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Misterio al desnudo (I): Aquella maravillosa pecera de Steve Ditko

No creo que Stan Lee le tuviera mucho cariño a Mysterio, porque el personaje era tan Ditko que seguramente le resultó muy complicado adaptarlo a los modos y maneras del resto de los personajes de Marvel. Y creo que les pasó más o menos lo mismo a los sucesores de Lee, que -dejando de lado algún imitador- no llegaron a recuperar a Mysterio casi hasta la década de los 80; por eso no es de extrañar que sea el último miembro de los Seis Siniestros originales -menos Kraven, pero para eso ya tenemos a los matajirafas de instagram- en recibir una adaptación cinematográfica, porque en Hollywood tampoco debían de saber muy bien como trasladar a semejante criatura al cine. Pero finalmente lo han hecho y, por lo que se ha visto en los trailers y material promocional, parece que la solución por la que han optado a la hora de adaptarlo es la más lógica y la que tristemente no utilizan muy a menudo: volcar al personaje original de Ditko al cine. Y que espectáculo es verlo en pantalla:

¡Ditkismo everywhere!

No, no es directamente el traje de Ditko, pero tiene su gloriosa bola de cristal en la cabeza y sus broches con forma de ojos; ¡ya le gustaría al Doctor Extraño haber llegado al cine con tanta fidelidad! Y sin embargo, vamos a ser serios, Misterio es todo un cero a la izquierda, un villano de cuarta fila en la galería de villanos de Spiderman, pero aun así sigue siendo carismático porque es uno de los diseños más geniales de Steve Ditko. Si hacemos un poco de historia con respecto a quién es Misterio, tenemos que su primera aparición data del segundo año de vida de Spiderman, en el número 13 de Amazing Spider-Man que apareció a la venta en el verano de 1964. Eran aquellos tiempos curiosos para el cine, porque se estaba viviendo la transición del Hollywood de los grandes productores al de los grandes estudios, cuando cineastas propietarios de las majors de entonces empezaban a jubilarse y los accionistas tomaban el control de Hollywood sin tener ni la más mínima idea de cine. Es también una época en la que los efectos especiales pasan de una cierta «marginalidad» asociada a lo truculento y disparatado de la serie B de los cincuenta, a ser una fuente de fascinación para el gran público mediante espectáculos visuales como Lawrence de Arabia o las primeras entregas de James Bond, por no hablar de Mary Poppins o la película que llegaría al final de la década y le volaría la cabeza a todo el mundo: el 2001 de Stanley Kubrick. Y es en ese contexto en el que a Stan Lee y Steve Ditko se les ocurre inventarse un supervillano que es técnico en efectos especiales…

Como Batman, pero con una pecera en la cabeza. Eso sí, os aviso de que voy a destripar unos cuantos tebeos de la era Ditko. Si no los habéis leído, ya tardáis…

No se extienden mucho en las motivaciones que mueven a Quentin Beck para convertirse en Mysterio, pero podemos deducir que su problema está en que es un amargado en toda regla. Empezó como extra recibiendo todos los golpes de otro y luego pasó a ganarse la vida como técnico de efectos especiales, siempre viviendo en un mundo de humo y espejos, engañando al espectador, pero la cosa no debió de irle muy bien porque acabó dedicándose al crimen. Su primer golpe conocido -gracias a un retconeo posterior de Roger Stern- lo dió en el número 2 de Amazing Spider-Man, montando una invasión alienígena falsa como tapadera de un negocio basado en robar secretos científicos para el Chapucero (The Tinkerer). La cosa se frustró gracias a Spiderman y, supongo que en venganza, Beck decidió pasarse un año replicando los poderes de Spiderman para que por fin en el 13 de Amazing Spiderman pudiera poner en marcha un plan de venganza en el que básicamente repetía lo que ya había hecho el Camaleón en el primer número de Amazing: cometer delitos haciéndose pasar por Spiderman. Ni en eso era original.

Según el retconeo de Stern, este era Misterio haciéndose pasara por un alienígena que se estaba haciendo pasar por el Chapucero trabajando para otros alienígenas. Jesús.

Pero eso sí, Beck tenía que dar la nota y la segunda parte de su plan si que serviría para satisfacer a su ego: una vez hubiera arrastrado el nombre de Spiderman por el barro y hasta el propio Peter Parker empezara a sospechar que se estaba volviendo loco o que era un cleptómano sonámbulo, su nueva identidad de Mysterio haría su acto de aparición y proclamaría a los cuatro vientos que él era el héroe que Nueva York necesitaba, retando a Spiderman a un combate singular en el que lo derrotará de forma humillante. Siendo como es JJ Jameson un pardillo redomado, en cuando Mysterio asoma y empieza a decir que va a ser un superhéroe, se lo cree a pies juntillas cual redactor de una web de noticias de hoy en día. Porque mira que hay que ser merluzo para creerse que Misterio es un superhéroe, vaya.

¡Pero que soy un superhéroe, creedme ya!

Lógicamente Spiderman acaba derrotando a Beck y demostrando su inocencia, porque esto es un tebeo de Spiderman y Misterio es tan imbécil de contarle todos sus secretos cuando él se dice derrotado, dando lugar así a un climax en el que revientan varios platós de televisión y en el que Spiderman va reventando cada uno de los movimientos de Misterio porque ya se sabe el truco, dando así un triste inicio a una larga tradición de Spiderman reventando los planes de Misterio en base a una única idea: «todo es mentira». La siguiente aparición de Misterio vendría en el Annual 1 de Amazing, que como buen annual de la época es todo un panfleto publicitario de todos los superhéroes de la editorial, solo que mientras en el Annual 1 de Fantastic Four se ponía como excusa la boda de Reed y Sue, en este la excusa es más peregrina y en principio se limita a mostrar la reacción de los distintos superhéroes cuando Spiderman pierde sus poderes -en el fondo, esta es la historia que adapta el Spiderman 2 de Raimi- justo cuando al Doctor Octopus se le ocurre montar a los Seis Siniestros por primera vez y raptar a Betty Brant y a la Tía May.

¡Voy, voy corriendo a comprar el tebeo de los mutantes esos, con lo simpáticos que son! ¡Que mala gente!

Pero centrándonos en nuestro farsante favorito, lo cierto es que su papel en esta historia es el de hacer creer a Spiderman que se enfrenta a la Patrulla X cuando en realidad se está enfrentando a unos robots con la pinta y poderes de la Patrulla X -lo cual me da que pensar bastante sobre cierta historia de Claremont y Cockrum y la posibilidad de que el bueno de Quentin tenga contactos con el programa centinela, pero supongo que ya es tarde para pedir mi no premio- así que la cosa acaba como los demás enfrentamientos de Spiderman contra los Seis Siniestros, con una splash page de los dos personajes enfrentándose uno a no hasta que Spiderman los derrota a todos y los mete en la cárcel. El plan de Octopus no ha sido precisamente superior a todo lo visto hasta entonces, y el pobre Misterio no volvería a la carga hasta mucho después de la era Ditko… Aunque el que sí que volvería es Quentin Beck, porque dejaría de lado su gloriosa pecera para urdir un plan bastante más maquiavélico y astuto en Amazing 24…

Solo hay que ver al pobre Misterio, menuda depresión que me lleva…

Pero el Misterio del Ditko salvaje y desenfrenado lo vamos a tener que dejar por el momento, que uno es humano y con tantos espejismos, hipnosis y psicodelia corre peligro de perder el contacto con la realidad, nos vemos mañana.

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