todo su empeño en tratar de incapacitarlo sin hacerle daño mientras trata de impedir que Langstorm haga daño a otros.
Algo que provoca que en lugar de darle una paliza y enviarlo a Arkham o pelear contra el hasta que caiga hacia una muerte accidental como solemos ver a menudo, Batman vuelve a recurrir a su cerebro para curar a Langstorm y que deje de ser una amenaza, permitiéndole intentar volver a su vida. Sin que Batman tenga que decirlo en voz alta la serie ya nos deja claro cual es el código moral del personaje, su prioridad es proteger a los inocentes incluso cuando estos son a su vez también una amenaza, toda vida es sagrada para el y la violencia es solo el ultimo recurso. Elementos de los que demasiada gente podría haber aprendido algo en estas tres décadas que han transcurrido desde entonces.
Este comienzo por todo lo alto no fue mas que el comienzo de una serie que con cada episodio fue a mas, que esta repleta de momentos, historias y personajes memorables que han pasado a formar parte de la leyenda de Batman y cuya grandeza nadie hasta ahora ha sido capaz de superar en ningún medio. Una serie de la que no me cabe duda que cuando hayan pasado otros treinta años seguirá siendo considerada como la versión definitiva del personaje. Así que si hay alguien por ahí que aun no haya tenido la suerte de disfrutar de esta obra maestra del genero superheroico, ya esta tardando en darle una oportunidad a una serie única a la que nada ha conseguido aun hacerle sombra.