Finaliza otra semana que de nuevo parece haber estado formada por una sucesión interminable de domingos y seguimos de cuarentena, con Diógenes haciendo montañas de puré de patata esperando a que vengan a rescatarle unos aliens y yo escribiendo otro de mis artículos de epidemias que parecen estar gustando. Hoy toca de nuevo viajar al pasado, hacia el final de la década de los sesenta y a una de mis series favoritas, Green Lantern. Mas concretamente a un numero muy especial en el que una vez mas el dúo formado por John Broome y Gil Kane tenían una historia que acabaría siendo importantisima para la historia de los Green Lanterns, la introducción de Guy Gardner. Una historia en la que no solo presentaron a los lectores de la época a un nuevo personaje, sino que les mostraron que habría sucedido de haber sido Guy escogido el por el anillo de Abin Sur en lugar de Hal Jordan y del trágico destino que le hubiese esperado a manos de la Plaga Amarilla…
Durante unas practicas en Oa los Guardianes muestran a Hal Jordan la prodigiosa tecnología que les permite vigilar el universo en busca de amenazas, entre las cuales se encuentra un visor casi mágico que les confiere la habilidad de observar hipotéticas realidades alternas en la que los acontecimientos se desarrollaron de forma muy diferente. Movido por la curiosidad Hal quiere saber que habría sucedido de haber sido otro el escogido por Abin Sur para continuar con su misión de protector del Sector 2814. Y es así como conoce a Guy Gardner, un profesor de gimnasia tan digno y libre de miedo como el, con quien compartiría muchos paralelismos y para quien el destino hubiera preparado un destino trágico y casi irónico…
Las historias imaginarias, los Elseworlds o los What If? han sido una fuente inagotable de historias para los creadores del cómic de superhéroes, permitiéndoles por un momento mostrarnos caminos divergentes de las historias que ya conocemos o atreverse a llevar a sus ultimas consecuencias toda clase de ideas sabiendo que al final de esa historia todo seguiría como siempre. Historias que ademas de permitirnos ver a héroes y villanos crecer, envejecer y morir, casarse y tener hijos, o cambiar de un lado a otro de la ley, también han sido el lugar de nacimiento de personajes que se convirtieron en tan populares que acabaron cobrando casi vida propia tanto saltando al canon principal como en su propia realidad. Y este fue el caso de Guy Gardner, quien aquí fue Green Lantern en una simulación generada por un invento de los Guardianes y quien hoy en día, mas de medio siglo después, es un personaje fundamental en los mitos de los Green Lanterns.
Aquí Broome y Kane nos mostraron como la vida de Guy no hubiese sido demasiado diferente de la de Hal, al menos con el uniforme puesto, y como se hubiese enfrentado y derrotado a los mismos enemigos. Pero el simple e insignificante acto de escoger una ruta de regreso a la Tierra diferente de la tomada por Hal Jordan tras su primera visita a Oa hace que las vidas de ambos sigan cursos radicalmente diferentes.
Durante ese nueva ruta un rayo perdido disparado desde el aislado planeta Ghera llama la atención de Gardner,quien al investigar se encuentra con un mundo en el que una misteriosa enfermedad, la Plaga Amarilla, acabo con la vida de todos los adultos sobreviviendo solo los niños, pero estos sobrevivieron con el peculiar efecto secundario de no envejecer jamas. Unos niños que para matar el aburrimiento (nunca mejor dicho) se han dividido en dos bandos en permanente estado de guerra utilizando ejércitos de robots controlados por sus increíbles poderes mentales.
Pero su primer encuentro con estos niños no sale como esperaba y Guy no tarda en caer bajo el control mental de estos poderosos niños. Convertido en un juguete en manos de estos, Guy tiene que enfrentarse a las increíbles maquinas de guerra utilizadas por los niños de Ghera en sus fraticidas juegos de guerra.
Por suerte para Guy la voluntad de un Green Lantern no es tan fácil de doblegar y no tarda en librarse del control de estos niños, con lo que tras protegerse de nuevos ataques mentales con una armadura creada por su anillo se dispone a poner fin a esa guerra.
y con su experiencia tratando con niños como profesor de gimnasia no tarda en convencerles de que abandonen esa guerra absurda y firmen la paz. Y de paso (y aparentemente sin decírselo a ellos) utiliza su anillo para que pueden envejecer con normalidad y algún día tener hijos propios. Que igual hubiese estado bien preguntarles, a lo mejor preferían ser una raza de niños inmortales.
Y con la satisfacción del deber cumplido Guy regresa a la Tierra con algo de prisa porque ya le toca recargar su anillo y tras hacerlo se encuentra con una desagradable sorpresa. El virus que había acabado con la vida de los adultos de Ghera no había desaparecido, permanecía allí latente y el, siendo adulto ha contraído la Plaga Amarilla (y probablemente ha condenado a esos niños a morir cuando lleguen a adultos) quedándole solo unos pocos momentos de vida.
Utilizando sus ultimas fuerzas Guy repite un ritual que en el pasado incontables miembros de los Corps han realizado, pedirle a su anillo que busque a un sucesor digno y libre de miedo. Y para sorpresa de nadie el anillo encuentra al piloto de pruebas Hal Jordan que llega a tiempo para asistir a los últimos instantes de vida de Guy Gardner y aceptar ser su sucesor.
Con esto termina la simulación de los Guardianes dejando a Hal sorprendido de descubrir que parecía destinado a ser Green Lantern de una forma u otra. Y tras esta revelación Hal decidió hacerse amigo de Guy, aunque sin poder contarle la extraña relación que existía entre ellos, prometiéndose a si mismo que no perderían el contacto.
Guy siguió apareciendo de forma intermitente en la serie de Green Lantern, asumiendo en la realidad el manto de Green Lantern, cayendo en coma y finalmente durante Crisis en Tierras Infinitas, convirtiéndose en un personaje importantisimo para los Corps. Y con esta nueva plaga que añadir a nuestro catalogo de epidemias de ficción finalizamos otra semana de una cuarentena que se avecina larga, con la relativa tranquilidad de que al menos no me faltara material que reseñar y con el que entretener a nuestros lectores mientras soy testigo de como poco a poco Diógenes va perdiendo sus últimos restos de cordura, siendo consciente de que si de esta llega mi fin no sera por ningún virus…