Como no me canso de repetir (y de celebrar) la ciencia ficción en el cine y la televisión parecen estar mas de moda que nunca, o al menos mas de moda que en tiempos no demasiados lejanos. La oferta es cada vez mas amplia y diversa y estoy llegando a un punto al que no creía que llegaría, ese en el que no se si realmente tengo tiempo para ver todo lo que me gustaría. Pero de momento el tiempo alcanza y por eso no he tenido problemas para darle una oportunidad una de las ultimas ofertas televisivas dentro de este genero, Philip K. Dick’s Electric Dreams, una antología que adapta para la pequeña pantalla algunos de los relatos de uno de los escritores mas prodigiosos del genero y que en su mayor virtud se encuentra también uno de sus únicos defectos.
Sociedades distopicas, mundos imposibles, realidades cambiantes… A lo largo de su carrera Philip K. Dick toco muchos temas importantes dentro del genero de la ciencia ficción y esa variedad temática la podemos encontrar también en esta serie desarrollada por Ronald D. Moore (que los Dioses de Kobol nos pillen confesados) y producida por Bryan Cranston (quien protagonizara uno de los episodios) para Amazon Video. Una serie en la que no se ha descuidado el mas mínimo detalle a la hora de llevar a la televisión el fruto de la imaginación de Dick, con un esmero envidiable en el apartado técnico y en el casting.
Pero quizás en donde mas destaca esta serie es en la selección de relatos escogidos para la adaptación que permiten a esta abarcar un amplio espectro de temas que en la practica hacen que estemos mas ante un montón de mini-peliculas que ante una serie propiamente dicha. Un formato que es cualquier cosa menos novedoso y en el que el pasado nos ha dado grandes series de antologías como Amazing Stories, The Outer Limits, The Twilight Zone, alguna otra centrada en un autor concreto como The Ray Bradbury Theater o mas recientemente (hasta cierto punto) Black Mirror. Pero pese a que esta variedad temática es uno de los puntos fuertes de la serie, en cierto modo también es un pequeño (muy pequeño) punto flaco.
Arriba me refería a ella como en una serie de mini-peliculas y no se me ocurre una forma mejor de definirlas. Pese a que todos los episodios están basados en relatos del mismo autor, cada uno tiene escritores, directores y protagonistas diferentes, a lo que debemos añadir que Philip K. Dick’s Electric Dreams carece incluso de cierta unidad temática como sucede en el caso de Black Mirror. En un episodio podemos encontrarnos con una sociedad distopica futura en la que la humanidad ha evolucionado, encontrarnos en el siguiente un futuro algo menos gris en los que los viajes espaciales son tan corrientes como viajar en taxi o encontrarnos en un mundo en el que la realidad parece maleable.
Una diversidad tan amplia de temáticas y tonos y una ausencia de cohesión que al mismo tiempo que permite que todo el mundo encuentre algún episodio a su gusto también provoca sin duda que no todo el mundo acabe contento con el contenido de una serie ante la cual uno no puede plantearse el verla como una serie al uso. Un problema al que le añadiría cierta tendencia en la mayoría de los episodios de contar con finales ambiguos que dejan mucho a la imaginación del espectador y que al ser casi una constante pierden parte de su efecto, ya que uno ya espera encontrarse con esa resolución “vaga”.
Pero ojala todas las series tuviesen eso como únicos “defectos”, que mejor nos iría (aunque no tendríamos tiempo nada mas que para ver televisión) , porque en todo lo demás es una gran serie que no solo dejara mas que satisfechos a los amantes de la ciencia ficción, sino que nos sirve para recordar a un grandísimo autor que afortunadamente esta mas de actualidad que nunca, ya que a esta serie tenemos que añadir que ahora mismo podemos encontrar en la cartelera de los cines Blade Runner 2049 y que la tercera temporada de The Man in the High Castle debe estar a la vuelta de la esquina. Pero aunque la calidad de las adaptaciones recientes de su obra sea muy alta, tampoco olvidemos que en en su versión original literaria esta obra es infinitamente mas amplia y en general mucho mejor.