Nueva semana de cuarentena en la que esta resultando especialmente difícil soportar a Diógenes tras la pataleta que lleva montando desde que el pasado fin de semana me negase a disfrazarle de niño pequeño para sacarle a la calle un rato de paseo. Un comportamiento irónicamente infantil que le ha hecho merecedor de una semana muy especial de cuarentena, una en la que algunos de sus personajes favoritos, los 4 Fantásticos (no todos ellos) van a ser los protagonistas de una historia muy especial de la mano de un escritor cuyo nombre esta indeleblemente asociado con el famoso cuarteto, el hombre, el mito, la leyenda… ¡Tom DeFalco!. Para ello rescatamos una épica historia publicada en las paginas del Marvel Two-In-One en los ochenta en la que la adorable Cosa de ojos azules tuvo que enfrentarse a la insidiosa amenaza del Virus-X…
Todo comienza un soleado día en el que Namor, el príncipe de Atlantis, decide darse un paseo por la superficie agobiado por los asuntos de estado, pero consciente de que su presencia causa alarma entre los habitantes de Nueva York, decide camuflar su apariencia demostrando al mismo tiempo que no acaba de entender del todo bien el concepto de discreción…
Tras escoger un atuendo mas adecuado para pasarse por las calles (y mostrar un curioso sentido del pudor al encerrarse en el probador similar al de Espinete cuando se paseaba todo el día desnudo por la calle pero se ponía un pijama para dormir o un bañador para tomar el sol) Namor se marcha a explorar la gran ciudad…
No lejos de allí se produce una tensa escena con la mudanza de Alicia Masters a su propio apartamento tras pasar un tiempo viviendo con su novio Ben Grimm en el edificio Baxter. Una mudanza que en ningún caso supone un retroceso en su relación, sino un deseo de alejarse del ajetreo de la vida superheroica de los 4F (que a la que te descuidas se te cuela Annihilus o Kristoff lanza el edificio al espacio) pero que Ben no se esta tomando nada bien.
Pronto ese paseo melancólico de la Cosa le lleva hasta una grotesca escena que se esta produciendo en un callejón, en el que una extraña y grotesca criatura artificial esta atacando a un vagabundo, algo que la Cosa no va a dejar impune.
Pero las buenas intenciones de la Cosa acaban pasándole factura cuando esa criatura resulta ser casi tan formidable como el y ademas se encuentra armada con un emisor de gases capaz de hacerle perder la consciencia y convertirle en un oportuno reemplazo para el vagabundo que ha escapado como alma que ha visto al diablo.
Ajeno a todo esto el paseo de Namor le ha llevado hasta el Bowery, aquella parte de Nueva York en la que este paso décadas amnesico vagando sin rumbo (hasta que le encontró la Antorcha Humana y decidió prenderle fuego a su cara para ver como era sin barba) y donde pocos fueron quienes le mostraron compasión. Un paseo por la memoria que le hace recordar a la única persona que se porto bien con el y a la que quiere recompensar.
Esa insólita amabilidad de Namor no tarda en ser traicionada cuando el hombre que le había prometido llevarle hasta donde se encontraba esa mujer tan compasiva en realidad le ha llevado a una emboscada, pero ni todos los vagabundos de Nueva York serian una amenaza para este hijo de Atlantis.
Aunque esas personas que han atacado a Namor no tenían malas intenciones, solo trataban de protegerse de quien quiera que ha estado secuestrando vagabundos (probablemente ese “amigo“ robotico de la Cosa) y han creído que Namor era ese secuestrador. Pero tras aclarar la confusión Namor descubre con horror que la mujer a la que tanto ha buscado (tras no haberse acordado de ella en años, pero con la memoria de Namor no se lo echaría en cara) ha sido una de las ultimas victimas. Así que encabezando un insólito ejercito el Príncipe de Atlantis se dispone al rescate.
Y precisamente en el lugar hacia el que se dirige Namor se encuentra la Cosa cara a cara con el responsable de todo lo sucedido, nada mas y nada menos que M.O.D.O.K. y sus lacayos de I.M.A., quienes han estado secuestrando vagabundos para experimentar con ellos (Aunque igual a estos, como al resto de villanos, a lo mejor les iría mejor en sus planes malvados si no escogiesen siempre para sus hazañas una ciudad con superpoblación de superhéroes… ) y que han encontrado en la Cosa el sujeto perfecto para poner a prueba su ultima arma, el Virus-X…
La Cosa ni piensa ser el conejillo de indias de nadie y no tarda en intentar la fuga, pero aun se encuentra demasiado débil y sus enemigos son demasiados, por lo que no tardan en someterle de nuevo y le rocían con una dosis del Virus-X.
Por suerte para el en ese preciso instante aparece Namor la frente de su ejercito de vagabundos, quien aunque lucha con ferocidad también es sometido y solo la estampida de su “ejercito”, que sobrepasa en numero a los agentes de I.M.A., evita que acaben tratándole igual que a la Cosa.
Este por su parte ha despertado de nuevo, y aunque Namor y el no han sido siempre aliados el Hijo de Atlantis le respeta y no tardan en unir sus fuerzas aplastando a sus enemigos a su paso.
Durante la confusión de la batalla M.O.D.O.K. consigue escapar con uno de sus agentes y el contenedor del Virus-X, dándose cuenta demasiado tarde de que este ha sido dañado durante la pelea y que ambos han sido expuestos a sus efectos.
Y tras la calma tras la batalla Namor trata de reunirse con esa mujer de la que guardaba tan buenos recuerdos y que al descubrir su identidad le trata como a un monstruo y se aleja de el con asco (no es muy agradecida la señora) algo que afecta a Namor quien con su sensibilidad habitual se marcha de allí insultando sin darse cuenta a la Cosa.
Pero este no tiene tiempo para sentirse ofendido ya que mientras ve alejarse a Namor comienza a sucumbir ante los efectos del diabólico Virus-X que le esta matando poco a poco…
¿Morirá la Cosa? ¿Fue este el fin de Marvel Two-In-One y de los 4 Fantásticos? Probablemente no, me suena vagamente que después de 1981 el personaje ha seguido apareciendo en los cómics, pero para estar seguros tendremos que esperar a la segunda y ultima parte de esta apasionante historia en la que Tom DeFalco demostró todo de lo que era capaz y dio buen aprueba de todo el talento que poseía…