En serio, sí, por todos lados se estaba diciendo que el PC se moría como plataforma de videojuegos. Yo llegué a hacer un post sobre el tema en aquellos neblinosos primeros meses de Brainstomping, haciendo mi declaración de intenciones de seguir con el PC hasta el final, pero releo aquel artículo escrito por un Diógenes lleno de ilusiones y sin M’Rabo, y me pregunto cómo no fue capaz de darse cuenta de que todo esto no eran más que tonterías. Que sí, que en realidad pensaba que eran tonterías, pero centró su artículo en una defensa de las virtudes de la plataforma y erró en no centrarse en lo más importante, en lo que iba a ser el futuro y era el presente en PC: El online.
Porque diez años después se habla todo el rato de la nube y hasta de los juegos en streaming -menuda guerra se están preparando entre Google, Microsoft y Amazon, oiga- pero en 2010 las cosas estaban bastante distintas. Para que os hagáis a la idea, en aquel momento la XBox 360 de Microsoft estaba perdiendo toda la ventaja que había ganado respecto a PlayStation 3 de Sony en el arranque de la generación -una salió a la venta más pronto y más barata que la otra, poco más que contar- y la gran baza de Sony en aquel momento eran sus exclusivos y su online gratuito. Por su parte, Nintendo estaba todavía contando billetes del bombazo de la Wii, pero empezaba a quedar claro que por mucho que se vendiera la consola los juegos no lo hacían y las desarrolladoras abandonaban la plataforma con alarmante rapidez. Era también la época de los primeros juegos «en versión hd», porque tras el abandono de las retrocompatibilidades tanto Sony como Microsoft empezaron a vender juegos de generaciones anteriores funcionando en panorámico y a 720p, algo que cuando anunciaron sus consolas supuestamente iba a ser gratis si tenías el juego original. Pero sí, había una sensación apabullante de que las consolas eran el centro del universo y el PC no existía, cosa que como bien sabemos en el año 2020 era completamente falso. Y en 2010 también, que narices.
Porque si lo mirábamos superficialmente, el PC en aquel momento era Steam y si acaso Battlenet, que en aquel momento servía para jugar al World of Warcraft y poco más. Como el público y la prensa en general de videojuegos seguía teniendo una mentalidad de décadas anteriores, su percepción de la situación se centraba en el hecho de que los juegos de PC estaban desapareciendo de las estanterías de las tiendas, porque el «todo digital» de Steam había terminado por hacer irrelevantes las cajas. Esto se había sumado al hecho de que la mayor parte de las desarrolladoras y editoras japonesas seguían sin prodigarse en PC, por lo que la prensa consolacéntrica, tan niponófila como era, seguía pensando que la plataforma era irrelevante si no iba a poder permitirle jugar en ella sus aventuras sobre adolescentes lánguidos. Pero claro, en aquel momento el PC no estaba muriéndose, el PC estaba mutando en una bestia completamente distinta.
Que yo la cosa esta la jugué en 2007 o por ahi y no volví a tocarla, ¡pero con traileres así hasta a mí me dan ganas de jugarla!
Quieras que no, 2010 es algo así como un punto de inflexión entre dos generaciones, la de los que veían la tele y la de Youtube, la de Seriesyonkis y Netflix. Videojuegos como World of Warcraft ya habían reunido una comunidad de podcasters y youtubers a su alrededor que poco a poco se estaba dando cuenta de que se ganaba dinero con ello -más que nada en la esfera anglosajona, que recuerdo como Google hizo campañas de promoción entre la chavalería hispanoparlante para que subiesen su propio contenido- y Youtube empezó a cambiar de ser una red de series pirateadas y videomemes de dos minutos a llenarse de gameplays de videojuegos, dejando obsoleto el gamefaqs de toda la vida como herramienta de consulta cuando te atascabas en el juego de turno. La tecnología había empezado a permitir que pudiéramos estar trabajando en dos o tres cosas a la vez y, de la misma forma, ahora podías estar jugando a un juego mientras hablabas con tus compañeros y tenías un video de fondo. Poco a poco se estaba creando una generación sobreestimulada, pero como no soy psiquiatra ni psicólogo no me meteré a hablar sobre las consecuencias neurológicas que pueda tener todo esto.
La cuestión es que los chavales de ahora se hicieron PCeros precisamente por eso, porque era la plataforma que les permitía vivir online con más comodidad. Una vez el jugar en PC ya no dependía de tener un trasto de 2000 euros que se compraba por componentes que se recalentaban y hacian un ruido horrible y cualquier crío podía disponer de un portátil «para trabajar» que por el precio de salida de una PS3 le permitía jugar holgadamente al League of Legends, enseguida iba a hacer amistades online y hacerse su propia comunidad, con lo que acabaría «viviendo» en el juego igual que en la generación anterior había chavales que solo jugaban a CounterStrike. Esos chavales ya no tenían que ir a la tienda a comprarse un juego, y aunque estaban prescindiendo de la famosa «segunda mano» como herramienta para conseguir juegos baratos, como normalmente solo jugaban a «su» juego y por aquellos tiempos todavía no era raro que Steam hiciera rebajas de hasta el 90%, como que no la echaban de menos.
Aun así, yo diría que el gran vuelco a la situación del PC se dió en 2013 con la salida de PlayStation 4 y Xbox One, el cambio de generación. Todos los críos tenían un PC a mano para trabajar -a estas alturas si era verdad, no como en los tiempos del Spectrum- y League of Legends, CounterStrike y demás eran juegos de requisitos modestos, con lo que muchos jugadores no saltaron a la nueva generación de consolas con la rapidez prevista. Poco a poco muchos de ellos pasaron a tener el PC como plataforma principal y la consola como algo que se compraba más tarde «cuando tuviera suficientes juegos interesantes».
Y así es como poco a poco una generación acabó pasándose al PC contra todo pronóstico, las grandes editoras empezaron a adaptar sus juegos a la plataforma y hasta empezaron sus propias guerras de stores digitales que todavía duran a fecha de hoy. Y de por medio una explosión de los juegos indies, de variedad de géneros y exploraciones del medio que las consolas no habrían permitido ni de broma diez años antes y que acabaron teniendo que recibir con los brazos abiertos para poder llenar sus maltrechos catálogos y porque, que narices, eran los contenidos que estaban demandando sus propios usuarios
Otro día ya hablaremos de la explosión de los smartphones, las tabletas y de por qué tus hijos no tocarán un botón en su vida, porque el PC y las consolas están muertísimo, te lo digo yo con todita la seguridad…