Ayer pudimos ver como en este anual de Flash no solo da la impresión de que en el siglo 25 ya se ha terminado el New52 hace mucho (que envidia) y la continuidad del universo DC vuelve a ser mas o menos como era, sino que por fin la propia editorial reconoce que en los ultimos meses el personaje de Wally West no ha ido a ninguna parte. Hoy toca terminar de analizar dicho anual donde nos encontramos con la sorpresa del regreso de una vieja conocida que viene cargada con sus buenas dosis de continuidad perdida y con un viejo amigo de Wally West que parece que también va camino de recuperar el pasado que le fue borrado. Y aunque Diógenes siga siendo muy negativo, yo aquí estoy viendo cada vez mas brotes verdes…
Decidido a reconstruir parte de su pasado Wally decide tratar de reconectar con su vieja amiga Frances Kane, también conocida como la heroína/villana Magenta. Unos recuerdos que incluyen su corta pertenencia a los Titanes, unos Titanes que incluían a Wally, Robin, Starfire, Beast Boy… ¿Y Cyborg? Si, Joshua Williamson y Howard Porter han incluido a Victor Stone en los Titanes (aunque sea en un flashback) por primera vez desde que comenzó el New52 y les dio por convertirle en fundador de la JL. (aunque es cierto hay cosas que no están bien del todo en ese flashback, como que para cuando Wally adopto su identidad de Flash Dick Grayson ya era Nightwing y no Robin) ¿Es una licencia artística, un guiño a los lectores o una metedura de pata de Porter que al pensar en los Titanes enseguida se le vino a la cabeza esta alineación?
Aunque es fácil achacar a cualquiera de estas cosas arriba mencionadas la aparición de Cyborg en ese flashback, no es la única ocasión en los pasados meses en los que el papel de Cyborg en el Universo DC ha dado la impresión de recuperar su lugar en la continuidad pasada. Ya en uno de los spin-offs de Metal pudimos ver como Cyborg y Raven, pese a no haberse visto nunca anteriormente (¡ja!) conectan inmediatamente como si fuesen viejos amigos (y eso que el aun no se ha encontrado aun con Gar) Y también tenemos esa impresionante portada del DC Nation #0 a cargo de Jorge Giménez, una portada en la que ademas de poder ver a Superman de nuevo con su traje clásico, vemos a una Liga de la Justicia en la que el hasta ahora omnipresente Cyborg no aparece y en su lugar encontramos nada mas y nada menos que a J’onn J’onzz (¡como debe ser!) Vamos, que casi da la impresión de que efectivamente en DC se están replanteando cual es el verdadero lugar de Cyborg.
Pero volviendo al Annual de Flash, el reencuentro de Wally con Frances no sale tan bien como el esperaba, y tras recuperar sus recuerdos (Wally tiene ese efecto en la gente) ella lo recuerda todo, su pertenencia a los Titanes, a los Rogues y recupera también su otra personalidad malvada. Un aparte de Frances que cuando se apodera de ella utiliza sus poderes magnéticos para construir una copia de la mansión que ella y Wally compartieron (en la lejanisina etapa de Mike Baron y Butch Guice cuando Wally acababa de convertirse en Flash y le había tocado la lotería) y recuperando con ello cada vez mas elementos de la vieja continuidad. Un momento al que sigue uno de introspección por parte de Wally en el que admite que ya no tiene una vida real, una vida fuera de su traje.
Pero tras una batalla que solo podía terminar de una forma tratándose de Wally, arreglando las cosas con Frances y ayudándola a seguir llevando una vida normal (El Wally que si que creía en segundas oportunidades) Frances le recuerda que el no es el tipo que se esconde, que era alguien que brillaba tanto que no había sombra alguna y que si se plantea el volver a vivir en Keystone. Y aunque Wally hace mucho que dejo de ser millonario, sigue siendo amigo del hijo de uno, por lo que con un préstamo por parte de Dick, Wally deja atrás la Nueva York en la que ha estado viviendo hasta ahora para mudarse de nuevo a Keystone City a un bonito apartamento con vistas al puente que une a esta ciudad con Central City. Un momento en el que Williamson, de nuevo por boca de Wally, nos recuerda que este se ha pasado demasiado tiempo quieto y que debe reconstruir su vida y recordar y celebrar su pasado.
Y todo termina con una bonita doble pagina (para ser de Howard Porter no esta mal) en la que se nos recuerda de nuevo, por si alguien lo había olvidado, que Wally West ES Flash…snifs…
Pero esto no es el final del todo, aun nos queda una ultima sorpresa. Y es que de nuevo en el siglo 25 nos encontramos con que esos policías que investigaban lo sucedido en el Museo de Flash eran en realidad los Renegados, los agentes de la ley del futuro que crearon Geoff Johns y Francis Manapul y que utilizaban los trajes y armas de los Rogues para hacer justicia. Unos personajes que en esta ocasión están a las ordenes de un misterioso personaje que acaba revelándose como un viejo conocido… Hunter Zolomon/Zoom. Otro personaje que había desaparecido tras Flashpoint y que aquí asegurar que su nueva misión consiste en hacer que el “autentico” Flash se convierta en el héroe que necesitan. (Y tengo curiosidad por saber a quien considera Zolomon el autentico Flash, aunque siendo un villano de Wally la respuesta parece obvia)
Ahora queda esperar las consecuencias de la saga de la que todo esto es un preludio, “Flash War” para saber si de verdad esto va a ser un nuevo comienzo para Wally en el que se va a tratar de recuperar el lugar del personaje o si esto no es mas que otro falso inicio que se va a quedar en nada (yo es que sigo sin fiarme mucho de Williamson pese a haberme gustado este anual) porque en DC siguen sin tener claro como recuperar el pasado sin borrar del todo los ultimos años. Aunque viendo como tanto Marvel y DC con sus Rebirth y Legacy parecen embarcados en una loca carrera por ver cual de los dos consigue que sus universos de ficción recuperen su esencia mas clásica antes, a lo mejor esta vez si que es la buena… Eso si, con todos los guiños y menciones al pasado ya podrían haber metido alguna referencia a Jay Garrick, que sin el todo esto jamas hubiese existido… Tocara seguir leyendo Doomsday Clock para ver si se deja caer por allí.