Hoy toca una vez mas retroceder un poco en el tiempo para recordar el que hasta el día de hoy fue el ultimo volumen de los Young Avengers (esperemos que la cosa cambie tras Empyre). Un volumen que no se hizo esperar demasiado tras la ultima incursión del grupo en el mercado, el Avengers: Children’s Crusade, pero en el que esta vez Marvel no debió querer esperar a que Heinberg y Cheung tuviesen un hueco en sus agendas y los nuevos encargados de llevar el rumbo de estos personajes fueron Kieron Gillen y Jamie Mckelvie. Dos autores que cambiaron el enfoque de la serie, unieron a nuevos miembros al grupo, les llevaron a explorar nuevos escenarios y enfrentarse a nuevas e insólitas amenazas y les alejaron poco a poco de la adolescencia para ir entrando en la aterradora edad adulta. Así que de nuevo tras avisar de que hay numerosos SPOILERS de este volumen, entremos en materia para recordar entre otras cosas como es que este volumen se convirtió rápidamente en mi favorito de la serie.
Para Billy su novio Teddy lo es todo y haria cualquier cosa por hacerle feliz. El problema es que cuando estas destinado a convertirte en un ser todopoderoso que reescribirá las leyes de la magia en el multiverso y muy poca experiencia, tus deseos pueden convertirse rápidamente en pesadillas. Y si ademas una viajera multiversal con muy mal carácter aparece de la nada para protegerte de un antiguo y renovado dios que quiere matarte, o quizás ayudarte o puede que solamente robarte el poder, no te queda mas remedio que reunir a la vieja banda, hacer nuevos amigos y emprender un alocado viaje por la realidad tratando de ponerlo todo en su sitio sin morir en el intento.
Si en las apariciones anteriores de los Young Avengers, tanto en sus series propias como en las miniseries que habían compartido con los Runaways, les habíamos encontrado siempre sumergidos de lleno en lo mas granado de la historia del Universo Marvel, haciendo frente a enemigos tan clásicos como Kang, el Doctor Muerte o el Imperio Skrull entre muchos otros, en este volumen Kieron Gillen y Jamie Mckelvie optaron por un enfoque completamente diferente. Y es que tras ocho años de existencia los cada-vez-menos-adolescentes necesitaban graduarse y dejar de enfrentarse a los enemigos de otros para tener sus propios y aterradores adversarios.
Aunque para ser honestos no es del todo correcto afirmar que aquí los Young Avengers se alejaban del todo de ese enfoque de que sus aventuras girasen en torno a elementos clásicos del Universo Marvel. Porque esta serie es ademas una especie de secuela espiritual (y directa) de uno de los mejores trabajos de Kieron Gillen, su Journey Into Mystery. Una serie en la que vimos los intentos de Loki por redimirse y acabar cometiendo su mayor crimen y que continua aquí ese tortuoso camino jugando a la ambigüedad y sin que nunca tengamos claro si este nuevo-viejo Loki es un aliado, un enemigo o si como siempre se encuentra simplemente en su propio bando (recordemos aquel clásico y mítico “For myself” de la etapa de Walter Simonson de Thor)
Y con una alineación que prescindía de Cassie (que aun estaba muerta) un Patriot que no les dejaron utilizar por razones que aun no están del todo claras (aunque Gillen le incluyo a su manera), y las nuevas inclusiones de America Chavez, Noh-Varr y Prodigy, el grupo se embarcó en una huida hacia adelante a través del multiverso tratando de escapar de un horror que amenazaba con consumir toda la existencia mientras buscaban una forma de evitarlo. Una mision que les sirvió para poco a poco abrazabar de nuevo con fuerzas su faceta superheroica con mas fuerzas que nunca tras las tragedias del volumen anterior.
Y ese fue el eje principal sobre el que giró la serie, el aceptarse uno mismo como lo que es y dejar atrás el miedo a ello, algo que encontramos de forma recurrente y aplicado a facetas muy diferentes de muchos de sus protagonistas. Unos protagonistas que en algunos casos temen hacerse adultos y dejar atrás la adolescencia, a quienes les aterra aceptar su autentico ser (o al menos lo que están destinados a ser) que reniegan de su naturaleza y a quienes simplemente decir en voz alta lo que sienten o lo que son les da pánico. Pero una y otra vez a lo largo de la serie nos encontramos con que cada vez que los personajes dejan atrás sus miedos y se aceptan a si mismos, ya sea reconociendo su papel en el esquema cósmico (y negándose a dejar que otros escriban su destino), su autentica identidad o simplemente asumiendo que no hay nada demasiado malo en hacerse mayor, estos se quitan un pesadisimo lastre de encima y asumen su autentico potencial.
Un enfoque tremendamente apropiado, y una metáfora nada sutil, si tenemos en cuenta que desde la concepción del grupo un tema importante en este ha sido la presentación de forma natural de personajes no heterosexuales. Y visto a través de ese prisma queda claro que todo lo que nos han contado aquí Kieron Gillen y Jamie Mckelvie puede entenderse como alegorías mas o menos sutiles de salir del armario, ya sea el ver a Loki dejar atrás sus miedos y aceptar que con todas sus luces y sombras el es quien es, encontrarse a Wiccan aceptar su futuro como Demiurgo o incluso ese momento en el que las metáforas saltan por los aires y vemos a Prodigy atreverse a decir por primera vez en voz alta que es bisexual (algo que el propio Gillen acabo haciendo un par de años mas tarde en su blog).
Y todo esto acabó siendo el culmen perfecto para una serie que comenzó en 2006 sin atreverse del todo (o sin que les dejasen) a mostrar abiertamente la relación sentimental entre dos personajes masculinos a convertirse en una serie en la que esto no solo se mostraba a las claras sin ningún tipo de ambigüedades, si no que para cuando esta llegó a su fin nos encontramos con que casi sin darnos cuenta los Young Avengers se habían convertido en un grupo con una pequeña y casi marginal representación heterosexual, algo que había sucedido de una forma muy natural y orgánica, simplemente tratando la sexualidad de sus personajes como una faceta mas de los mismos. Aunque eso es algo que Kate Bishop expresó muchísimo mejor que yo.
Una naturalidad de la que su mejor ejemplo lo encontramos en la forma en la que todo esto comienza y termina, ya que aunque Gillen en el exterior pueda parecer alguien cínico, en el fondo debe ser todo un romántico. Y es que nos encontramos ante un cómic en el que es un acto de amor desinteresado, aunque imprudente, el que pone en marcha todo el drama que nos encontramos aquí y es de nuevo un acto de amor entre esos dos mismos personajes, tras dejar atrás sus miedos e inseguridades, el que salva toda la existencia.
Pero estos Young Avengers son ademas un cómic que visualmente es todo un espectáculo visual gracias al espectacular trabajo de Jamie Mckelvie. Ambos autores se conocían ya entonces desde hacia mucho y habían trabajado juntos de forma habitual, sobre todo en su Phonogram, serie en la que se podía aprecia la increíble evolución como dibujante de Mckelvie y lo bien que se compenetraba con Gillen. Unas facetas que se ven aquí reforzadas con un Mckelvie ofreciéndonos el que para mi es su mejor trabajo, explorando todas las posibilidades que le da el medio sin dejar de experimentar en ningún momento con la narrativa, con unas composiciones de pagina que dan ganas de convertir en posters y con unos personajes tremendamente expresivos que realmente parecen adolescentes y jóvenes adultos de diferentes edades. Un trabajo en el que Mckelvie ademas aprovechó para rediseñar a algunos de sus protagonistas de una forma tremendamente acertada.
Tristemente desde entonces los personajes no han vuelto a gozar de serie propia pese a que no todos desaparecieron del mapa. Wiccan y Hulkling pasaron a formar parte de los New Avengers: A.I.M. de Al Ewing un año mas tarde, el mismo Ewing recuperó a America Chavez para sus Ultimates y a Noh-Varr para la serie actual de los Guardianes de la Galaxia. Y es Al Ewing una vez mas quien ahora mismo ha puesto de nuevo en el primer plano a Wiccan y Hulkling durante el evento de Empyre (se nota que le gusta el grupo y espero que en Marvel le den serie regular a su cargo) Kate Bishop ha seguido disfrutando de su propia cabecera e incluso ha liderado una nueva versión de los West Coast Avengers similar en muchos aspectos a su viejo grupo y en ambas ocasiones bajo la batuta de la genial Kelly Thompson. A Prodigy lo podemos ver actualmente en la nueva serie de X-Factor (que no es tan buena como esperaba que fuese) y a Cassie Lang la hemos podido ver acompañando a su padre en sus series regulares actuando ahora bajo el nombre en código de Stinger.
Aunque como decía mas arriba espero que en Marvel les recuperen de nuevo como grupo porque se les echa mucho de menos, algo que espero que suceda tras el final de Empyre. Un regreso sobre el que tengo muchísimas esperanzas y no me cabe duda que veremos mas pronto que tarde ya que si nos fijamos en las ultimas noticias y rumores que nos han ido llegando sobre el futuro del MCU cinematográfico/televisivo parece prácticamente asegurado que los Young Avengers van a jugar un papel en el. Pero eso es algo que analizaremos con mas detalle en el articulo de mañana.