Spiderman, todo junto, se pronuncia Spiderman. Porque si quieres pronunciarlo Espaiderman te toca escribirlo a lo yanqui, con guión, Spider-Man. Aquí de toda la vida se ha dicho Spiderman -u Hombre Araña- así que yo voy a seguir diciendo Spiderman, aunque se empeñen en los doblajes de ahora en que es Espaider-Man, with a hyphen. No, aquí es Espiderman y no me cansaré de luchar porque sea Spiderman, que bastante jodido ya es lo de Doctor Estrench, a pesar de que yo al Doctor lo conocí por la traduccion de Bruguera y todos lo llamábamos Doctor Estrange. Dicho esto y una vez ha quedado claro que soy un carcamal y un dinosaurio, tengo que preguntarme: ¿es Spiderman Lejos de Casa una película de Spiderman? Y la respuesta es… Temáticamente no del todo, formalmente en parte, superficialmente y aparentemente desde fuera… Sí. Uh, creo que me va a costar mucho no soltar spoilers…
Ante todo hay que decir que Spiderman es un personaje bastante conocido, con lo que la mayor parte de la gente que vaya a ver la película sabe quién es Spiderman a través del cómic -ojalá- las películas anteriores -seis en los últimos veinte años, seis, y con esta siete- las series de animación -cuatro o cinco en los últimos veinte años- o el videojuego ese de PS4 que tanto le gusta a la gente pero que yo sigo sin probar porque prefiero jugar al Castlevania. Así que la gente tiene el origen y motivaciones de Spiderman más o menos claro, con lo que en Homecoming se prefirió obviar el trauma del tío Ben y se sustituyó por un Peter Parker tratando de estar a la altura de las espectativas de Tony Stark, centrándose en la etapa adolescente del personaje -esa a la que ni Raimi ni Webb hicieron mucho caso- y sacando la película de un molde más parecido a las películas de John Hughes -y no, no hablo de Solo en Casa- mezclado con el género de superhéroes cinematográfico, ése que si no te cuenta el origen del héroe te cuenta el del villano y con eso rellena media película. Una vez fuera de juego Tony Stark y con un Peter previsiblemente más mayor, Far from Home debería habernos llevado en otra dirección, pero… No, es más de lo mismo. Y con ganas.
¿Recordáis todas aquellas películas ochenteras de quinceañeros dándose paseos por Europa y teniendo divertidas aventuras? Pues esto es parecido, y con el recuerdo constante de que sí, sí, Tony Stark se ha muerto y Peter Parker no sabe por donde meterse, así que decide olvidarse de todo y centrarse en pasarlo bien durante las vacaciones, teniendo como objetivo el declararse a MJ -no hay mucho desarrollo de la relación desde Homecoming, lo cual me parece alarmante- y teniendo para ello múltiples obstáculos tanto superhéroicos como no que mantendrán la tensión romántica hasta casi el final de la película. Vamos, que esto no es una película de Spiderman al uso, está años luz del original de Lee y Ditko y ni mucho menos es comparable al Ultimate de Bendis o al Untold Tales de Busiek. Eso sí, es más cercano al Spiderman de Romita, con el romanticismo subido al once y trasladando el retrato de la juventud de los sesenta al de 2019, con la mayor parte de la trama girando más sobre el legado de Tony Stark que sobre Misterio o el propio Spiderman en si mismo.
Y sin embargo, al igual que Homecoming prometía cambiar y centrarse en Spiderman en un futuro -no dejaba de ser la consagración de Peter como superhéroe- Far from Home también acaba prometiendo que ahora todo va a ir sobre Spiderman, con una escena postcréditos que grita a pleno pulmón «Spiderman, Spiderman, siempre fue más famoso que Tony Stark», pero a la vez… Ya no puedo creermelo. La película sigue siendo irregular, tiene altibajos constantes, y aunque en ningún momento se puede decir que sea una mala película, creo que mantiene un nivel normalucho, tomándose licencias como permitir a los personajes entrar en algunos de los lugares más restringidos del planeta sin ningún problema y a la vez pareciéndole «inverosimil» que la gente no descubra que Peter Parker es Spiderman si Spiderman lo va persiguiendo a todos lados. Pero al final, lo que más revienta de toda la película es la sensación de que este Peter Parker ha estado a un pelo de acabar la película diciendo «Yo soy Iron Man», porque a estas alturas me cuesta pensar una razón por la que Peter Parker no deba usar repulsores y el unirrayo.
Pero tampoco creo que os quedéis con la impresión de que es una mala película, porque dentro de su género está bastante bien, pero la principal pega es que a estas alturas del partido y con un escenario tan distinto del de Homecoming, Far from Home queda muy lejos de lo que debería ser una película de Spiderman. Marvel cada vez se está alejando más del original y parece centrarse más y más en su propia fórmula, a pesar de que en todas las películas ves destellos como la representación visual de Misterio y sus poderes, que alcanzan un nivel de psicodelia que aunque no llega a alcanzar la espectacularidad de Doctor Extraño, es una auténtica pena que no aparezcan más; lamentablemente el tono de la película no permitía adentrarse demasiado en los puzzles mentales y en ese subgénero que hoy en día llaman «mindfuck». En fin, que lo dicho, que la única esperanza que nos queda es que la tercera parte por fin sea una película de Spiderman y no de Tony Stark…