Cuando nos pusieron la primera escena postcréditos en Iron Man I, nos pusieron los dientes largos con la palabra “Iniciativa Vengadores”. Y así fue como durante cinco años nos fueron presentando a los distintos miembros hasta reunirlos en la película de Los Vengadores, la cuál era un imposible con el que hasta hace bien poco ni soñábamos y que nos parecía ya un fin en si mismo. Por supuesto, cuando en la postcréditos de Vengadores nos enseñaron a Thanos, nos caímos de culo en el asiento, y con la tontería pusieron en marcha la trama del Guantelete del Infinito que no finalizó hasta 2019. Y después, el vacío.
Porque claro, en estos tiempos de Caballeros Lunas y Señoritas Marvel, muchos espectadores están preguntándose dónde puede estar la gran amenaza, dónde puede estar el hilo argumental del Universo Cinematográfico Marvel. Y no la ven, porque ven algo sobre un multiverso -que es culpa del Doctor Extraño, sí- y de Elaine de Seinfeld formando un grupo de superhéroes de marca blanca a las órdenes del gobierno de EEUU, pero más allá de eso no hay gran cosa más allá de las tramas propias de cada película. Los Vengadores parecen disueltos después de Endgame y no parece que haya ninguna intención de reformarlos, por lo que ni siquiera tenemos la posibilidad de esperar a una película del grupo que cierre la fase 4. Vamos, que visto el percal da la impresión de que la fase 4 se extenderá hacia el infinito, y la gente está completamente desorientada como si esto fueran los tebeos de los 60 y 70, cuando no había crossovers y todo esto era campo.
Porque no nos engañemos, estamos ante una situación parecida a la que teníamos en la Marvel de principios de los 80; cada serie iba por su lado y los cruces eran puntuales hasta que Jim Shooter decidió montar sus Secret Wars. Antes había venido Contest of Champions que no tuvo ni la más mínima repercusión ninguna otra serie, con lo que podía ser ignorada por completo, pero en el caso de Secret Wars todas las series sufrieron sus secuelas en mayor o menor medida, y para colmo de males el organizador de todo el follón, Beyonder alias el Todopoderoso, decidió montar la de las Secret Wars II paseándose por todas las series de la editorial durante un número como mínimo. Luego ya vendrían los crossovers mutantes, los crossovers de los annuals, Actos de Venganza y demás hasta que los crossovers se convirtieran en una fastidiosa manía habitual, pero lo cierto es que cuando empezó todo esto los lectores adoraron esos crossovers y, aunque algunos se quejaron de que tener que comprarlo todo para entender la historia igual que muchos se quejan de tener que ver todas las películas y series de Marvel para entenderla -cosa que no es del todo verdad, pero la sensación de “estar perdiéndote algo” es la mar de comprensible-, hasta acabaron apareciendo lectores que solo parecían interesados en la “metahistoria” del Universo Marvel, que solo les interesaba la gran historia que se estaba preparando. Y éso es exactamente lo que está pasando ahora con las películas.
Porque claro, en los 80 cuando se hacía un crossover no se estaba pensando en el siguiente -excepto gente como Chris Claremont, pero ése señor es una excepción- pero en 2006 con Civil War si se pensaba en The Initiative y un hipotético Dark Reign y hasta Siege, lo mismo que House of M pensaba en Decimation y quién sabe si Messiah Complex. El Marvel Creative Committee que dirigía los designios del MCU en sus inicios estaba compuesto en gran parte por los mismos autores que en aquel momento estaban montando Civil War, Secret Invasion y demás cruces, se había pasado a guionizar a través de una “mesa de consejo”, reuniones anuales que venían a discutir cuál iba a ser la gran historia del Universo Marvel durante el año siguiente y a qué marco se tenían que acomodar todos los guionistas, incluídos los que no habían sido invitados a esas reuniones. Tras cinco años de prometer no hacer grandes crossovers, Quesada pasó los cinco siguientes de su mandato como Editor in Chief creando una continuidad fortísima, que si bien no siempre respetaba el trabajo anterior sí que constreñía a los autores actuales a un marco determinado que hasta los lectores se les hizo asfixiante. Y sin embargo es completamente cierto, todos querían ver como se desmoronaba la Iniciativa, que pasaría con Norman Osborn y todo aquello, y el resultado se vio reflejado en las cifras de ventas. Y aun así, después de aquella macrohistoria de años, todo el mundo pidió tranquilidad y descanso, respirar un poco.
Y creo que exactamente éso está pasando en el MCU ahora mismo, el primer año después de Endgame está claro que estaba pensado como un descanso, una especie de velatorio por la muerte de Iron Man -eso se ve claramente en Spiderman Lejos de Casa- de la Viuda Negra en su respectiva película o del Capi en El Halcón y el Soldado de Invierno. El problema es que sí, les pilló el COVID de por medio y estas películas de velatorio y presentación de nuevos personajes se fueron retrasando, con lo que a la gente se le pasó el “hartón” y ahora están deseando que vuelva lo de antes porque, hasta cierto punto, también les supondría un regreso a la normalidad en mitad de tanta pandemia que viene y va y hasta una hipotética tercera guerra mundial. Y por eso están pidiendo que la trama del MCU “avance”. Y maldita sea, no sé si se han dado cuenta, pero está avanzando bastante, solo que no se han fijado.
¿De verdad queremos una película que junte al Doctor Extraño con Hulk, Spiderman, el Capi, la Capi y Ms Marvel contra la gran amenaza para el multiverso y las dichosas incursiones? ¿Queremos ya una película sobre la llegada de los Celestiales para juzgar a la Tierra, sin que los Eternos hayan decidido de una santa vez de qué es lo que van? Las dichosas amenazas están ahí, los protagonistas que van a luchar contra ellas están siendo presentados, otra cosa es que queramos volver a ver a Robert Downey Jr y no a Oscar Isaac y sus personalidades múltiples. Quieras que no, estos personajes necesitan tiempo para llegarnos al corazoncito, para importarnos, para que realmente haya un relevo generacional. Si en 2022 apareciera una película de Los Vengadores con Sam Wilson al frente, le produciría muchísimo rechazo a más de uno, no ya solo por los problemas mentales de cada uno, si no porque Sam necesita tiempo para nos acostumbremos a que es el Capitán América -de ahí que vaya a tener su propia película- y más todavía para mostrarse como un líder. Se necesita que en el momento en el que de ese paso estemos todos deseando que lo haga porque lo sentiríamos como esa vuelta a algo familiar, cuando ahora mismo es una mezcla de algo viejo y algo nuevo, un viejo personaje con un nuevo status.
No, no hay un hilo conductor con la creación de un grupo ni con la búsqueda de unas gemas del infinito -perdón, piedras- si no lo que tenemos es un pitote multiversal del que a saber qué nos acaba asomando, pero no es algo tan claro porque ni siquiera los lectores de los cómics sabemos exactamente a qué se están refiriendo; muchos hablan de la Secret Wars de Hickman con sus dichosas incursiones, otros hablan de las de Shooter porque los Russo quieren hacerlas y tanta incursión pondría a huevo la entrada del Todopoderoso en el Universo Marvel, pero las amenazas más definidas son Kang y los Celestiales, y aun así son villanos concretos de Loki y Eternos, respectivamente. Tienen tantas posibilidades de ser los grandes villanos de esta fase como las incursiones del Doctor Extraño. Pero, sinceramente, yo es que no tengo prisa.
Porque me parece injusto que se le critique a Doctor Extraño, Thor o hasta No Way Home de “no avanzar la trama”; ¿realmente “avanzaban la trama” la película original del Doctor Extraño, Ragnarok o Homecoming? Eran la película respectiva de esos personajes, el que el Ojo de Agamotto fuera una gema del infinito era casi pura casualidad, no “avanzaba” gran cosa. Lo importante era el desarrollo de los personajes, que tengan sus propias historias para que cuando todos ellos salgan en la misma película te importen sin necesidad de que te los vuelvan a presentar. Y que narices, a pesar de que estemos prácticamente convencidos de ello, nadie nos ha garantizado que vayamos a tener una película en la que se reunan los Eternos, Shang Chi, la nueva Viuda Negra, Thor, el Doctor Extraño y toda esta banda; hay que tener en cuenta que muchas de estas películas han funcionado peor de lo que se pensaba en taquilla o que directamente se consideren a nivel interno un fracaso creativo -por el cambio de directores se notará eso- por lo que no podemos dar nada por seguro.
Y eso por no olvidarnos de que la gran película de la Fase 4 es, obviamente, los 4 Fantásticos. No los mutantes -a pesar de las menciones veladas, todas ellas tirando de la musiquita de la infame serie de animación de los 90, puaj- han sido los 4F los que han tenido fecha desde un primer momento y seguramente la película que sea presentada en la Comicon este mismo mes, así que hasta entonces las quejas de que no avanza la historia me parecen propias de gente que se ve las películas y series de Marvel no tanto para disfrutarlas como lo que son -que ojo, sí, son muy disfrutables, aunque no nos guste el Konshukaiju- si no para “estar al día”. Y joder, lo de que la gente quiera estar al día a Disney le tiene que sentar de maravilla, pero a la hora de la verdad es la peor forma de disfrutar de este maravilloso experimento audiovisual que es trasladar el Universo Marvel a la pantalla grande y la no tan grande.