Después de que Diógenes trate de arruinarle a Dan Slott la sorpresa de su próximo evento y de que exprima un poco mas a Chris Claremont, toca cambiar de tercio para descubrir una historia de terror escalofriante de la mano de dos clásicos del cómic británico, el Dead Man de John Wagner y John Ridgway. Un cómic en el que estos dos autores combinaron elementos de diversos géneros para transportarnos hacia un mundo de pesadilla que sirve de escenario a este atípico western sobrenatural post-apocalíptico que no dejara indiferente a nadie.
Mientras el pequeño Yassa y su mejor amigo jugaban en el desierto cazando lagartos encontraron el cuerpo quemado de un hombre que no debería seguir vivo pero que se resistía a morir con todas sus fuerzas. Un extraño forastero que no llevaba ni pertenencias ni ropas consigo ni recordaba nada de su pasado, pero a quien su desfigurado aspecto le gano el el apodo del Hombre Muerto entre los habitantes del pequeño pueblo en el desierto que le acogió. Un pueblo que pronto se vio asolado por pesadillas y misteriosas apariciones ya que a ese misterioso hombre al que habían dado refugio le seguía los pasos el mismísimo infierno…
Cuando esta historia comenzó a publicarse en las paginas de 2000 A.D. John Wagner llevaba mas de una década escribiendo las historias del Juez Dredd y Strontium Dog, su larga asociación con su compañero Alan Grant había llegado a su fin (aunque con el tiempo volvieron a trabajar juntos de vez en cuando) 2000 A.D. se encontraba sufriendo una restructuración tras un cambio de propietarios y muchos de sus compañeros de los comienzos de la revista habían dado el salto definitivo a trabajar para el mercado estadounidense o en proyectos propios y estaba llegando una nueva generación de autores con ideas nuevas. En ese periodo tan convulso Wagner parecía sentirse un poco fuera de lugar y decidió, junto con John Ridgway, hacer algo diferente.
Y aunque Wagner a lo largo de su carrera se había caracterizado por ser un escritor todo terreno, capaz de tocar cualquier genero, humor, ciencia ficción, aventuras, superhéroes, este Dead Man es la primera de sus historias que he leído que podría considerarse como puro terror (aunque puedo estar equivocado y haber tenido otras anteriormente porque además de ser un todo terreno Wagner se paso décadas siendo uno de los escritores mas prolíficos del cómic británico y aun no me he leído todo lo que ha escrito, pero estoy en ello) Y para ello nada mejor que colaborar con alguien con bastante experiencia en ese terreno, John Ridgway, a quien muchos recordaran por ser el primer y escalofriante dibujante del primer volumen de Hellblazer.
Juntos se embarcaron en la creación de esta peculiar historia que toma prestados elementos y tópicos de diferentes géneros combinándolos para crear algo diferente y aterrador. La idea de un misterioso forastero sin memoria a quien persigue su pasado es algo que habremos visto en incontables ocasiones en multitud de medios, solo que a este Dead Man no le persigue la ley, ni unos criminales, sino una presencia que parece haber escapado del propio infierno. Y al ambientar la historia en un futuro post-apocalíptico en lugar de en la clásica ciudad fronteriza en el desierto, esto permitió a Wagner y a Ridgway jugar con el escenario y sorprendiendo al lector a cada rato, ya que en un mundo así no había reglas escritas y podía suceder cualquier cosa.
Y así en ese mundo de pesadilla seguimos la odisea de este forastero a quien la muerte parece perseguir para acabar con su trabajo y su joven guía a la búsqueda de respuestas y de evitar mas sufrimiento al pueblo que le salvo la vida. Un aterrador viaje a través de un interminable desierto radiactivo que mantiene al lector con el corazón en un puño y donde nos encontramos a un Wagner mas sobrio que huye del humor negro que suele caracterizar sus trabajos para ofrecernos un relato mucho mas sombrío de lo habitual en el que no parece haber lugar para la esperanza, solo un lento caminar hacia lo inevitable.
Una historia perfecta para alguien como John Ridgway, a quien en Hellblazer ya habíamos visto como se desenvolvía en esto del terror, y que aunque aquí cambia la infernal Londres de John Constantine por un desierto sin fin en el que la maldad acecha en cada sombra, su estilo encaja como un guante aquí. El talento de Ridgway consigue casi resulte mas aterrador lo que no vemos, lo que solo nos insinúa, que lo que nos muestra claramente, y su forma de retratar ese mundo inhóspito y desolador que parece tan muerto como su protagonista provoca una sensación de incomodidad constante que nos mantiene en tensión hasta el final. Un dibujante que supo sacarle el máximo partido al blanco y negro en el que se publico la historia, sacándole el máximo partido al contraste entre luces y sombras y transmitiendo mas con unas simples siluetas que muchos otros dibujantes con dibujos llenos de detalle.
The Dead Man son apenas cien paginas que se leen de un tirón (aunque casi mejor no leerlo de noche como hice yo) en las que nos encontramos a dos grandes del cómic británico dándolo todo recordándonos que el terror debe ser mas que una simple sucesión de sustos encadenados y probando la versatilidad de un medio en el que todo es posible. Un cómic que ademas es la prueba de que pese a todas las calumnias que Diógenes vierte sobre mi, se hablar de muchas mas cosas además del manga y que no he olvidado el cómic británico ni muchísimo menos. Eso si, me temo que como sucede con buena parte de los grandes cómics que han surgido de 2000 AD y demás cabeceras británicas, la única opción de leer esto es a través de su edición original en ingles (se ha recopilado un par de veces) ya que tristemente estos cómics nunca parecen acabar de cuajar por aquí.