Pues ya está planteada la bronca de Empyre, ese evento primaveral pero ahora veraniego que Marvel llevaba cebando desde aquel especial de Incoming! allá por navidad (¿os acordáis de la navidad, cuando todo parecía normal y teníamos sueños y esperanzas?). Incoming venía a ser una especie de vistazo general a todo lo que estaba por venir en Marvel ese año, desde la famosa historia de Masked Rider a la que le perdí la pista del todo, pasando por la ilegalización de los superhéroes menores de edad (que ya era hora), los tejemanejes krakoanos robando niños de X-Men vs 4F hasta llegar al crossover que nos ocupa, Empyre.
En Incoming nos mostraban -dibujado todo ello por Jim Cheung, cocreador de los Young Avengers- como Hulkling era reclamado para una misión espacial de vital importancia y tenía que largarse inmediatamente y como se despedía de su pareja, Wiccan (sí, uno de los hijos de la Bruja Escarlata y la Visión en el embarazo más importante de la historia del cómic). Para el final del cómic se revelaba la naturaleza de dicha misión, que era nada más y nada menos que asumir el trono de la nueva alianza entre Krees y Skrulls porque, para quién no lo sepa o ande mal de memoria, Hulkling no deja de ser el último heredero del Imperio Skrull y el hijo de Mar-Vell, el mayor héroe de la historia del Imperio Kree a pesar de que se pasara más de media vida siendo considerado un «traidor». Y así, en plena coronación, el nuevo emperador Dorrek VIII mostraba un holograma de la Tierra y la Luna y proclamaba su intención de atacar a su verdadero enemigo.
¡No puede ser! Si Hulkling es un cacho pan y se crió en la Tierra, ¿cómo puede haberse puesto en nuestra contra? Cualquier lector veterano pensaría que aquí hay gato encerrado, pero tras tantas Civil War y demás eventos en los que los personajes dejan de ser ellos mismos «porque sí», uno ya no sabe ni que esperarse… Para cuando empieza Empyre, vemos que la historia que plantean Dan Slott y Al Ewing es bastante directa: para los 4 Fantásticos la historia no deja de ser una continuación de aquel annual de los tiempos de John Byrne en el que se casaban Rayo Negro y Medusa, y en el que engañaban tanto a krees como skrulls para que terminaran su guerra milenaria con un duelo apañado para que ambos empataran. Por otra parte, para los Vengadores es retomar toda la historia de la Madonna Celestial, Mantis y los Cotati, ésa en la que Englehart nos venía a contar los orígenes de la guerra Kree-Skrull en base a que los Kree eran unos cabrones envidiosos que se cargaron a una especie de seres vegetales inteligentes solo porque estaban más civilizados que ellos.
Pronto se descubre que el objetivo de las iras de Krees y Skrulls no está en la Tierra si no en la Luna, donde los Cotati tienen un sembrado enorme en la cara oculta y parecen prepararse para algo gordo. Los Vengadores reafirman su propósito de defender a los Cotatis de un posible genocidio mientras los 4 Fantásticos se encuentran con la flota Kree y Skrull sin saber muy bien que pensar, pero para cuando empieza el primer número de Empyre la actitud de Hulkling es tan amigable que… Bueno, creo que ha llegado la hora de los spoilers:
Como M’Rabo es un cenutrio, no se fijó en que en Incoming asesinaban a un kree y un skrull a base de que les crecieran geranios y nomeolvides desde dentro, y que el último mensaje del kree fue algo así como «cuidado con los árboles». La actitud de los Cotati a lo largo de todo Empyre era muy sobrada, y el crecimiento acelerado sobre las ruinas de la ciudadela Kree de la Luna era tremendamente sospechoso. Por eso no es de extrañar que los Vengadores se acaben llevando el chasco de que, tras evitar el supuesto genocidio Cotati, los susodichos Hombres Brócoli pongan en marcha su plan de acabar con todos los cachoscarne del universo y sustituirlos por hierbajos de mala muerte, con lo que el ataque de la flota Kree/Skrull era más autodefensa que otra cosa. Por supuesto, Hulkling y su banda podían haber sido un poco más claros y directos respecto a lo que estaba pasando y los Vengadores podían haber sido menos belicosos -sobre todo Tony Stark, aunque su sed de sangre podría achacarse a las manipulaciones cotati- pero… Así estamos.
Creo que Ewing sigue en su línea de escribir eventos de Los Vengadores que parecen más Los Vengadores que los de Jason Aaron -que es el guionista actual de la serie y que no sé cómo se las está apañando para hacer la serie tan aburrida e intrascendente- mientras que Slott parece ningunear su propio trabajo en Iron Man 2020 e ignora por completo todo lo que pasa en esa serie, centrándose únicamente en cuadrar el crossover con sus 4 Fantásticos. Así que lo mejor es ignorar a Arno Stark y el Tony «virtual» y disfrutar de la bronca cósmica que se traen entre manos, que quieras que no tebeos «como los de antes» poco se hacen y en estos periodos de escasez de cualquier tipo de cómic se agradece mucho este material. En definitiva, que seguiremos leyendo Empyre porque de momento está la mar de divertido.