Tras la etapa de Dan Slott en Iron Man, que tuvo sus momentos pero que no estuvo a la altura de lo que esperaba, le tenia muchas ganas al comienzo de la etapa de Christopher Cantwell al frente de la serie. Un creador de quien tras disfrutar muchísimo con la serie de televisión que co-creo hace unos años, Halt and Catch Fire (un día tengo que reseñarla) y su trabajo en la serie del Doctor Muerte, me fio bastante. Y el primer numero de su etapa junto con Cafu ha sido todo lo que esperaba y casi que incluso un poco mas, ofreciéndonos un prometedor relanzamiento del personaje con el punto justo de nostalgia y que al menos de momento esta siendo justo lo que necesitaba el personaje.
Tony Stark ha muerto y vuelto a nacer… una vez mas. Un acontecimiento que le ha hecho replantearse muchas cosas sobre su forma de ver la vida y hacia donde quiere que se encamine esta, llegando a la conclusión de que quizás lo que necesita es dar un paso atrás y volver a lo básico para verlo todo mas claramente. Un cambio de perspectiva que no incluye dejar de ser un héroe y un Vengador o renunciar a intentar mejorar el mundo, por lo que en esta nueva etapa de reinvención seguirá encontrándose con numerosos obstáculos en su camino mientras una ominosa y familiar amenaza se asoma por el horizonte…
Casi se podría resumir este primer numero como “Tony Stark sufre la crisis de la mediana edad” (aunque con la peculiar cronología del Universo Marvel es difícil saber que edad exacta tienen los personajes) algo que Cantwell no se molesta en disimular, mostrándonos a un Tony Stark que casi parece deseoso de empezar de nuevo y volver a ser aquel joven empresario que estaba comiéndose el mundo, jugando con tópicos como el mostrárnoslo comprándose un cochazo clásico, participando en carreras de coches ilegales e incluso abandonando los aspectos mas avanzados de su tecnología para estrenar una armadura deliciosamente retro (solo le ha faltado buscarse una novia de 18 años).
Y aquí quiero hacer un inciso para comentar simplemente lo mucho que me gusta este nuevo/viejo diseño de Iron Man cortesía de Alex Ross. Este, quien ha dejado claro a lo largo de toda su carrera que es un amante de los diseños clásicos de los personajes, ha sabido combinar casi a la perfección el diseño de la que para mi siempre sera la mejor armadura de Iron Man, la “clásica”, que acompañó a Iron Man durante buena parte de las décadas de los 70 y 80, con un toque moderno que solo necesitaría unos pequeños retoques para ser casi tan perfecta como aquella (le sobran tantos circulitos luminosos en botas y guantes). Un sabor clásico que destaca en pequeños y entrañables detalles como que en contraste con lo que hemos visto en el cine con esas armaduras que prácticamente salen de la nada, la armadura actual de Stark hay que ponérsela como quien se pone la ropa y cabe a la perfección en un maletín. Esta claro que en esta etapa tanto personaje, como autores y lectores estamos volviendo al pasado.
Pero esto no quiere decir que estemos ante una serie que se limita a recrearse en una nostalgia mal entendida, pese a que también nos encontremos con el regreso de unos cuantos villanos y aliados a los que hacia tiempo que no veíamos, y es evidente que Cantwell quiere llevar al personaje a nuevos territorios pero dejando claro que hay elementos del pasado que vale la pena conservar y que no todo puede consistir en quedarse anclado en el pasado ni tampoco en modernizarlo tanto que resulte irreconocible, siendo este primer numero un buen ejemplo de ese equilibrio que parece querer mantener en su etapa.
Una etapa que ademas, y partiendo de un momento casi calcado de la mejor película de Iron Man que se ha rodado (si, la tres, la de Shane Black), nos presenta a quien sera el enemigo (nunca mejor dicho) de Iron Man en esta nueva etapa. Un enemigo del que aunque aun no se nos revela su identidad en este primer numero (pese a que los avances del segundo de la serie ya nos han reventado la sorpresa) la ultima pagina de este cómics ya nos da una pista no demasiado sutil de quien se trata en realidad y es alguien que promete bastante.
Al frente del apartado gráfico nos encontramos con un paisano, el madrileño Cafu, el alias de Carlos Alberto Fernández Urbano, uno de esos dibujantes que para mi habían pasado un poco desapercibidos (en buena parte por culpa mía que le he hecho poco o ningún caso a Valiant, donde ha trabajado bastante) pero que aquí me ha sorprendido muy agradablemente y que pese a llevar ya unos cuantos años dedicándose a esto de forma profesional es de esos autores a los que uno ve mejorar a cada nuevo trabajo. Aquí podemos apreciar que se le da igual de bien el dibujar a humanos que armaduras (algo que no siempre ha coincidido en los dibujantes de Iron Man) y se maneja bastante bien en las escenas de acción, por lo que si sigue por este camino estamos ante una gran etapa. Y ademas aquí el coloreado de Frank D’Armata le sienta mucho mejor que el trabajo de otros coloristas con los que le había visto trabajar antes.
De momento yo me encuentro bastante satisfecho con esta nueva etapa de Iron Man que acaba de comenzar y que promete bastante, en buena parte por ese giro hacia la nostalgia bien entendida pero sobre todo por los buenos ratos pasados con el trabajo previo de Cantwell con el Doctor Muerte. Así que como siempre toca esperar como se ira desarrollando todo esto, pero a mi de momento me han ganado como lector y espero con ganas el poder volver a disfrutar al cien por cien de una serie de Iron Man.