El sexo es algo tan universal que en el fondo da igual lo que le guste a cada uno o las combinaciones de personas que participen en ello, en el fondo todos nos parecemos mas de lo que nos diferenciamos y es imposible no sentirse identificado en la multitud de desastres y tragedias que Carles Ponsí ha sacado de sus propias experiencias y que nos muestra en su Sexo Mal. Y aunque con este calor insoportable mas que sexo lo que apetece es encerrarse en un congelador este es un momento tan bueno como cualquier otro para reírse un rato de estos desastres ajenos sin pensar demasiado en lo mucho que se parecen a los que hemos protagonizado o protagonizaremos en el futuro.
Como todas las experiencias de la vida el sexo puede ser algo muy bonito o un desastre horrible, y seguro que no me equivoco al afirmar que no soy el único que muy a su pesar recuerda mas fácilmente y con mas detalle las cosas malas que las buenas. Y esto es lo que nos encontramos en este Sexo Mal, que nació como webcomic en la pagina de Fandogamia y que ahora ha sido recopilado en un tomo con algún extra que otro, desastres en la cama, incompatibilidades sentimentales, falta de comunicación, problemas de higiene, cuernos, inseguridades, a veces incluso momentos realmente satisfactorios, vamos, como la vida misma.
Con este hilo conductor que es tan antiguo como la vida misma nos vamos encontrando con multitud de experiencias con las que es difícil no identificarse en mayor o menor medida, y con las que debo confesar que en algún momento que otro me he sentido algo culpable al reírme tras recordar que todo esto esta basado en anécdotas autobiográficas, aunque al final me he reído igualmente (aunque espero que Ponsí tenga un numero igual o mayor de anécdotas sobre experiencias menos desastrosas).
Y esta honestidad brutal, descarnada y muy divertida viene acompañada por un dibujo engañosamente sencillo, caricaturesco y tremendamente efectivo en el que estos “monigotes” tan expresivos nos deleitan con las desventuras de este pobre protagonista que sale de una situación esperpentica para caer en otra. Un estilo que conlleva que pese a que el cómic en general es bastante explicito es difícil que vaya a escandalizar a nadie, a no ser que se sea una de esas personas que se escandalizan leyendo el Jueves, donde Ponsí también ha publicado.
Pero aunque me lo he pasado muy bien con este cómic, hubiese preferido descubrirlo en mejores circunstancias, y es que aunque no sabia si tocar este tema al final no he podido evitarlo porque me cuesta entender como es que algunas personas siguen con estas cosas a estas alturas. Como mas de uno se habrá enterado, hace un par de semanas un portal cultural en el que se habla sobre cómics se negó a reseñar este cómic ya que, escudándose en la presunta heterosexualidad de sus lectores (¿como coño saben eso? ¿con un plugin de wordpress? ¿algún cacharro que se compra en aliexpress? ¿magia?) decidieron que hablar de Sexo Mal podía perjudicarles (¿por que lo llaman heterosexualidad cuando quieren decir homofobia?).
No sabemos quienes son ni falta que hace, pero espero que a estas personas se les haya caído la cara de vergüenza al ver las reacciones a favor de Ponsí y su cómic que ha generado su homofobia mal disimulada, o su miedo a la presunta homofobia de sus lectores y hayan aprendido algo de todo esto. Porque si, Carles Ponsi y su avatar en el cómic son gays, lo que se nos cuenta aquí es sobre relaciones sexuales y sentimentales desde un punto de vista homosexual, y también es un cómic muy divertido, enternecedor y no se como alguien puede tener un problema con ello.
Pero centrémonos en lo realmente importante de todo esto, en que Sexo Mal es un cómic muy divertido, perfecto para estos calurosos días en los que leer sobre sexo es menos cansado que practicarlo (yo ahora mismo no quiero ni moverme del sillón) y que en la web de Fandogamia podemos tanto leer online en su forma original de webcomic como comprar el recopilatorio que salio a la venta hace nada y que contiene material inédito, así que no hay excusa para no leerlo y disfrutarlo.