Desde que termino su andadura original en la linea Vertigo hace algo mas de un lustro, el camino de John Constantine ha sido cuanto menos peculiar. Un camino plagado de cambios de rumbo constantes, marcado por una integración con el Universo DC tradicional no del todo afortunada y que a la larga solo sirvió para desdibujar al que una vez fue un gran personaje. Pero ahora, integrado en el nuevo sello editorial “DC Black Label” y bajo la cabecera de “Sandman Universe Presents” (sigh) el viejo John parece haber vuelto a sus raíces con un prometedor numero de debut a cargo de Simon Spurrier y Marcio Takara que con algo de suerte sera solo el comienzo de una gran etapa (crucemos los dedos).
Las guerras mágicas han llegado finalmente. Un conflicto entre las fuerzas de la luz y la oscuridad provocado por alguien que en el pasado fue un aliado y que amenazan con destruir todo lo que existe. Y en medio de todo ello se encuentra como siempre John Constantine, haciendo todo lo que sea necesario, jugar sucio, traicionar a los mas cercanos, para evitar la derrota. Pero en esta ocasión la amenaza es demasiado grande incluso para sus malas artes y solo le resta ser testigo de como acaba todo… Pero una misteriosa aparición le ofrece un trato que no puede (aunque quizás debería) rechazar, la oportunidad de salvar su pellejo pagando un precio altísimo y quizás tener una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor. Pero como el propio John debería saber ya, todas sus acciones acaban volviendo para saltarle al cuello tarde o temprano…
No esperaba demasiado de este cómic y lo leí casi mas motivado por una curiosidad morbosa que por genuino interés (toda esta explotación de la marca Sandman me ha mantenido lejos de todo esto), pero tengo que confesar que me he llevado una mas que agradable sorpresa con este cómic. Y esto ha sido en buena medida por esa agradable sensación de comprobar que el pasado existe, que todas estas décadas de historias previas de John Constantine importan, que esto no es otro relanzamiento de esos marcados por un “antes de este cómic todo era un desierto”, sino que en todo momento se nos recuerda que John es un personaje que ha vivido mucho y que arrastra consigo un pasado importante. Aunque hay que reconocer que la forma de hacer eso ha sido un tanto rebuscada, pero como diría el propio John, el fin justifica los medios.
Un respeto por el pasado y un muy necesario regreso a sus raíces que viene marcado por momentos como ese atar un cabo suelto perdido de la miniserie original de los Libros de la Magia como el volver a ver a John vistiendo bajo su tradicional gabardina aquel impecable traje azul con el que nos lo presentaron Alan Moore y Stephen Bissette hace tantos años en las paginas de la Cosa del Pantano. Pequeños detalles en los que se intuye el cariño que el británico Simon Spurrier, apropiadamente otro de esos escritores formado en las paginas de 2000 A.D. que acaba escribiendo para lo que en su día fue la Linea Vertigo, parece sentir por el personaje.
En manos de Spurrier John abandona ese mundo plagado de superhéroes en el que había estado viviendo los últimos años para regresar a su viejo Londres, un Londres que ahora bajo la amenaza del Brexit y el auge de los neo nazis tristemente no parece demasiado diferente que el el Londres Tacheriano de sus inicios y promete devolvernos aquel añorado horror urbano y la critica social.
Y este regreso a la grandeza (esperemos) viene envuelto en el espectacular trabajo del canadiense Marcio Takara, quien nos devuelve a John a un mundo que bordea la frontera entre el realismo y el horror mas grotesco, desenvolviéndose con la misma facilidad en ambos territorios, ya sea mostrándonos las húmedas calles de Londres como los seres mas repulsivos del averno o eventos mas allá de la compresión humana, canalizando lo mejor de tiempos pasados del personaje.
Pero lo mejor de este relanzamiento es que no de la sensación de ser simplemente un intento de apelar a la nostalgia, un truco barato para tratar de recuperar a los viejos lectores desencantados, sino un genuino intento de querer devolver al personaje a donde nunca debió salir y recuperar con ello la esencia de lo que le hizo grande. Y aunque es pronto para saber si estas buenas intenciones fructificaran en una gran etapa, no se puede negar que el comienzo ha sido de lo mas prometedor y espero que estemos ante una larga y satisfactoria etapa del nuevo/viejo Hellblazer.