Después de Peter David, que otro autor recoja el testigo y haga una serie limitada sobre Jamie Madrox suena casi a herejía. Pero claro, el propio David lo recogió de la mano de Chris Claremont en su día, con lo que tampoco podemos ponernos talibanes y tenemos que asumir la realidad de que los universos compartidos están para que otros sigan jugando con los juguetes, a pesar del pavor que podamos tener a que no sepan utilizarlos como es debido. No es el caso de Matthew Rosenberg con Multiple Man, serie limitada que ha resultado ser una sorpresa bastante agradable. Que tal vez provoque cierto dolor de cabeza, pero agradable.
Rosenberg y el dibujante Andy MacDonald nos vienen a contar que sí, que Jamie Madrox murió en el esperpento aquel de los Inhumanos soltando las nieblas terrígenas y matando a un porrón de mutantes, pero uno de sus duplicados sobrevivió a la masacre al encontrarse aislado. Sin embargo, su naturaleza como «copia» provoca que su degeneración celular sea más rápida de lo normal por la muerte del original, por lo que La Bestia se entrega a la carrera de conseguir un suero que estabilice su situación. Sin embargo, y con la certeza de que la cura no va a llegar a tiempo, Madrox decide soltarle un estacazo a Bishop y robarle su máquina del tiempo, con el objetivo de viajar al futuro y hacerse con la cura cuanto antes, pero cuando usa el trasto espaciotemporal y pregunta por la cura, es asaltado por otro Madrox, los dos se pelean y uno de los dos acaba absorbiendo al otro. Sin darle muchas pistas al lector en ese momento, Madrox afirma venir del futuro y que ya no quiere el suero, momento a partir del cuela la serie empieza una vertiginosa carrera por el espaciotiempo de versiones alternativas de Madrox pegándose unas por otras, creando y derribando imperios, montando tiránicas distopías y revelando el amor de los autores por algunas oscurísimas piezas de historia del universo marvel.
Y aunque las aventuras de Marty McFly tuvieran un éxito tremendo en su día, la verdad es que me da la sensaciónd de que Multiple Man no es una historia para todo el mundo, porque tristemente somos menos de los que deberíamos los que disfrutamos con las historias de paradojas temporales salidas de madre. Rosenberg le mete tantos giros de tuerca a las historias que va contando y se entrecruzan por la serie limitada, repitiendo una y otra vez las mismas escenas sin apenas variaciones -ojo, que estoy hablando del diálogo, MacDonald las redibuja por completo y hasta juega con la velocidad de la narración cambiando lo que mete por cada viñeta- que entiendo que más de uno se sienta mareado, a pesar de que la historia merece mucho la pena y es todo un soplo de aire fresco en unos mutantes tan encerrados en el hecho de que son mutantes y mucho mutantes odiados y perseguidos y blablabla.
Y aunque a ratos pueda parecer una parodia de las tortuosas historias de viajes temporales al apocalipsis a las que nos tienen tan acostumbrados los mutantes, Multiple Man sigue siendo distinta, rápida y desmadrada, un soplo de aire fresco entre tanto MUTANTINATION o como se llame el crossover de la semana. Que aunque como ya dije en su día Extermination es una miniserie la mar de entretenida y bien hecha por el buen hacer de Brisson y Larraz, los mutantes en su día eran algo más que ése tipo de historias y nos viene bien el desmadre de Madrox. Quién sabe, teniendo en cuenta que Rosenberg no hizo su mejor trabajo bajo el anterior editor -la resurrección de Fénix, New Mutants- y que ahora nos presenta algo bastante bueno, tal vez la nueva Uncanny X-Men de Matt Rosenberg, Ed Brisson y Kelly Thompson tenga posibilidades. Ojalá, porque echo mucho de menos una Uncanny X-Men que leer mes a mes sin preguntarme si el guionista o el editor sabe lo que está haciendo…