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Dick Fight Island – Reibun Ike nos presenta el mas delirante y descarado torneo de artes marciales de la historia

A la mierda Mortal Kombat, Street Fighter, el Torneo Mundial de las Artes Marciales de Dragon Ball o el de las Siete Ciudades Celestiales, aquí ha llegado el campeonato de lucha definitivo que sabíamos que se acabaría reseñando aquí ¡DICK! ¡FIGHT! ¡ISLAND!. Así es, finalmente ha caído en mis manos una copia de este delirante e inclasificable manga de Reibun Ike que prometía aportar un punto de vista diferente a todas estas historias de artes marciales que conocíamos y vaya que si ha cumplido esa promesa. Así que ahora toca dejar a un lado los prejuicios y los remilgos para zambullirse de lleno en esta torneo en el que al contrario de lo que sucede en la mayoría de competiciones el vencedor sera el ultimo en acabar…

Diógenes no volverá a quejarse de las armaduras de los Caballeros del Zodiaco

Pulau Yong’unda, un misterioso archipiélago que no fue descubierto por el mundo exterior hasta finales del siglo 20. Un lugar paradisíaco formado por ocho islas en la que residen otros tantos clanes que han desarrollado unas peculiares culturas y que no siempre han vivido en armonía. La guerra por la supremacía del archipiélago costo muchas vidas y recursos en el pasado, hasta el extremo de poner en peligro todo el ecosistema de sus islas, por lo que los lideres de los clanes llegaron a un acuerdo, el líder del archipiélago se escogería una vez cada cuatro años en el Gran Torneo del Wyrm entre los campeones de cada clan, hombre entrenados en las ancestrales técnicas y tradiciones de estas culturas aisladas del resto del mundo durante tanto tiempo y especializados en una forma de combate muy peculiar. Pero este año el campeón del Clan Jewell, Hart, quien ha pasado los últimos cuatro años estudiando en el exterior, ha aprendido allí una técnica misteriosa con la que cree que esta seguro de poder acabar, o mas bien hacer acabar, a cualquiera de sus oponentes…

Pero habrá que leer el manga para descubrir cual es esa misteriosa tecnica

Dick Fight Island, cuyo titulo original «Hachinin no Senshi» se traduciría como 8 Guerreros, pero los de Sublime, la editorial estadounidense que lo ha publicado allí, son unos cachondos, es un manga difícil de etiquetar. Delirante es lo mas cercano que se me ocurre aunque se queda muy corto a la hora de definir este manga en el que Reibun Ike parodia hasta el extremo mas ridículo todos los estereotipos posibles sobre los torneos de artes marciales de ficción. Aquí nos encontramos con escenarios exóticos, un torneo del que depende el destino de sus protagonistas, luchadores que presumen de técnicas antiquísimas e imbatibles… todo lo que podemos esperar encontrar en ficciones de este tipo. Torneos que ya habíamos visto parodiados en mangas como Dragon Ball pero que aquí Reibun Ike se ha llevado a un extremo bastante mas picante y explicito.

Hay que proteger lo importante

 

Un torneo en el que los vencedores no son declarados como tales por dejar inconscientes a sus rivales o por obligarles a rendirse. Los vencedores de los combates del Torneo Wyrm (llamado así en en honor a una gigantesca boa que habita en las islas, y no la mangaka no es nada sutil ni lo pretende) se deciden de una forma bastante mas peculiar que creo que sera mejor que deje a su protagonista que lo explique por mi.

¡Por supuesto que no es lo que pensamos!

Así es, quien eyacula primero pierde, por ello los luchadores llevan unas enrevesadas y grotescas armaduras en torno a sus genitales (y poco mas), para protegerse de las técnicas que cada clan ha desarrollado para estimular a sus oponentes y conseguir que, bueno, acaben primero. Aunque como comprobaremos enseguida la técnica secreta de Hart se especializa en atacar precisamente las zonas desprotegidas del cuerpo… Técnicas a cada cual mas ridícula pero que el manga nos presenta con toda la seriedad y dramatismo que esperaríamos encontrar en un manga de artes marciales serio.

¡Get over here!

Algo que es el mayor punto fuerte de este manga, que Reibun Ike se lo toma todo a cachondeo y el contraste entre lo muy en serio que sus protagonistas se toman estas tradiciones y técnicas, quienes no dejan de ser unos gañanes inocentones que en muchos aspectos de la vida no saben ni a donde van, provoca que el lector vaya saltando de la incredulidad a la risa a cada rato. Algo de lo que es fiel reflejo del lector Matthew, el amigo extranjero de Hart que le enseñó a dominar esa técnica suya y a quien le cuesta creer en que mundo se ha metido.

Creo que este manga deja así a todo el mundo

 

Pero como todo manga BL/Yaoi que se precie además del torneo en si tenemos las relaciones entre estos luchadores que se conocen de toda la vida y que se han pasado años “entrenando” juntos. Punto en el que Reibun Ike reincide con saña en tratarles como a una panda de ignorantes perdidísimos incapaces de darse cuenta de lo que sienten o de lo que les gustaría hacer realmente con sus “competidores”. Que si te pasas años “entrenando” como entrena esta gente es normal que las líneas entre la amistad y algo mas acaben difuminándose pero estos paletos tardan lo suyo en darse cuenta y tiene que ser Hart quien les oriente un poco gracias a lo que ha aprendido fuera.

Están empezando a descubrir los misterios de la vida

Y aunque este manga es muy divertido, y solo por ver la forma en la que Reibun Ike retuerce (y no es lo único que se retuerce aquí, ejem) todos los tópicos del genero de artes marciales, de nuevo en estos casos conviene hacer alguna advertencia que otra. Aunque Diógenes me vino el otro día todo asustado preguntándome que si esto era porno cuando se entero que me había llegado el manga (es muy mojigato) supongo que la respuesta es que depende. El manga es explicito, se ven cosas y las mujeres aquí son personajes de fondo casi sin dialogo. Pero entre la forma en la que se cuenta todo, con mucho humor y que no se llega a ver todo, Dick Fight Island es tan porno como pueda serlo el Historias de Sexo y Chapuza de Carlos Gimenez, el Black Kiss de Chaykin o el Sex Criminals de Fraction y Zdarsky, vamos, que un poco si, pero no como para que Diógenes se plantee prenderme fuego.

Para que Diógenes no se ofenda vamos a censurar esto un poco a lo Hawkguy

Pero cualquier cosa que pueda decir de este manga palidece en comparación a disfrutar en toda su gloria de los pintorescos combates que se desarrollan en sus paginas y que casi parecen salpicar al lector, por lo que recomiendo a todos aquellos lectores de mente abierta y escasos prejuicios que se lancen de cabeza a por su lectura. Aunque ahora me pregunto es hasta que nuevos extremos puedo llevar esta diversificación de Brainstomping, porque con lo extenso que es el mundo del Manga no me cabe duda de que por ahí hay alguna serie aun mas loca que esta que tocará reseñar.

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