Para terminar esta semana de la ignorancia nada mejor que tocar uno de los temas favoritos de este blog, una ocasión para la cual hemos escogido un cómic de una editorial a la que las circunstancias y la falta de tiempo para ponernos al día nos han hecho dejar de lado demasiado tiempo, Valiant. Y de entre todos los títulos de su catalogo hemos escogido todo un clásico con mucha solera del que llevamos escuchando hablar mucho tiempo y al que por fin vamos a dedicarle un pedacito de nuestro blog, X-O Manowar.
Como su nombre bien indica, X-O (Executive officer en la jerga militar Estadounidense)(Manowar/Man o War/Hombre o Guerra) nos encontramos ante un personaje que se debate entre la dicotomia de su yo interior, el hombre, y el propósito para el que ha sido creado, la guerra. Un eterno conflicto que hemos visto reflejado en la ficción y en la realidad incontables veces pero que aquí se nos muestra a través de un prisma algo diferente. Y es que al igual que sucedía con otro personaje con el que guarda ciertos paralelismos, el Omac (One Man Army Corps, o ejercito de un solo hombre) de Kirby, X-O Manowar es alguien que se ve forzado a asumir un papel, a transformarse, en algo que no es. Pero que en este caso, y a diferencia de lo que sucedía con el héroe de Kirby, su existencia tiene unas consecuencias mucho mas trágicas.
Y es que con este cómic estamos ante uno de los mayores dramas anti belicistas que me he encontrado en todos mis años como lector. A través de los ojos de X-O Manowar somos mudos testigos de una guerra sin fin que encadena un conflicto tras otro, una guerra eterna en la que nuestro ¿Héroe? se ve forzado a participar en contra su voluntad, sin poder hacer otra cosa que dejarse llevar por sus ordenes cometiendo toda clase de atrocidades en nombre de un supuesto bien mayor y sintiendo como su alma se va consumiendo poco a poco por ello.
Sin duda estamos ante un cómic único como pocos, uno que bajo la fachada de un simple cómic de aventuras superheroicas, esconde un descarnado retrato de una realidad a la que en demasiadas ocasiones tratamos de ignorar. Un cómic ante el que no queda mas remedio que quitarse el sombrero y rendirse ante la maestría de la que hacen gala sus autores y el delicado equilibrio que estos han conseguido establecer entre el tremendo drama humano de un protagonista que es mucho mas que humano, y la aventura mas clásica.
Y con esto terminamos la semana de la ignorancia, una semana en la que he aprendido muchas cosas (entre ellas que un día de estos tengo que empezar a leerme los cómics de Valiant o que no se puede uno fiar de las reseñas que encuentre en Internet) y que se ha convertido en una experiencia tremendamente valiosa que espero que se convierta en una tradición mensual, siempre que consiga convencer a Diógenes de ello, una tarea que no sera fácil. Así que si nuestros lectores han disfrutado de esta semana (¡que ha sido como vacaciones!) y quieren que le dediquemos mas tiempo y espacio a esta clase de reseñas, ahí abajo están abiertos los comentarios para hacérselo saber al Don Diógenes.