De nuevo toca ponernos de luto ya que ayer mismo falleció uno de los grandes del genero de la ciencia ficción, Harlan Ellison. Un prolífico y todo terreno escritor que tanto en la literatura, el cómic, el cine y la televisión siempre hizo gala de una enorme imaginación y que nos ha dejado detrás un legado ingente del que por desgracia por aquí en España apenas hemos podido disfrutar. Y como siempre aunque sea un poco tarde, desde aquí queremos rendirle nuestro modesto homenaje a este gran autor autor a quien tanto le debe el genero fantástico en todas sus vertientes.
Teniendo en cuenta lo mucho que le gustaba bromear sobre su vida, a estas alturas resulta difícil saber cuanto de lo que contaba de si mismo era realidad y cuanto ficción. A lo largo de su vida presumió de haber sido pescador, pistolero a sueldo, cocinero, taxista, vendedor a domicilio, actor… Pero lo único que tenemos realmente claro de su biografía es que la parte de ser escritor era cierta y que era realmente bueno en ello. Por desgracia, y como señalaba mas arriba, buena parte de su obra literaria permanece inédita en nuestro país, y mas allá de un recopilatorio de historias cortas titulado “No tengo boca y debo gritar” que se publico en 1976, no creo que existan mas que algún relato suelto aquí o allá, algo que espero que cambie a partir de ahora aunque sea solo porque las editoriales traten de monetizar su muerte.
Por ello y si mi memoria no me falla, creo que mi primer contacto con la obra de Ellison de la que fui consciente (algún episodio de Twilight Zone o de Babylon 5 escritos por el debí ver antes de aquello) fue de forma indirecta, a través de la adaptación al cómic de la ya mencionada “No tengo boca y debo gritar” que realizo John Byrne. Una historia que en su momento me pareció aterradora pero nada en comparación con lo que me pareció años después cuando tuve la oportunidad de leer (por medios poco legales, pero la culpa es de las editoriales) el relato original. Una historia de la que prefiero no decir nada y si animar a quienes no la hayan leído que lo hagan, que no debe ser muy difícil de encontrar en Internet y se trata de una de esas obras que nos recuerdan hasta que extremos puede llegar el genero.
Fuera del mundo literario, y aunque su obra relacionada con el cine y la televisión es también bastante extensa, es imposible no señalar al menos un par de obras. Por un lado no queda mas remedio que recordar aquella delirante película de ciencia ficción titulada «A boy and his Dog» en la que un jovencisimo Don Johnson trataba de sobrevivir en un futuro post-apocaliptico en compañía de su perro telepata. Una película de esas que no dejan indiferente a nadie y en la que aunque Ellison al final no fue capaz de completar la adaptación de su propio relato, si que quedo bastante satisfecho con el resultado final de la película. Y por otro lado tengo que hablar con una de esas deudas pendientes que tengo con el genero, el episodio de Star Trek que Ellison guionizó (aunque no quedo del todo contento con las reescrituras que sufrió su guion y que se titulaba “The City on the Edge of Forever”. Un episodio que para mi vergüenza aun no he visto (mi visionado de la serie clásica ha sufrido algún parón que otro) pero que es considerado de forma casi unánime como uno de los mejores, si no el mejor, de la serie clásica. Dos pequeños ejemplos de que a Ellison se desenvolvía bien en cualquier terreno.
Aunque ademas de todo esto Harlan Ellison era un ávido lector y coleccionista de cómics, un mundo que había adorado toda su vida y al que de forma ocasional a lo largo de las décadas contribuyó como escritor. Así es como podemos encontrar desde adaptaciones de guiones suyos para otros medios como el “Demon with a Glass Hand” que guionizo para a serie de tv «The Outer Limits» y que Marshall Rogers llevo al cómic, o la adaptación de su guion original para “The City on the Edge of Forever” sin los cambios sufridos cuando fue llevado a la pequeña pantalla, a guiones escritos ex-profeso para el cómic como las historias que realizo junto con Ken Steacy para la revista Epic Illustrated o la novela gráfica “7 Against Chaos” en la que junto con Paul Chadwick (quien convirtió a Ellison en un personaje secundario de su Concrete) y Ken Steacy nos dio su particular versión de la clásica película Los Siete Samuráis.
No podía negar que adoraba el mundo del cómic
Pero pese a lo mucho que admiro a Ellison no puedo negar que me he sentido un poco como un fraude escribiendo esto ya que apenas conozco una minúscula porción de su obra. Por ello no quiero terminar sin reclamar, aunque no se bien a quien, que se haga justicia y se edite de una vez en nuestro país la obra de Ellison. Que entre todo lo que aun permanece inédito, y lo que lleva tantísimos años sin ser reeditado que solo se consigue a precio de oro, debe haber generaciones enteras de lectores que solo le conocen de oídas. Y es que da vergüenza que tratándose de un autor de su importancia haya que recurrir o a ediciones en ingles o a traducciones realizadas por sus fans debido al abandono en el que se encuentran demasiados autores. Pero aunque sea difícil, lo mejor que podemos hacer ahora por Harlan Ellison es mantener viva su memoria, que mientras haya gente que le lea nunca morirá del todo.