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El Show de Illyana Rasputín y sus amigos: Los Nuevos Mutantes de Bill Sienkiewicz (IX)

Pues… Han vuelto a cancelar el estreno de la película de Los Nuevos Mutantes. Y lo suyo sería retrasar otra vez esta serie de posts sobre Los Nuevos Mutantes de Bill Sienkiewicz para que coincidiese con… Pffff… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAAA!

¡Nos han retrasado otra vez!

En fin, vamos al lío y dejémonos de zarandajas, allá cada cual con sus películitas. Nos habíamos quedado en que Rahne y Berto habían sido poseidos por los poderes de Capa y Puñal y, aunque en un principio los interfectos habían rechazado ayudarles, finalmente entienden que todo el desaguisado es responsabilidad de ellos y acceden a echar una mano. Ah, y que el profesor Xavier es un idiota.

Nunca está de más recordarlo, aunque yo lo traduciría más como «El Profesor Xavier es un gilipollas», que tiene más connotación de tio borde.

El cómic más o menos empieza con Xavier echándole la bronca a Illyana por haber intentado arreglar la enfermedad de sus amigos con sus poderes místicos de hechicer demoniaca del Limbo, sin tener en cuenta que Xavier tenía sus propios planes. Xavier le hace un mansplaining de libro sobre que los poderes de Capa y Puñal tienen «resonancia telepática, pero que no son de naturaleza mística» y que por eso su plan había fracasado. Un cuerno Chuck, la niña es casi la hechicera suprema de su propia dimensión y tu un calvo agonías que cada vez que ve una sombra debajo de su cama llama corriendo al Doctor Extraño, digo yo que la chavala algo sabrá más que tu de temas místicos.

Si te hubieran ayudado los huevazos de Capa y Puñal…

Pero dejando de lado la trama del cómic, hay que decir que este cómic no parece entintado por Sienkiewicz, si no por un Kyle Baker desmelenado. Sienkiewicz no usa su trazo habitual y, aunque podemos pensar que todo puede venir de la falta de tiempo -quieras que no se le nota bastante apresurado en todos los aspectos y ni de lejos se permite los experimentos de números anteriores- Si que es verdad que a ratos parece irreconocible, y que a ratos es una auténtica pesadilla para el rotulista por la forma en la que coloca a los personajes en algunas viñetas. No, no es el mejor número de Sienkiewicz, pero aun así sigue estando a varios cuerpos de distancia de la mayor parte de sus contemporáneos.

Anda que no se lo hizo pasar mal al pobre Tom Orzechowski, nunca le había visto hacer requiebros tan raros con los bocadillos.

Más tarde, y cuando Illyana básicamente repite su ritual pero esta vez con la ayuda de Xavier y Pícara -porque Illyana tenía razón- la pobre Rahne se pregunta si podría tener las pintas que le ponía el tener los poderes de Puñal, a lo que Xavier le responde que ella tiene el potencial de llegar a ser así. La pobre Rahne nunca vería su sueño y cumplido y así la vemos hoy en día, que no llega a ello. Curiosamente en un par de números posteriores llegamos a ver algunas versiones de los Nuevos Mutantes del futuro, pero ninguna de Rahne, con lo que nos quedamos sin saber si la idea de los autores de aquellos tiempos era que Rahne llegara a alcanzar ese «potencial» o si preferían que treinta años después siguira más o menos igual pero sin el rosario en la mano (o lo que usen los herejes de la rama del protestantismo que use ella, que hasta donde yo sé no todos los cristianos usan rosario).

No, no era su mejor día.

El desenlace de la historia más o menos viene a ser el de siempre, Illyana lleva a cabo su ritual con Tandy y Tyrone como «sacrificios» mientras Pícara y Xavier realizan labores de apoyo, con lo que más o menos se viene a decir que el plan de Illyana funcionaba y que lo único que le hacía falta era lo que no tenía en aquel momento, el apoyo de Capa y Puñal como receptores de esa luz y esa oscuridad.

La de veces que salvó el día Illyana y el poco caso que le hicieron Xavier y Magneto cuando ella los necesitó en Inferno…

El cómic termina con Capa y Puñal siendo invitados por Xavier a vivir en su mansión para entrenar sus poderes y tratar de ayudarlos a perderlos -sin ser ellos mutantes ni nada de eso- pero ellos rechazan esa ayuda porque creen que hay muchos chavales sin hogar que necesitan su ayuda y blablabla. Es curioso ver como los mutantes de los ochenta eran la mar de solidarios y abrían sus puertas a todo el mundo, supongo que hasta los personajes de cómic van para atrás…

Yo creo que a Sienki el cuerpo le estaba pidiendo Legión…

Poco más que contar, Capa y Puñal siguen a la suya, Sienkiewicz nos larga un pin up de Legión y en el número siguiente pues eso, nos toca uno de esos personajes que Chris Claremont creó con mucho potencial pero que nunca tuvo oportunidad de desarrollarlo a su gusto, con lo que no fue hasta muchos años después que otros autores pudieron hacer algo decente con él. En cualquier caso, será un Sienkiewicz con un poco más de tiempo que el del cómic de hoy y nosotros que lo disfrutaremos.

Legión mola mogollón, ea. Ojo que la serie estrena nuevo logo y Sienki deja de hacer los retratos personalizados en la esquina superior izquierda, una pena.
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