Suele pasarme, mas a menudo de lo que me gustaría, que hay cómics realizados por autores cuyos trabajos me encantan y que se que me van a gustar pero que por una razón o por otra voy posponiendo su lectura meses, años o incluso décadas. Esto es lo que me ha sucedido (y no sera la ultima vez) con el Arrowsmith de Kurt Busiek y Carlos Pacheco, su recreación de la primera guerra mundial en clave de fantasía mística que tanta fama y buenas criticas ha cosechado a lo largo de los años y cuya lectura había dejado pasar mas tiempo de la cuenta. Una cuenta pendiente que por fin he saldado esta semana y cuyo resultado no podría haber sido mas satisfactorio, ya que me he encontrado con una lectura apasionante (que resulta terriblemente corta) espectacularmente dibujada y que necesito recomendar ya.
1915, La guerra ha estallado en Europa, hordas de monstruos y criaturas mágicas se enfrentan codo con codo con incontables hombres y mujeres mientras Galia y Britania a duras penas pueden contener el avance de la Prusia gobernada por el diabólico Barbarossa. Una situación de la que por el momento, y al otro lado del Atlántico, los Estados Unidos de Columbia prefieren permanecer al margen. Pero allí el joven Fletcher Arrowsmith sueña con realizar hazañas heroicas en la guerra, con unirse al Cuerpo Aéreo Transatlántico formado por Columbianos y Acadios para luchar junto a sus camaradas Europeos y surcar con ellos los cielos junto con sus dragones. Pero Fletcher no esta preparado para lo que va a encontrarse en el campo de batalla, el horror de ver a sus camaradas morir ante sus ojos, el presenciar las atrocidades que su propio bando tiene que cometer para no caer derrotados y que la guerra incluso cuando se trata de autodefensa, no tiene nada de noble…
Lo se, llego dieciséis años tarde a esto, pero es que hay tantos cómics y libros que leer y series y películas que ver… El caso es que finalmente he podido ponerme al día y leerme del tirón esta serie, y tengo que admitir que todas las expectativas que tenia han quedado ampliamente superadas. Pero es que el equipo formado por Kurt Busiek y Carlos Pacheco, quienes ya habían hecho maravillas juntos en Avengers Forever, aquí se superaron a si mismos en todos los sentidos. Y todo partiendo de una premisa bastante utilizada que combina el genero del “Coming-of-age” con en el genero bélico (de la que Sin Novedad en el Frente es uno de sus mejores ejemplos) pero combinada aquí con la fantasía. Así lo que podría ser la típica y tópica historia del joven que descubre que la guerra es algo horrible y a través de sus ojos vamos recordando las atrocidades de las que es capaz el ser humano, al combinarse con la magia y las criaturas sobrenaturales consigue apartarse de lo ya visto de una forma que no se como no ha sido utilizada mas ampliamente.
Pero donde Arrowsmith realmente destaca es en su prodigioso apartado gráfico en el que un Carlos Pacheco en estado de gracia (con la inestimable colaboración de Jesús Merino en el entintado y Alex Sinclair al color) nos dio el que sin duda es uno de sus mejores trabajos. Se trata de un cómic en el que dan ganas de recrearse en casi cada viñeta, en el que todo funciona y fluye como debe y en el que no me quiero ni imaginar cuanto tiempo hubo detrás a la hora de diseñar y planificar este mundo místico que al mismo tiempo es tan cercano al nuestro.
Porque no se trata solo de la meticulosa recreación que vemos aquí del mundo de comienzos del siglo veinte, sino de la ingente labor que ha tenido que haber detrás a la hora de imaginar como hubiese sido nuestro mundo en aquella época de haber coexistido con una magia muy real y civilizaciones de seres sobrenaturales como trolls, enanos, hadas o vampiros entre muchísimos otros. Una atención al detalle que se puede apreciar a lo largo de toda la obra en elementos como la arquitectura, el vestuario, vehículos armas, y que Pacheco y Merino consiguieron que todos esos elementos tan dispares no chocasen entre si sino que resultasen de lo mas verosímiles.
Tristemente la lectura de Arrowsmith resulta tremendamente corta, tan solo seis números, que son poco mas que un prologo que sirve para presentarnos al protagonista de la historia y permitirnos ver un pequeño atisbo de un mundo cuyo presente, pasado y futuro se prometían fascinantes. Pero aunque Arrowsmith terminó su corta andadura en 2003 y desde entonces se ha hablado mucho de su posible continuación, parece que por fin la espera va a terminarse (se ve que me ha dado por leerlo justo a tiempo) ya que Busiek y Pacheco ya han confirmado que están trabajando en la secuela y que con algo de suerte la veremos a lo largo de 2019, así que crucemos los dedos para que sea así. Por ello este parece ser el momento perfecto para subirse al carro y descubrir, como yo acabo de hacer, un grandísimo cómic que aun tiene muchísimo que ofrecer.