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Recordando una de las mejores y mas imaginativas etapas de Superman

Corría el año 1986 y la maravillosa y añoradisima década de los 80 se encontraba en pleno apogeo. España acababa de entrar en lo que seria conocido como la Unión Europea, el cometa Halley realizaba su ultima visita del siglo XX, nacía Emilia Clarke, se presentaban en sociedad los primeros videojuegos de Zelda y Castlevania, en los cines se estrenaba la película animada d ellos Transformers (con una de las ultimas interpretaciones de Orson Welles) se estrenaba en la televisión en España Remington Steele y Ediciones Zinco publicaba el Superman Pre-Crisis. Es de esto ultimo de lo que quiero hablar hoy, de aquella casi olvidada etapa de la que he escogido un numero al azar, sin ningún tipo de doble intención o de propósito deshonesto, un numero cualquiera como puede serlo el 29 del vol1 en el que Superman tenia que hacer frente al día en el que estallo la tierra…

Si es que la propia portada ya nos avisa de que estamos ante algo épico

Este cómic, como muchos de la época, contiene material de dos números americanos, que en aquellos tiempos un cómic de 24 paginas sabia a muy poco. En la primera de las historias nos encontramos un apasionante relato a cargo de Bob Rozakis y George Tuska en la que Superman tiene que enfrentarse a un misterioso invasor dotado de asombrosos poderes que esta provocando lo que a primera vista parecen ataques terroristas aleatorios y que ni tan siquiera Superman parece capaz de detenerlo.

El Dinamitero, ya no se hacen villanos como los de antes

Lo que a primera vista parece una historia simplona propia de la etapa Pre-Crisis del personaje, no tarda en revelarse como algo mucho mas complejo. Ese misterioso atacante no es sino uno de muchos alienigenas inmortales que están buscando en la Tierra los fragmentos de un objeto enterrado allí hace millones de años. Una historia que nos revela la trágica y dramática historia de unos seres que para conservar su cordura se ven obligados a embarcarse en una serie interminable de “juegos” que mantengan sus mentes ocupadas. Pero esa es una búsqueda que pone en peligro a la misma Tierra, ya que estos seres, desde su perspectiva eterna, no consideran a la Tierra y a sus habitantes mas que como un obstáculo sobre el que pasar para completar su “juego”.

Los horrores de la inmortalidad

Una épica historia con una triste moraleja acerca de como aquello que parece tan deseable, en este caso la inmortalidad, conlleva aparejado en demasiadas ocasiones un alto precio a pagar, como en el caso que nos ocupa de estos seres obligados a pasarse la eternidad en una serie de búsquedas sin fin. Unos seres a los que Superman se ve obligado a ayudar para evitar que continúen con una búsqueda que acabaría con toda la vida en la Tierra y a quien despachan como a un simple insecto solo para saltar a su siguiente objetivo.

Unos seres tan increíblemente poderosos que manejaban a Superman como a un insecto

Un sobrecogedor relato que ademas nos permite recordar una época casi olvidada de Superman en la que este había dejado su trabajo en el Daily Planet para convertirse en presentador de televisión, lo que le obligaba a estar a unas horas concretas ante las cámaras y añadía un punto de tensión a sus aventuras ya que en demasiadas ocasiones la presencia de Superman era requerida justo cuando Clark Kent se encontraba en el aire.

La de emoción que añadía esto a sus historias

Aunque ya había dicho que este numero contenía dos historias, y la segunda de estas es una que continua del numero anterior. Una historia en los que otros invasores alienigenas han secuestrado a Mickey, un joven disfrazado como Superman ya que este posee unos poderes que le permiten detectarles, cuando incluso Superman se ve impotente ante sus métodos de camuflaje, lo que pone en peligro sus planes. Pero por suerte para Mickey los alienigenas no han conseguido anular del todo sus poderes y es capaz de enviar un mensaje de Socorro a Superman quien le rescata.

Y para los «haters» doble ración de calzoncillos

Pero la historia aun nos guarda una sorpresa, ya que esos alienigenas de grotesco aspecto no eran malvados invasores con planes siniestros contra la Tierra, sino unos seres que al creerse completamente indetectables en todos los sentidos, incluido el físico, habían pensado en utilizar la Tierra como exilio para los indeseables de su raza, ya que estos no podrían interferir con los terrestres. Pero la existencia de gente con poderes como los de Mickey les hace darse cuenta de que su plan no es viable y se marchan de allí, dejando a un Superman impresionado ante lo valiente y ocurrente que ha sido su joven amigo, quien sueña con formar equipo con su admirado héroe mas a menudo. De nuevo aquí nos encontramos con otra historia con moraleja, la de que no debemos juzgar a los demás de forma superficial porque incluso la mas terrible apariencia puede ocultar detrás a alguien sin malas intenciones.

Cuanta imaginación derrochaban estas historias

Se trata de una época lejana en la que las historias eran mucho mas simples y no requerían de infinitos crossovers y tie-ins para atraer a sus lectores, solo grandes dosis de imaginación y talento y un gran personaje como Superman. Cómics como estos sin duda forjaron legiones de nuevas generaciones de lectores que descubrieron entre las paginas de cómics como este todo un mundo de aventuras increíbles llenas de apasionantes historias y unas dobles lecturas que dejaban claro que sus responsables pensaban mucho en lo que estaban haciendo. Por todo ello hay que agradecer su existencia, porque sin cómics como este no podríamos disfrutar de todo lo que tenemos ahora.

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