Mientras Diógenes se dedica a hablarnos de superhéroes deprimentes y cómics viejos de los que nadie se acuerda, voy a tratar de aportar un poquito de actualidad al blog con un reciente estreno, The Mitchells vs. the Machines. Esta comedia animada, que debido a la pandemia ha terminado estrenándose en Netflix hace un par de semanas en lugar de en los cines como estaba previsto, ha resultado ser todo un soplo de aire fresco muy necesario en estos tiempos que corren. Y es que esta comedia familiar de ciencia ficción con toques de critica social no solo ha resultado ser una película divertidísima, si no que ha resultado ser toda una sorpresa que no tiene nada que envidiar a las grandes productoras de animación. Así que ahora toca ver que es lo que ha hecho grande a esta película.
Katie Mitchell es una adolescente que ansia con ganas que llegue el día de marcharse a la escuela de cine en California para cumplir su sueño de convertirse en cineasta y también de alejarse de un hogar en el que no siempre se ha sentido comprendida. Pero en un ultimo intento desesperado de congraciarse con ella antes de su marcha, su padre decide cancelar su billete de avión para hacer un viaje en coche en familia hasta la costa oeste. Y si Katie creía que eso era lo peor que podía sucederle es porque no podía imaginarse que tenían un apocalipsis robotico a la vuelta de la esquina y que ella y su familia iban a convertirse en la ultima esperanza de la humanidad.
Como decía al comienzo hacia tiempo que no me divertida tanto con una película o que esta me sorprendía tanto, y si añadimos que últimamente me da mucha pereza verme películas del tirón (algo de lo que Diógenes puede dar fe) mucho debió gustarme esta para hacerlo. Y es que The Mitchells vs. the Machines es una película muy redonda capaz de divertirnos, emocionarnos, colar alguna que otra critica social con mala leche (tampoco demasiado, no vayamos a pasarnos) y dejarnos pegados al sillón. Algo que tiene mas merito aun si tenemos en cuenta que esta película es el debut como directores de Mike Rianda y de Jeff Rowe, habiendo sido el primero director creativo y guionista de Gravity Falls (una serie que tengo que ver un día de estos) y el segundo guionista de la misma serie y de Disenchantment además de co-escribir el guion de esta película. Aunque seguro que ha ayudado el tener a bordo a Phil Lord y Christopher Miller como productores, dos de los responsables de películas como The Lego Movie y Spider-Man. Into the Spider-Verse.
El resultado de todo este talento junto es una película de aventuras y ciencia ficción divertidísima en la que la familia Mitchell se vera de improviso con la responsabilidad, que no han buscado y para la que no se sienten preparados, de salvar el mundo del apocalipsis robot provocado por la avaricia de una empresa tecnológica. Una familia que me ha resultado curioso como durante toda la película nos recalcan que son una familia disfuncional cuando a mi me han parecido de lo mas normales y auténticos, alejados de esos clichés de familias perfectas que la ficción a veces nos quiere vender y de los que se burlan en aquí mismo, quedando bastante claro el mensaje de que eso a los que muchos llaman disfuncional o diferente no lo es tanto.
Y es cierto que a lo largo de la película se utilizan y muy a menudo muchos de los tópicos de las películas familiares, el aceptar las diferencias, trabajar en equipo, sacar lo mejor de cada uno, superar las adversidades, que la familia de verdad no tiene porque ser de tu propia sangre… Elementos que para muchos pueden resultar incluso empalagosos, pero aquí esta todo tan bien llevado que no parece la misma formula de siempre. Además de que como decía mas arriba en los tiempos en los que vivimos se agradecen y mucho historias como estas, sobre todo cuando se encuentra entrelazado con un manejo de la acción, el humor y el ritmo que hace que la película se pase volando.
Pero si hay algo que para mi ha destacado en esta película por encima de todo es su apartado visual cuya responsable omití antes al hablar del equipo creativo porque su trabajo se merecía una mención aparte, Lindsey Olivares. Esta ilustradora fue la primera persona en unirse al proyecto de Mike Rianda y la responsable de reunir a la mayor parte del equipo artístico de la cinta para que diesen vida a su visión de este peculiar mundo. Alguien que como Mike Rianda también hace su debut en esta película, en este caso como responsable del diseño de producción. Gracias a su trabajo diseñando tanto a los personajes como los “mundos” en los que estos se mueven, esta película posee un estilo visual muy original. Un estilo que combina un 3D con texturas que casi parecen pintadas a mano, alejado de ese aspecto tan perfecto y artificial que tienen otras películas, con momentos puntuales en los que elementos en 2D y colores planos se combinan con esta para dar énfasis a determinados momentos de la historia o aportar un toque de humor. Y el resultado de todo ello es conseguir que esta película tenga una estética casi única.
Poco mas me queda por añadir a la hora de recomendar esta película que no solo se ha convertido en una de mis películas animadas de los últimos años, sino que es la prueba de que a productoras como Pixar o DreamWorks les ha salido un duro competidor que espero que provoque que todos se esfuercen en sacar películas aun mejores (que por ahí en el horizonte tenemos la secuela de into the Spider-Verse. Así que todo el mundo a ver The Mitchells vs. the Machines que vale mucho la pena.