Tras el polémico final de una última temporada que dejo satisfechos a pocos espectadores, este pasado fin de semana regreso a las pantallas Sleepy Hollow. Una serie que tras las críticas, el abandono de algunos de sus actores más importantes y un importante desplome de audiencias, han tenido que reinventar de arriba abajo para intentar que todo siga igual. Aún es pronto para saber si todos estos cambios conseguirán su objetivo de salvar a una serie que tuvo un comienzo magnifico y a la que poco a poco se fueron cargando hasta dejarla casi al borde de la cancelación, pero nunca es demasiado pronto para tener unas primeras impresiones. Eso sí, por si acaso avisar de que obviamente habrá SPOILERS de las temporadas anteriores.
Es curioso como la calidad de la serie parece ser siempre inversamente proporcional a la longitud del pelo de Crane
Tras el sacrificio de Abby Mills (Nicole Beharie) para detener los planes de Pandora y The Hidden One, Ichabod Crane (Tom Mison) descubrió que siempre tiene que haber dos testigos que se enfrenten a la fuerzas del mal y que es su misión encontrar hacia qué persona ha migrado el alma de su compañera. Una búsqueda que ha sido interrumpida por su secuestro a manos de una misteriosa organización que tiene planes para los testigos y el descubrimiento de que la maldad sobrenatural se extiende más allá de las fronteras de Sleepy Hollow y que alcanza incluso a la capital de la nación que el ayudo a construir. Unas nuevas amenazas a las que se enfrentara con la ayuda de una nueva compañera y los restos de una organización fundada por George Washington para proteger su país mientras trata de encontrar a la nueva testigo antes de que lo hagan sus nuevos enemigos…
Ni el propio Crane parece creerse todos los cambios
Lo sucedido con Sleepy Hollow ha sido bastante triste, paso de ser en 2013 uno de los estrenos revelación del año a irse desinflando lentamente a base de tramas estiradas, personajes que aparecían y desaparecían de improviso y una sensación de desorientación general bastante elevada. Y es que a esta serie no solo no le sentó bien el aumento de episodios por temporada (el mal de muchas series) sino que daba la impresión de que nunca tuvieron nada planteado más allá de la resolución de la trama principal de su primera temporada, la amenaza del demonio Moloch. Si a eso le sumamos el desperdicio de grandes talentos como el de John Noble en el papel del hijo demoniaco de Crane y Katrina, de cómo convirtieron a esta en una villana de la noche a la mañana de una forma un tanto inverosímil y de cómo el cada vez mayor protagonismo de esta acabo motivando que Nicole Beharie abandonase la serie (la mayor pérdida de todas), tenemos toda una serie de circunstancias lamentables que llevaron a la serie a pasar de los más de diez millones de espectadores de su primera temporada a los poco más de tres de su tercera, un desplome de audiencias del que no se pudieron salvar ni con aquel extraño crossover con la serie de Bones.
Que lejos parecen quedar ahora estos momentos
Todo eso ha llevado a los responsables de la serie a tratar de arreglar este desaguisado dándole un lavado de cara al a serie. La ciudad que da nombre al a serie, Sleepy Hollow, es dejada atrás en favor de Washington D.C., Abby Mills es reemplazada (al menos como compañera de Crane) por Diana Thomas (Janina Gavankar) una agente de Homeland Security y madre de Molly (Oona Yaffe) una niña de diez años que parece tener una especial relación con el lado secreto de la historia de América que acaba de descubrir su madre. Un reparto al que además se añaden Jake Wells (Jerry MacKinnon) y Alex Norwood (Rachel Melvin) los únicos miembros de la Agencia 355, lo que queda de aquella organización fundada por Washington para proteger Estados Unidos de amenazas del más allá. Un reparto en el que por suerte aun sobrevive Jenny Mills (Lyndie Greenwood) quien con un pequeño cameo en este episodio consigue no solo eclipsar a todos los nuevos personajes sino que nos deja preguntándonos porque no recurrieron a la solución obvia de que ella fuese el reemplazo de su hermana…
Mmm, no, no es lo mismo
El problema es que pese a que Tom Mison es un buen actor que sigue consiguiendo que Ichabod Crane nos caiga muy bien (lo unico que aun consigue mantener la serie en pie) y se agradece que Jenny vaya a seguir (de momento) en la serie, el resto de este reinicio ha empezado a medio gas. La buenísima química que existía entre Mison y Beharie no parece repetirse con su nueva compañera de aventuras, los empleados federales que les ayudan en su nueva misión o son solo algo sosos, sino que parecen descartes de la serie Warehouse 13, y tras haber tenido al grandísimo John Noble como villano en la serie, el despiadado millonario Malcolm Dreyfuss (Jeremy Davies) resulta de lo más insípido y poco inspirado. Todo eso sumado a una trama que parece que vuelve a ser un “villano trata de acumular poder para desatar el mal sobre la tierra” hace que no me sienta demasiado optimista.
Sin la buena relación que existía entre estos dos la serie nunca sera lo mismo
Si, de momento hay poco en el regreso de esta serie que me haga tener esperanzas de que esta pueda salvarse, pero como decía al principio es demasiado pronto para tener una opinión formada. Pero los buenos recuerdos de lo que fue la serie en sus inicios me tienen algo dividido, por un lado voy a darle un par de oportunidades más por los viejos tiempos a ver si son capaces de recuperar la magia perdida. Pero por otro lado el constante recuerdo de lo que fueron capaces en anteriores temporadas hace que todo lo visto hasta ahora me haga albergar pocas esperanzas. Pero para saber cómo acabara todo no nos queda más remedio que esperar doce episodios más (si, el desplome de audiencias ha motivado que la serie pase de nuevo a durar lo mismo que su primera temporada), pero tienen mucho que remontar y no sé si a la serie le queda energía suficiente para conseguirlo.