Porque es lo que voy a hacer en este post. Si habéis leído mis posts sobre Joe Quesada, seguramente os hayáis preguntado por qué se llaman «antes del Quesadismo» y no directamente «el Quesadismo». Bien, es sencillo: No merece la pena.
Si estas leyendo esto seguramente has vivido la era Quesada, la de Alonso y fijo que la de Cebulski, y te sonarán estos nombres. Son los editores jefe de Marvel de los últimos veinte años, los responsables de los cómics de la editorial a nivel creativo y los que han llevado todo el proceso hacia el cine y han asumido la retroalimentación de los personajes ante los taquillazos con los que ahora nos bombardean. Se ha escrito un millón de artículos sobre el tema, pero es raro que se vea algo que no sea publicidad, porque nunca se detalla con precisión que es lo que se ha hecho y como se ha hecho. Sabemos rumores, cosas de oidas, y como no estamos dentro de la empresa nos tenemos que conformar con cotilleos de la corte, tweets soltados por algún trabajador en un impulso que acto seguido son borrados y demás. Sabemos -oh, vaya si lo sabemos- que desde que Disney impuso sus contratos draconianos sobre todos los trabajadores de Marvel -tanto fijos como autónomos-, imposibilitándolos de por vida a hablar mal de Marvel o Disney en su conjunto, estamos jodidos a la hora de conocer los entresijos del bullpen. Eso lo tenemos asumido, la vida es como es y cuando Marvel era una oficina andrajosa sin abogado propio para los lectores era mucho más fácil conocer la realidad y entender que estaba pasando con sus tebeos. Pero lo que realmente me está reventando y haciendo llorar amargamente por las noches es… Que desde que empezó este siglo las fuentes de información practicamente han desaparecido.
Porque mirad, si yo quiero saber que pasaba en el bullpen durante las Secret Wars (las de verdad, las de 1985) puedo tirar mano de tres o cuatro revistas de la época, con artículos y entrevistas, ensayos sesudísimos y hasta libros independientes sobre la historia de Marvel. Sus protagonistas lo han contado, todo está documentadísimo. En los 90 pasa algo parecido, hasta la Wizard nos sirve como fuente de información, como un sistema claro de documentación, pero cuando llegamos a este siglo… Joder, las revistas han caido como pichones. Muchas de ellas se han pasado al formato digital, y las webs de noticias importantes como Newsarama o Comic Book Resources, que en su día alojaron la columna semanal de Joe Quesada, hoy en día son total y absolutamente impracticables. Me parece espeluznante sobre todo el caso de Newsarama, que hasta que no tuvo dominio propio pasó por hasta cinco encarnaciones y casi todo su contenido anterior a 2010 ha desaparecido; estamos diciendo que es más fácil leer mis primeros balbuceos en Brainstomping que las columnas de Joe Quesada y Bill Jemas en el año 2000. Hitos de la administración del duo calavera como la creación de U-Decide han desaparecido casi por completo, porque las columnas donde se gestó aquello ya no aparecen ni en la Wayback Machine.
Y eso por no hablar de que leer cualquier contenido de la década pasada que todavía esté presente en ambas webs casi tienes que leerlo en modo texto, porque nos viene sin imágenes y sin formatear. Que vale, que sé que estas webs de cómics tienen como principal función la de dar noticias, y que estoy yo para hablar porque las imágenes de los primeros posts de Brainstomping a dia de hoy parecen pulgas minúsculas, pero copón, creo que todo el contenido todavía se puede leer, mientras que si yo quiero hacer una crónica histórica sobre toda la etapa de Joe Quesada tendría que joderme, porque sus columnas semanales solo se publicaron en tres webs que no se preocuparon en lo más mínimo por archivar la información. Que por cierto, he dicho que su columna se publicó en Newsarama y en CBR, pero también se publicó en MySpace. Y luego me preguntaréis por qué odio las redes sociales, sigh.
Que ojo, yo siempre he dicho que a la hora de hablar de tebeos la fuente principal tienen que ser los propios tebeos, pero el contexto también es necesario. El otro día estaba releyendo el Untold Story de Sean Howe y habla fugazmente sobre los estudios de mercado que se generaban a principios de la era Quesada a partir de los cuales se creaban las historias de las reuniones creativas de Marvel; si algo así se hubiera hecho en 1973 sería ya vox populi para 1980 o incluso antes. Sin embargo, a fecha de hoy no sabemos nada sobre esos estudios de mercado. Que claro, podemos dar por hecho que se hacen, todas las empresas se han subido al carro de los estudios de calidad y ahora están ya metidas de lleno en lo del big data, pero no sabemos a partir de que se hacen esos estudios, como se hacen ni las conclusiones que se sacan. Marvel ahora es más hermética que nunca, las fuentes de información son más promoción corporativa que otra cosa -que ojo, tampoco estoy pidiendo que vuelvan los tiempos de The Comics Journal poniendo a caldo a la editorial por respirar- y para colmo de males duran un suspiro. A este paso ya me veo haciendo backups constantes de webs de noticias solo para saber por donde andamos, y me niego en redondo a hacerlo porque a mi lo que me gustan son los tebeos, no el big data.
Perdonadme por desahogarme con vosotros. Me gusta indagar y buscar por aquí y por allí para aprender cosas, pero hay una diferencia entre bucear por hobby y que te hagan buscar entre la basura. No soy periodista ni lo pretendo, pero cuando llegamos a estos extremos y cuando la cosa ya llega hasta el punto de que te pasas más tiempo mirando un error 404 que leyendo contenido interesante, te dan ganas de tirar la toalla. Así que lo mejor que puedes hacer en esos momentos es mandar a Google al cuerno y leer tebeos.