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Alan Moore evitó una masacre mutante: La Patrulla X en Australia (III)

Como decía John Lenon, «la vida es eso que te pasa mientras haces otros planes». No era la primera vez que los planes de Chris Claremont en X-Men tenían que cambiarse a última hora, porque quieras que no, cuando vas trabajando con cincuenta o hasta cien números por adelantado, es normal que la editorial te meta mano con algún crossover o alguna cosilla. Por eso no era raro que, estando en el número 150 de Uncanny X-Men, Chris Claremont ya estuviera barruntando lo que pasaría en la serie durante los ciento cincuenta números posteriores; era una idea general, una especie de hoja de ruta que pensaba cambiar sobre la marcha, pero ni él mismo era consciente de lo mucho que iba a tener que cambiarlo..

Claremont, en tiempos más felices e inocentes.

Porque el primer golpe fue, cómo dijimos, el asunto Factor X. Puede que Claremont llevara más de cincuenta números con Scott fuera del grupo, pero consideraba que él era parte del reparto de la serie, aunque fuera ya en un papel más secundario. Toda la trama de Rachel habría tenido más sentido en su resolución con Scott Summers de por medio, pero al no disponer de él la mejor opción era sacarla de en medio y encargarse de ella a posteriori, ya fuera en Excalibur o donde fuera. Mientras tanto Nimrod, la gran historia de centinelas -y Terminator- que llevaba cebando desde año y medio atrás, había sido rematada con prisas en esos mismos números, para saltar directamente a una historia en la que un puñado de espantajos salidos de la nada de repente empezaban a masacrar morlocks como si esto fuera una partida de Fornite. Sí, aquello fue un apaño de última hora, porque Claremont en realidad tenía otros planes…

¡Y Nimrod estaba en todos ellos!

¿Recordáis todo el repaso que he hecho en los dos posts anteriores para no meterme en harina con la Masacre Mutante? ¿Sí? Bien, pues no es algo que yo haya hecho por capricho, porque todos estos cómics en realidad forman parte de la Masacre Mutante original. Y es que toda esta pelea con el Club Fuego Infernal y Nimrod habría enlazado directamente con la aparición de un tal Sir James Jaspers en el juicio de Magneto original, el del número 200 de Uncanny X-Men. Jaspers en aquel momento era un personaje de Marvel UK prácticamente desconocido entre los lectores estadounidenses, pero si decimos que había sido creado por Alan Moore y Alan Davis durante su etapa en Capitán Britania, como que el interés de la muchachada del momento podría haber crecido exponencialmente, y más si tenemos en cuenta que toda esta historia se iba a publicar más o menos a la vez que Alan Moore estaba publicando su Watchmen en DC Comics… Y entonces Alan Moore se cabreó. Pero no nos adelantemos, vamos primero con el plan de Chris Claremont.

¿Vosotros creéis que Alan Moore podría enfadarse por decir que sus cómics del Capitán Britania son tebeos de mutantes?

El plan de Claremont era convertir Uncanny X-Men en Alan Moorelandia, tal cual. Iban a salir el ya mencionado Jaspers, Merlyn, Roma, la Tecnorred, el Capitán Britania, Betsy Braddock… Y aunque esos cómics iban a estar dibujados por John Romita Jr -que estaba entusiasmado con la idea, tal y como manifestó en alguna entrevista- también se traerían al dibujante de los cómics de Alan Moore, Alan Davis, para darle más legitimidad al asunto; la idea era no solo poner patas arriba Uncanny X-Men, si no introducir todo el material de Marvel UK a los lectores norteamericanos. Todo ello a través del choque entre la Patrulla X y su adversario más espeluznante hasta ese momento: La Furia.

¡Cybiota como tú de idiota!

La Furia, lógicamente, era otro personaje de la etapa Davis/Moore en Capitán Britania, y venía a ser una especie de centinela asesino de superhéroes creado por el James Jaspers de una tierra alternativa en la que llegó a ser primer ministro y la cosa acabó como el rosario de la aurora, con todos los superhéroes muertos y la realidad entera teniendo que ser tirada a la basura porque, resumiéndolo todo rápido y mal, si no te has leído el Capitan Britania de Alan Moore ya estás tardando que yo no te la voy a reventar. La cuestión es que Jim Jaspers era un mutante con el poder de manipular la realidad, poder que cada vez que usaba le hacía perder un poco más la chaveta… Más o menos haciendo que se convierta en el Sombrerero Loco de su propia versión de Alicia en el País de las Maravillas, siendo así el responsable de la creación de La Banda Loca -en la que todos son personajes del susodicho libro- y de la Furia, una especie de Terminator asesino de superhéroes basado en un personaje que se menciona en un poema del propio Carroll cuyas únicas líneas tienen lindezas como «Vamos a ir juntos ante la Ley: Yo te acusaré, y tú te defenderás. ¡Vamos! No admitiré más discusiones. Hemos de tener un proceso, poque esta mañana no he tenido ninguna otra cosa que hacer.» (…) «Yo seré al mismo tiempo el juez y el jurado’ -dijo taimadamente la vieja Furia- ‘Yo seré la que diga todo lo que haya que decir, y también quien a muerte condene.’»

La Furia es el Juez Dredd de Lewis Carroll.

Así, el plan de Claremont era que La Furia reemergiera en el universo 616 (esto son tebeos, siempre hay una forma de resucitar al personal) y se fusionara con Nimrod, creando una versión hiperdesarrollada de ambos con una inteligencia extremadamante alta y una elocuencia a juego; la idea era que Furianimrod hiciera su aparición en la pelea entre la Patrulla y el Club Fuego Infernal y procediera a masacrar a estos últimos, aunque no he conseguido encontrar ninguna referencia a cuál era el papel de Rachel en esa historia, si se iba a enfrentar a Nimrod, si iba a cruzarse otra vez con Scott o si iba a acabar en Otromundo en vez del Mojoverso. A saber.

Tardaríamos casi veinte años en ver ese enfrentamiento entre Rachel y La Furia, que se le va a hacer.

 

La cuestión es que tanto el Club Fuego Infernal como los muchachos de Xavier iban a ser derrotados, que Tormenta y su banda iban a escapar fatal y que Rondador Nocturno acabaría fuera de juego sí o sí, con lo que el siguiente movimiento de la Furianimrod sería colarse en los túneles morlock y se ponerse las botas a matar mutantes -a Claremont nunca le había hecho mucha gracia eso de que hubiera muchos mutantes, la idea siempre fue que fueran poquísimos y a Paul Smith se le fue la mano haciendo multitudes de morlocks-, con lo que una Patrulla tremendamente perjudicada tendría que hacer de tripas corazón y enfrentarse a Nimrod otra vez… Y esta vez sí, esta vez Kitty entraría en fase con el ciberbicho y le freiría todos los circuitos, provocando que la pobre muchacha acabara tan mal o peor que Kurt y ambos tuvieran que pillar la baja en la Isla Muir (y acabar fundando Excalibur, sí). Y no, ahí no acababan los planes de Claremont para Furianimrod…

Paul Smith debe ser el único dibujante que te dibuja una multitud aunque no se la pides.

Porque el Jaspers del universo 616 se iba a juntar con el bicho chungo y empezar una campaña antimutante masiva, cada vez más retorcida y opresiva hasta el punto de poner a toda la opinión pública contra la Patrulla X, obligándolos a hacer grupo con todos los mutantes del planeta -que recuerdo, en aquel momento eran pocos- para sobrevivir; la cosa acabaría otra vez en la Caída de los Mutantes con Forja, Roma y el Lugar Peligroso tragándose no al Adversario si no a La Furia/Nimrod/Jaspers, y además en esta ocasión los cambios para la Patrulla X no serían simplemente un cambio de empadronamiento, si no que los poderes de manipulación de la realidad de Jaspers tendrían un efecto permanente sobre ellos y permitirían que Claremont pudiera tener montones de números posteriores con los personajes cuestionándose su identidad y todos esos dramas que tanto le gustaban. Y a partir de ahí y hasta el número 300 de Uncanny X-Men se iniciará un laaaargo camino hasta deshacer todo el daño de Jaspers y la Furia hasta convertir a los mutantes en algo admirado y hasta envidiado por el resto del planeta, convirtiéndolos en auténticas celebridades… Pero claro, éso eran los planes de Claremont en 1985 antes de Factor X, Bob Harras y hasta Alan Moore. Alan Moore que, en efecto, fue el primer villano de toda esta historia, porque fue él el que corrió a cortarle las alas.

This man, this MONSTER!

Porque en aquel momento en Marvel tampoco eran idiotas, y sabían que Alan Moore vendía, por lo que decidieron editar en EEUU sus historias del Capi y Doctor Who, introduciendo así a los lectores norteamericanos a los personajes que iban a recuperar en la Masacre Mutante. Sin embargo, ya con la edición de Doctor Who saltaron las alarmas, porque a Alan Moore no le hizo ni pizca de gracia que no le pagaran royalties por sus historias -básicamente le estaban aplicando la ley americana a unos cómics que estaban sujetos a la ley de Reino Unido y la UE- y por lo visto su cabreo fue bien fino al ver también a Jaspers en el 200 de Uncanny, hasta el punto de que los abogados de Marvel se dieron cuenta de que era posible que Moore pudiera ganarles el juicio y recomendaron encarecidamente que ni James Jaspers ni ninguno de los personajes de Alan Moore fueran utilizados en los cómics de Marvel hasta nueva orden (nueva orden que duraría hasta los tiempos de Joe Quesada, nada menos). Y así tuvo Chris Claremont que improvisar la Masacre Mutante…

Eso sí, luego en Excalibur Claremont se quedó a gusto sacando a todos los personajes de Captain Britain que no había creado Alan Moore…
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