Hoy toca hablar de un tema poco habitual en estos lares, literatura rusa de ciencia ficción de hace casi medio siglo (cualquiera diría que quiero cargarme las estadísticas de visitas del blog). Pero es que el clásico de los hermanos Arkadi y Borís Strugatski, “Пикник на обочине” (mas conocido por aquí como Picnic al borde del camino, Picnic junto al camino o Picnic extraterrestre) es una novela que merece mucho la pena ser leída, y no solo por haber servido de inspiración a todo un clásico del cine como el Stalker de Andréi Tarkovski, sino por méritos propios mas que sobrados. Así que vamos a embarcarnos en un viaje para descubrir como ha cambiado la humanidad a través de los restos de la visita mas misteriosa de la historia de la humanidad.
Hace años un fenómeno inexplicable se manifestó en media docena de lugares alrededor del mundo, en pequeñas ciudades aisladas “algo” llego de forma inesperada y silenciosa, permaneció en esas seis ciudades durante dos días y desaparecieron tan misteriosamente como habían llegado sin que nadie llegase a ver quien o que eran esos misteriosos visitantes. Décadas mas tarde los lugares en los que se produjeron esos misterioso fenómenos, conocidos simplemente como “zonas” se han convertido en una fuente extraordinaria de investigación, frustración… y lucro, ya que aunque no se sabe que fue lo que sucedió realmente allí, lo que si se sabe es que ahora esas zonas están repletas de misteriosos artefactos, mutaciones increíbles y prodigios de difícil explicación. Y en torno a estas zonas ha crecido la figura de los merodeadores, valientes o locos que arriesgan su vida a cambio de grandes sumas de dinero para introducirse en esas zonas y rescatar todo aquello dejado atrás por esos misteriosos visitantes. Pero la codicia despertada por esos misteriosos restos y los efectos provocados por estos, tendrán consecuencias dramáticas sobre aquellos que se ven incapaces de abandonar las “zonas”…
No tenia claro que esperar de esta obra ya que pese a que se que el Stalker de Tarkovski se basa parcialmente en ella y que los propios hermanos Strugatski fueron los guionistas de la misma, aun no he visto dicha película (lo se, soy lo peor) Aunque por lo que se tampoco me hubiera servido de mucho verla ya que pese a compartir muchos puntos en común son obras bastante diferentes. Así que me he enfrentado a este libro sin tener una idea muy clara de que encontrarme y teniendo solo una muy vaga idea de su argumento. Y lo que me he encontrado ha sido un gran libro que como suele suceder con lo mejor de la ciencia ficción, aprovecha una situación fantástica para sacar a al luz retratos de la humanidad que son prácticamente universales.
Pero pese a sus muchas cualidades, este libro tuvo unos inicios complicados. Pese a haberse publicado en su totalidad por entregas en una revista (en 1971), la censura soviética prohibió su publicación como libro durante ocho años, e incluso cuando se publico finalmente esta lo hizo tan fuertemente censurada que por lo que se cuenta, el sentido de la obra cambiaba drásticamente. Eso provocó que irónicamente el libro se publicase de forma completa y fidedigna en Estados Unidos décadas antes que en la propia Unión Soviética. Y de forma mas irónica aun, a día de hoy es una de las obras literarias rusas mas reproducidas fuera de su país, recordándonos una vez mas lo estúpido de la censura.
Pero volviendo a la novela en si, algo que me ha llamado mucho la atención es el encontrarme con que esta se encuentra ambientada en la ficticia ciudad de Harmont en Canadá y no en alguna parte de lo que en aquel entonces era aun la Unión Soviética. A lo largo de sus paginas seguimos la vida a lo largo de varios años de un merodeador (o stalker) que se gana la vida sacando de la zona artefactos que en su mayor parte no sabe para que pueden servir para vendérselos a gente que probablemente tampoco sepa que hacer con ellos. Algo que sirve para mostrar con toda su crudeza los limites a los que puede llegar la codicia humana, con personajes sin escrúpulos a quienes no les importa cuanta gente tenga que morir para conseguir esos misteriosos objetos o las consecuencias nefastas que pueda tener para la humanidad el trastear con algo que no comprenden y personajes que venden sus vidas a cambio de dinero sin saber si saldrán con vida de la zona o si volverán intactos, física o mentalmente.
También se toca un tema que yo al menos no suelo ver a menudo en estas historias de “encuentros en la tercera fase”, y es la absoluta insignificancia del ser humano. Estamos acostumbrados a ver historias, como la que toma como titulo ese tipo de contacto, en la que los alienigenas buscan comunicarse con la humanidad para hacerla avanzar, o mas comúnmente en la que los alienigenas son invasores que buscan conquistar la Tierra para hacerse con sus recursos y esclavizar a sus habitantes. Aquí en cambio se plantea la idea, de que no somos nada, de que como señala el titulo de la obra, esos misteriosos visitantes pudieron ser para nosotros lo que las hormigas para una familia que salga de picnic al campo y que todo lo que han dejado detrás no es mas que el equivalente extraterrestre a la basura que cualquier persona podría dejar detrás, y que nunca fueron conscientes de la presencia de la humanidad en lo que para ellos debió ser una simple parada en el camino, una idea que despierta el horror es mas de un personaje.
Decir que este libro me ha fascinado seria quedarme muy corto, y desde hace unos días tengo a los hermanos Strugatski en mi lista de autores cuya obra tengo que conocer. Así que obviamente no puedo hacer menos que recomendar a todos aquellos que aun no conozcan este libro que no duden y lo lean, que es una de esas obras que merece mucho la pena descubrir. Yo por mi parte voy a ver si aprovecho que la mayoría de las series que seguía han ido terminando sus temporadas y saco algo de tiempo para ver Stalker, que si antes tenia curiosidad por verla ahora me muero de ganas por comprobar como Arkadi y Borís Strugatski adaptaron su obra a la visión de Tarkovski.