A estas alturas cualquiera que lea, aunque sea de pasada, los cómics de Marvel ya se ha enterado de que Xavier ha montado en Krakoa una Utopía mutante y muy mutante a la que los humanos no tienen acceso. Una situación de la que hemos podido ver numerosos ejemplos a lo largo de la etapa de Hickman en los que se prohíbe el acceso a la isla a aquellos que no tienen el Gen-X, incluso cuando se trata de viejos amigos y aliados de la Patrulla-X. Aunque como muchas otras cosas de esta etapa, y en general de los cómics de Jonathan Hickman, a veces la coherencia interna brilla por su ausencia ya sea por pereza o por desidia, o quizás en el caso concreto que hoy nos ocupa se trate solo de excepciones arbitrarias que nadie se ha molestado en explicar (me inclino mas por lo primero), pero como veremos a continuación esta norma de que Krakoa es solo para los Mutantes es una que solo se aplica cuando conviene a los autores de turno.
Antes de continuar conviene explicar, para los que no sigan la etapa actual de los Mutantes (no les culpo por ello) que esto de que los humanos no pueden pisar Krakoa es simplemente una ley que han decidido aplicar, no se trata de que los humanos entren en combustión espontanea al pisar la isla ni nada parecido. Simplemente han programado las puertas teleportadoras que genera la isla para que solo dejen pasar a quienes poseen el Gen-X, aunque como hemos visto en unas cuantas ocasiones están pueden ser reprogramadas para dejar pasar a cualquiera. Ya en el mismo primer numero de House of X vimos a Jean Grey explicando a unos niños mutantes que aquellos no-mutantes que deseen cruzar una de esas puertas deben ir acompañados por un mutante y solicitar permiso a Krakoa, el mismo numero en el que vimos como los embajadores de algunos países fueron invitados a la isla para conferenciar con Magneto. Y en otros momentos de esta etapa hemos llegado a ver como la Saqueadora, la nave de Corsario y sus Saqueadores Estelares, posee su propia puerta para que el padre de Cíclope y Kaos (y Vulcan, argh) pueda visitar a su familia. Así que queda claro que lo de los humanos fuera de Krakoa es solo una norma, no una imposibilidad física.
Unas puertas que como hemos podido ver en otras series funcionan como les da la gana. Esto lo aprendió dolorosamente Kitty (no pienso llamarla Kate) Pryde cuando en Marauders los portales de Krakoa dejaron de aceptarla pese a que poseía el Gen-X y seguía siendo mutante. Una situación que se arreglo cuando se murió y le clonaron un cuerpo nuevo, pero para la que nunca dieron ninguna explicación coherente, simplemente se debía a exigencias del guion ya que la historia requería de una excusa para que tuviese que capitanear un barco en vez de ir teletransportandose por ahí. Una historia en la que pudimos encontrar otra de esas pequeñas inconsistencias de la historia, ya que hay ocasiones en las que cuando uno de esos portales no deja pasar a alguien este es como un muro de cristal solido, como dolorosamente comprobó Kitty, pero en otras ocasiones es simplemente un marco vacío que se atraviesa como una puerta normal y corriente como le sucedió a Franklin. (que costara ponerse de acuerdo entre los autores sobre el funcionamiento de estas cosas).
Pero dejando a un lado que las puertas funcionen como les da la gana dependiendo de quienes hagan el cómic ese día, lo que esta claro es que la ley de Krakoa dicta que los no-mutantes no pueden pisar la isla (a Corsario al menos le dejan viajar a la casa que su hijo se ha montado en la Luna, pero eso o es nepotismo o que esa casa lunar no cuenta como Krakoa para aplicar esas leyes) y de esto también encontramos muchos ejemplos. El mas reciente es el que Diógenes mencionó el pasado Lunes, cuando Charles Xavier le dejaba mas que claro a Franklin que como habían comprobado que el no era ni jamas fue mutante, ya no podría viajar a la isla para ver a sus amigos. Que uno pensaría que después de la que le liaron en el X-Men vs Fantastic Four al menos tendrían la consideración y la decencia de darle una invitación o algo, pero nada, vetado para siempre.
Una falta de consideración de la que no escapan ni siquiera personajes como el Doctor Extraño, que pese a haber sido aliado de la Patrulla-X durante muchísimos años y amigo personal de Charles Xavier, también se encontró con dicha prohibición cuando viajo hasta Krakoa para reclutar la ayuda de Illyana Rasputin, con “Teen Cable” dejándole claro que los humanos no eran bienvenidos en la isla. Una prohibición que Extraño se tomo con bastante humor limitándose a flotar por encima del suelo y afirmando que ya no estaba en Krakoa, recordándonos de paso lo ridículo de esa ley.
Y si los aliados de la Patrulla-X no están exentos de esas leyes, tampoco lo esta la familia, como pudo comprobar Cain Marko, el villano y antiheroe mas conocido como el Juggernaut. Un personaje que pese a ser hermanastro del propio Charles Xavier y que su relación con este había mejorado en los últimos años hasta el punto de ser aliado de los X-Men, se encontró con la negativa de su hermanastro para ir a Krakoa. Una situación que debe doler mas cuando uno se para a pensar que gentuza como Dientes de Sable, Rojo Omega, Míster Siniestro (¿Y este no era un humano mutado por las maquinas de apocalipsis y no un mutante de verdad? ¿que hace ahí.?) o Apocalipsis no solo pueden vivir tranquilamente en la isla, sino que algunos incluso tienen cargos importantes dentro de la administración de esa nueva nación. Pero ya se sabe, si no eres mutante te quedas fuera.
Todo esto hace pensar que aquella escena que vimos en el Giant-Size X-Men Nightcrawler de Alan Davis, cuando Illyana se sorprendía al descubrir que el brazo tecnorganico de su amigo Doug Ramsey en realidad era su viejo compañero de los Nuevos Mutantes Warlock, y que estos le pedían que guardase ese secreto, igual obedece a que Warlock, pese a ser considerado mutante entre su raza, es un alienigena que no posee el Gen-X y por lo tanto no es bienvenido en Krakoa. Y viendo como de idiotas so con estas leyes no me sorprendería en absoluto que le prohíban la entrada pese a su larguísima asociación con los mutantes y que Doug le haya metido de “contrabando” en la isla por no dejar solo a su amigo. Que a todo esto, tampoco me suena haber visto por allí a Longshot, igual también le han dejado fuera.
Pero claro, luego uno se lee la nueva serie de Factor-X, esa serie que quiere seguir los pasos de las ultimas etapas de Peter David al frente del titulo, y convertirles en una agencia de investigación (aunque Lorna sea la única que repite) y se encuentra con algo que no parece encajar del todo en con todos estos ejemplos anteriores. Y es que en el primer numero de la serie nos encontramos con Estrella del Norte, ese mutante al que Marvel ignoró por completo después de su boda una vez conseguidos los titulares que buscaban, viviendo en Krakoa con su marido humano Kyle Jinadu.
¿Entonces en que quedamos? ¿Los humanos pueden o no pueden estar en Krakoa? Porque hasta ahora todo lo que habíamos visto apuntaba a lo segundo, Red y Sue Richards no podían visitar a su hijo cuando estuviese en la isla, a Corsario solo lo hemos visto en la casa de la Luna de su hijo, no en la isla, y cada vez que amigos, aliados o incluso familia han tratado de visitar la isla se les ha denegado la entrada. Que a todo esto tampoco hemos visto por ahí. a Lucinda Guthrie pese a ser madre de al menos cuatro mutantes, ni tampoco a Izzy Kane/Smasher, la esposa humana de los hijos de Lucinda, Sam/Bala de Cañon. Y pese a que en ese mismo cómic anteriormente mencionado de Factor-X David Alleyne/Prodigy tiene un papel prominente, tampoco hemos visto ni rastro, ni tan siquiera una mención, de su novio Tommy Shepperd/Speed (y eso que hasta no hace mucho se le consideraba como mutante, pero a saber como se le considera ahora tras el retconeo de su madre la Bruja Escarlata).
Que igual todo esto se ha explicado en un párrafo perdido uno de esos apéndices larguísimos y soporíferos que aparecen en los cómics, y si te casas con alguien que sea mutante te consideran ciudadano de pleno derecho de Krakoa pero no si son tus hijos quienes son mutantes, tu hermanastro o tu pareja con quien no has pasado por el altar. O quizás simplemente se trata de que han lanzado la idea al aire para reforzar ese aire de supremacismo que impregna toda esta etapa y luego cada autor ha hecho lo que le ha dado la gana sin preocuparse por las incoherencias internas que vayan apareciendo.
Yo personalmente no tengo mucha fe en que esto se vaya a explicar, que ya son muchos años leyendo cómics de superhéroes y encontrándome con cosas de este tipo en las que parece que ni los autores son capaces de ponerse de acuerdo en como funcionan los elementos de la historia que están contando ni los editores parecen hacer un esfuerzo en darle algo de coherencia al a historia. Y si a todo esto le añadimos que se trata de una historia organizada por Hickman, famoso por divagar, perder el interés en lo que esta contando y por volverse loco a meter paja en sus historias, esa fe se queda prácticamente a cero. Así que lo único que esta claro es que Krakoa es solo para los mutantes… a ratos.