Después de lo que pasó con La Liga de la Justicia y su millón de reshoots, no era de extrañar que la película no rindiera en taquilla lo suficiente como para compensar la burrada de dinero invertido en ella. Tristemente, Justice League no ha conseguido el milagro que sí consiguió Suicide Squad -aunque dado su presupuesto tenía un pelín más complicado el dar beneficios- y para no variar, en WB no han tenido ningún complejo y han descabezado a los hasta entonces responsables de las películas de DC, Jon Berg y Geoff Johns, quedándose éste último en labores de supervisión y en su puesto de Chief Creative Officer de DC, sea lo que sea eso.
Pero si miramos las cosas con un poco de atención, nos queda claro que la cosa puede no haber sido tan aparatosa como uno podría esperar, porque a fin de cuentas el nombramiento de Berg y Johns fue en Mayo de 2016, justo después de la hecatombe Batman v Superman y poco antes del estreno de Suicide Squad, el primer «ataque de pánico» de WB que provocó que toda la película fuera montada por un equipo distinto al que realizó la película, buscando un tono más parecido al que tenían los trailers. Así, me da la impresión de que a Berg y Johns se les puso al cargo para que intentaran salvar el tren antes de que chocara, y aunque tuvieron un exito notable con Wonder Woman, lo de Justice League no lo salvaba ni el auténtico Superman sonriendo.
El sustituto que se ha elegido ahora es Walter Hamada, un tipo con bastante historial y éxitos en New Line a sus espaldas -cuando consigues que It o Annabelle se conviertan en franquicias de éxito algo bueno tienes que tener- y que ahora tiene que apañarselas para estrenar Aquaman este año y Capitán Marvel/Wonder Woman 2 el siguiente, sin saberse muy bien si veremos de una vez un Batman de Ben Affleck en solitario, un Superman de Cavill que se llame Superman y actue como Superman o si, finalmente y como no paran de repetir los más agoreros, WB va a darse por vencida y va a volver al modelo anterior de películas aisladas y sin universo compartido.
Porque si empezamos a sumar proyectos que WB ha empezado y de los que nunca más se supo, nos podemos volver locos. Desde Lobo, Harley Quinn, Deathstroke o Nightwing, hubo una época en la que daba la impresión de que si tu preguntabas a cualquiera de Warner por Ambush Bug te iba a responder que tenían película en camino. Parecía que hacer un universo cinematográfico era fácil, que Marvel lo hacía parecer fácil, pero a la vez estamos viendo como sistemáticamente todos los intentos de la competencia fracasan, que la cosa no es sólo un fracaso de WB; Universal ya lleva dos arranques en falso de su Dark Universe y hasta la todopoderosa Lucasfilm parece un tanto aterrada por la película de Han Solo, de la que estamos a escasos meses de su estreno y todavía no hemos visto un mísero trailer. Tal vez el público en general tenga una imagen de DC más cercana a Nolan que a Bruce Timm, pero si algo tengo claro es que un Universo Cinematográfico de DC debería ser hasta más fácil que uno de Marvel.
Porque no nos engañemos, tradicionalmente DC no ha tenido una cohesión tan grande entre sus personajes. Puede que Superman y Batman compartieran cabecera en World’s Finest, pero la mayor parte de sus historias se creaban dentro de sus propios subuniversos, además del otro subuniverso que existía en La Liga de la Justicia. Por su parte, en Marvel siempre estuvieron más juntos y revueltos, y ya en los años 60 no era nada raro que te cambiaran a todos los miembros de los Vengadores, que Thor o Iron Man desaparecieran del grupo por asuntos a resolver en sus propias series y demás. Y tal vez sea que estoy harto de espantarme o el gripazo que llevo encima, pero a estas alturas de la película preferiría una película del Joker producida por Scorsese y que estuviera bien hecha, que 5 esperpentos de Batman y Superman que no hay por donde cogerlos. Que narices, para DCEU ya tengo las series de la CW…