Ya no cantan los pájaros de Latveria, las murallas de su castillo se han quedado vacías. Las mazmorras de su interior ya solo alojan telarañas, ya nadie hace experimentos para cambiar el mundo. Los latverianos, antaño temerosos de su señor, ahora se preguntan si su dueño en Sony, Monsanto o Microsoft -en realidad es Disney- pero lo más triste de todo es que ya no cantan los pájaros de Latveria, y todo porque Brian Michael Bendis decidió destrozar a su señor.
No, vale, ahora en serio; ¿por qué me haces esto, Brian Bendis? ¿Es que me has cogido manía o qué? Porque lo suyo ya debe ser manía persecutoria, cada vez que coge por banda a un personaje que me gusta, lo destroza con toda la mala saña del mundo. En el caso de Víctor Von Muerte, más conocido internacionalmente como Doctor Doom, el recorrido de Bendis con el personaje ha ido de lo lamentable a lo aún más lamentable, y ahora mismo el hombre se está coronando con Iron Man. Que alguno me dirá que gracias al decompressive storytelling el hombre todavía no ha tenido tiempo de destrozar nada y no sabemos por donde quiere ir, pero digo yo que tras un año de historias toca evaluar la situación; luego si resulta que todo esto era un plan maravilloso de Bendis para reivindicar el personaje ya me desdeciré, pero me da la -triste- sensación de que no voy a tener que hacerlo y que no hay más cera que la que arde. Pero empecemos por el principio…
Allá por mediados de la década pasada y tras la etapa de Waid en Los 4 Fantásticos, Latveria estaba hecha otro desastre. Su Majestad había hecho algo impropio de su persona -Waid consideraba que la nobleza del buen doctor era solo fachada, y lo puso a hacerse armaduras construidas con la piel de su exnovia Valeria- y había acabado perdido en los infiernos, con lo que Los 4 Fantásticos habían asumido el control del país -otra de las ideas de bombero de Waid, si es que el hombre estuvo sembrado- y EEUU tomó la decisión unilateral de tomar el control del país y convertirlo en un estado títere al mando de una lateverianoyanqui llamada Lucía Von Bardas. Ésta última parte -la de Lucía- es una aportación de Brian Michael Bendis, que introdujo el personaje en la serie limitada Secret War (2004) y en ella se dedicó a contarnos de forma muy grandilocuente una historia que en realidad era bastante pedestre; superhéroes rompen cosas en Latveria porque la Lucia esa en realidad era malísima y había que destrozar Latveria por enésima vez. Con la resaca del 11S y la ocupación de Irak todavía en curso, Bendis se dedicó a contar una historia de terrorismo internacional -Lucía por lo visto se había dedicado a financiar «ataques terroristas a EEUU», porque en aquellos tiempos el poner bombas nunca debía ser considerado como un medio si no como un fín en si mismo- y básicamente firmó una serie limitada bastante olvidable… De no ser porque el tipo decidió recordárnosla periódicamente.
Tras la resaca de Civil War y el regreso de Víctor Von Muerte al universo marvel (en plan ninja, sin maxicrossover ni grandes historias), Mark Millar se hace con la serie de Los 4 Fantásticos para convertirse en su gran salvador; el hombre se paseó por todo internet proclamando que su etapa devolverá al cómic a los puestos más altos de las listas de ventas, que su etapa recuperará la grandeza de los tiempos de John Byrne y que… Que nada, porque se metió una buena hostia en ventas, no logrando ni por asomo el éxito que había conseguido en Ultimates. Durante esa etapa ocurrirá algo chungo y siniestro y, como el mal guionista de cómics, Millar crearía un nuevo villano terrible a costa de machacar y humillar al mayor villano del grupo, el Doctor Muerte. Tras una convulsa etapa en la que se destroza Latveria sin el menor miramiento, la revelación final de la historia sobre la identidad del nuevo villano acaba siendo un esperpento tal que desde entonces todo el mundo ha ignorado la existencia de dicha historia, cosa que le ha dado un poco más de cordura al universo y esas cosas. Lo importante es que se había vuelto al status quo original, con Víctor sentado en el trono y los latverianos diciendo amo y esas cosas. Y con eso parecía que se calmaban por fín las aguas por una buena temporada, pero no tardaríamos mucho -ni un año- en soportar otra de las tropelías de Bendis…
Y es que a Bendis no se le ocurrió otra cosa que destrozar Latveria con un virus simbionte y lanzar a los Vengadores fachas post civil war a «detener al Doctor Muerte por crímenes contra la humanidad». Con dos cojones se van a Latveria, se lían a tordas con todos y lo meten en la carcel como si fuera un Sadam Hussein cualquiera (sí, Bendis guionizaba viendo la CNN). La cosa no duraría mucho porque Norman Osborn pronto lo liberaría durante Dark Reign, siendo el Doctor uno de los miembros de la cábala que supuestamente iba a dominar el mundo en la sombras. Sin embargo -y tras un año o dos de ver a la cábala conspirar y tal- la sociedad secreta acaba como el rosario de la aurora y el monarca latveriano escurre el bulto de forma más o menos… Supongo que para los parámetros de Bendis era «digna», yo que sé:
Es en esta época en la que Bendis parece olvidarse por fín de Latveria y se dedica a sus cosas mientras Hickman se hace cargo del personaje durante su etapa en Fantastic Four -haciéndolo miembro del grupo, nada menos-. Y así fueron pasando los años mientras Bendis se dedicaba a sus Vengadores, los abandonaba y empezaba una etapa de X-Men que solo funcionó durante sus primeros meses. Es la época en la que Bendis deja de tener sensibilidades post 11S y trata temas como el racismo o la identidad sexual con una candidez bochornosa. Tras cagarse en el legado de Chris Claremont una buena temporada, Bendis deja la serie llena de personajes creados por el y con los que nadie sabe que hacer, pero para entonces los Millar, Brubaker y Fraction ya han dejado la editorial y Bendis es la estrella absoluta, con lo que al hombre le dejan hacer lo que le da la gana y lo que quiere es poner sus garras sobre Iron Man…