Como a Diógenes se le esta yendo de las manos esto de Exprimir a Chris Claremont me temo que me veo en la difícil situación de darle un pequeño toque de atención aunque sea doloroso para todos (hay que hacerle daño para que entre en razón). Y si hace unos días el nos hablaba de las bondades de aquella historia autoconclusiva en la que Chris Claremont y Alan Davis caracterizaron a Titania mejor que casi nadie, hoy toca hacer algo remotamente similar con su pareja, el Hombre Absorbente, quien protagonizo otra historia autoconclusiva llena de buenas intenciones pero que al estar en manos de Tom DeFalco y Ron Frenz el resultado fue un tanto diferente…
Corría el año 1999, Mark Waid había terminado su segunda etapa al frente del Capitán América tras el vergonzoso y lamentable parón provocado por Heroes Reborn, donde pasamos de disfrutar del trabajo de Waid y Ron Garney a sufrir a un Rob Liefeld indescriptible. En esta segunda etapa ambos autores habían formado equipo de nuevo retomando la historia mas o menos donde la habían dejado y poco después Andy Kubert, que ya había trabajado con Waid en Ka-Zar, tomo el relevo de Garney, dándonos entre todos uno de los cómics de Marvel mas recordados de aquella década convulsa. Pero todo lo bueno llega a su fin en algún momento, y tras la marcha de Waid Dan Jurgens paso a encargarse de los guiones mientras que Kubert continuo un poco mas a los lapices. Pero a veces estos cambios se complican un poco mas de la cuenta y entre el final de una etapa y el comienzo de la siguiente hubo algún retraso que provoco que la serie necesitase de un numero de relleno/transición para no faltar a su cita en los puntos de venta, y Bob Harras, el editor de la serie, debió pensar que lo mejor era colar un numero a cargo de Tom DeFalco y Ron Frenz.
En la década de los 90 DeFalco y Frenz parecían estar en todas partes, ese presunto trato con el diablo (o el saber donde están enterrados los cadáveres) habían provocado que el primero saltase de serie en serie como si fuese una superestrella intocable. Y dado que mas de una de esas series eran de las que Diógenes solía disfrutar, uno casi entiende que con los años DeFalco se haya convertido en su hombre del saco particular que consigue sacarle de sus casillas con solo mencionar su nombre (el motivo por el que estoy escribiendo este articulo, como no podía ser de otra forma) Ron Frenz por su parte fue uno de sus principales colaboradores en aquellos años, trabajando juntos en series como Spiderman, Spidergirl o Thor y a quien su empeño en mimetizar el estilo de otros dibujantes no siempre le dio los mejores resultados.
Y así es como nos encontramos con este cómic en el que Hydra planea cometer un atentado contra los delegados de una conferencia de paz que se va a celebrar en las Naciones Unidas en Nueva York. Pero tras rescatar al Agente Whedon de S.H.I.E.L.D. (Probablemente Jed y no Joss) quien había sido capturado por la organización terrorista, el Capitán decide que en lugar de quedarse a trabajar con Dum Dum Dugan y sus agentes y localizar la bomba que Hydra ha colocado, lo mejor es revisar el solo Embassy Row, el barrio de la ciudad donde se concentran casi todas las embajadas y a donde S.H.I.E.L.D. ha enviado a los diplomáticos, para buscar dicha bomba por el método de saltar de tejado en tejado a ver si ve algo sospechoso.
Pero durante esa búsqueda tan poco eficiente tiene la ¿suerte? de ser atacado por Crossbones, quien ha sido contratado por Hydra para llevar a cabo el atentado (a estas alturas le debe dar igual trabajar para unos nazis u otros) y que le han encasquetado al Hombre Absorbente como ayudante por si había alguna interferencia superheroica (es lo que tiene cometer un atentado en la ciudad con mayor numero de superhéroes por metro cuadrado). Dos personajes que forman in contraste curioso, Crossbones es un nazi sin escrúpulos que había sido un asesino, un mafioso y un mercenario antes de dedicar su vida a Cráneo Rojo. El Hombre Absorbente en cambio es uno de esos personajes a los que la palabra villano les queda un poco grande. Si, es un criminal pero sin ambiciones, nunca ha buscado conquistar el mundo o masacrar incontables vidas inocentes, es simplemente un ex boxeador que ha tenido mala suerte y poca cabeza para quien la vida se reduce a atracar algún banco o joyería y pegarse la gran vida junto con Titania hasta que se acabe el botín o ser el matón a sueldo de algún villano, pero no es alguien del que podamos decir que es malvado.
Eso es algo que el Capitán América sabe de sobras, que Creel es muchas cosas pero no un asesino en masa como Crossbones, y como confirma este mismo, Creel no tiene ni idea del autentico plan, el esta convencido de que le han contratado para participar en un gran robo y nada mas, ya que se han aprovechado de su codicia y de sus pocas luces. De todo esto podría haber salido una buena historia, en otras manos mas capaces podríamos haber tenido un retrato de las diferencias entre los distintos tipos de criminales que pueblan el Universo Marvel, algo que podría haber servido para humanizar al Hombre Absorbente y que dejase de ser ese villano unidimensional que simplemente va por la vida pegándose con el primer héroe que trata de impedir uno de sus robos. Pero por desgracia al frente de estos teníamos a Tom DeFalco con el piloto automático puesto que no solo falla al retratar a Creel, sino que en sus manos incluso el Capitán América queda como un borde de cuidado bastante alejado de su personalidad habitual.
Si, el Capitán América de Tom DeFalco no para de hablar del Hombre Absorbente de una forma muy despectiva y poco característica para lo que suele ser el personaje, y no solo le considera un matón brutal, sino que incluso le insulta a la cara diciéndole que si, que le considera una masa de músculos sin cerebro mientras trata de pedirle ayuda para evitar que la bomba masacre a todo el barrio. Resulta triste como a cada rato queda claro las buenas intenciones que tenia DeFalco con esta historia, pero el resultado es tan lamentable que le sale una especie de comedia involuntaria o parodia que no le pega nada a un personaje como el Capitán América.
Pero pese a los insultos el Hombre Absorbente se da cuenta enseguida de que el Capitán América no le esta mintiendo, y pese a que este sigue insultándole, Creel absorbe las propiedades del escudo del Capitán y contiene con su cuerpo la fuerza de la explosión para evitar victimas inocentes. Y tras darle las gracias al Capitán América por avisarle de como le habían manipulado, el Hombre Absorbente se marcha de allí dispuesto a hacerle pagar a Crossbones e Hydra el haberle manipulado para ser cómplice de una masacre mientras el Capitán se queda meditando sobre como juzgo mal a Creel aunque sin arrepentirse de haberle insultado sin parar todo el rato.
El resultado de todo esto es un cómic nefasto que hace aguas por todos lados y donde la caracterización de casi todos los personajes parece obra de alguien que no conoce a dichos personajes, siendo curiosamente quien mejor queda el propio Hombre Absorbente. Y eso por no hablar de ese Ron Frenz que nos encontramos aquí y que pese a que no es precisamente uno de mis dibujantes favoritos era bastante mejor de lo que uno puede apreciar en este cómic. Leyéndolo da la sensación de que Frenz dibujo este cómic a toda prisa en un coche en marcha, con personajes desproporcionados, anatomías grotescas y escenas que desafían las leyes de la lógica o la gravedad y una composición de pagina tan imaginativa como el hacer un sándwich de jamón y queso. Menos mal que solo se encargaron de este numero de relleno que a saber si fue realizado para hacer tiempo entre las etapas de Waid y Jurgens o si llevaba tiempo en algún cajón porque no sabían que hacer con el.
Pero curiosamente la idea de que el Hombre Absorbente no es un tipo tan malo debió calar entre bastante gente. El propio Dan Jurgens al finalizar su etapa un par de años mas tarde realizo un numero especial navideño en el que el Hombre Absorbente robaba en un centro comercial solo para conseguir un regalo de navidad para Titania, y un Capitán América bastante mas amable que el que encontramos aquí le ayudaba en su propósito tras enviarle a prisión. Saladin Ahmed por su parte en la miniserie de Black Bolt (que originalmente era un proyecto sobre el Hombre Absorbente) nos mostró a un Creel muchísimo mas desarrollado y decente, una labor que continuó Al Ewing en Immortal Hulk y Gamma Flight.
Tanto el como Titania han sufrido una curiosa evolución a lo largo de las décadas que nos ha dejado claro que ninguno es malvado, que son solo un par de personas con poca cabeza y que han encadenado muchas malas situaciones que solo necesitarían un empujoncito para dejar de ser supervillanos, como le sucedió en su día a muchos de los Thunderbolts originales. Una tarea en la que ahora Rainbow Rowell ha tomado el relevo, al menos en el caso de Titania y que espero que no tarde en hacer lo mismo con su esposo, ya que seria curioso comprobar si se puede redimir del todo a este par de gañanes que nunca han sabido que hacer con sus vidas. Una evolución que como hemos comprobado irónicamente comenzó con un cómic horrible que fallaba por los cuatro costados.