Que va a salir otra expansión del Warcraft, y en ella hay demonios y cosas chungas. Que después de la marranada de Warlords of Draenor de tener al personal pagando y no darle un parche en todo un año, ahora hacen propósito de enmienda y dicen que se van a portar bien. Pero que muy bien. Pero requetebien. Y nosotros, como tampoco nos lo creemos mucho, vamos a hablar de la historia del juego que por lo menos sabemos que esa nos la podemos ver en Youtube sin pagar un duro…
Vamos a ver una cosa, que yo soy de los que jugó a la cosa esta desde los inicios y todavía me pregunto que hace la gente todavía enganchada a esto: estamos hablando de un juego que tiene doce años, y que si sobrevive a día de hoy es por el éxito que tuvo en su momento, que a su vez estuvo construido sobre una de las series de juegos de estrategia en tiempo real más exitosas de la historia. Lo que quiero decir es que si Westwood no hubiera sido comprada por EA y para 2004 nos hubiera estrenado un MMO llamado World of Command & Conquer, a día de hoy la película que nos hubieran estrenado en cines habría sido sobre Kain y su Hermandad de Nod. Pero fue Blizzard la que sacó un MMO de Warcraft, y así a lo tonto pulverizó de mala manera a los reyes del momento -Star Wars Galaxies, Everquest- y desde entonces hemos pasado de una era en la que todo el mundo sacaba MMOs a los que no jugaba nadie a que un montón de gente sólo juegue a un MMO: World of Warcraft. Pero basta de hacer memoria como los abuelos, hablemos de la nueva expansión: Legion.
Y las cinemáticas son chulas, sí, pero ya se ha visto que no habrían podido aguantar una película entera.
Creo que a estas alturas de la película todo el mundo sabe ya que World of Warcraft estaba pensado para contar un eventual enfrentamiento con Arthas… Y fín de la historia. Todo lo posterior (recuperar villanos de Warcraft I y II, Pandaria) han sido remiendos, historias que a los jugadores/lectores cada vez se le han hecho más absurdas. Ya pocos juegan por saber como continúa la historia, porque la trama cada vez tiene menos sentido. Y la guinda del pastel la trae Legion, con el enésimo enfrentamiento definitivo entre los habitantes de Azeroth y la Legión Ardiente, esa pandilla de demonios que se dedican a viajar por el universo en sus naves espaciales y llenarlo todo de fuego verde, con una historia en la que se resucita al villano de la primera expansión del juego, Illidan, y se le dice al jugador que es gentuza, que aquello que hizo en su día está muy feo y que la salvación de su mundo depende de un tipo al que llaman Illidan «El traidor». Pues vale.
Esto es la cinemática de Burning Crusade, pero para Legion también valía. Manda huevos…
Yo no sé que tiene en la cabeza la gente de Blizzard para creer que pueden hacerle sentir culpable al jugador por matar al tipo que esclavizó todo Outland y que hacía sacrificios humanos todos los días. Illidan era un miserable y estaba sonado, y ahora resulta que la gran revelación es que es el elegido por los naaru -la peor adición al «lore» del WoW- para acabar con la Legión Ardiente, y que nosotros tenemos que sentirnos muy mal por habernoslo cargado en Burning Crusade… ¡Cuando el que nos espoleó para matarlo fue otro naaru, el pesado de A’dal! ¡El tipo que nos daba épicos por matar a sus esbirros!
Y con la tontería ya tienen a los jugadores pegándose sobre si Sylvanas es una cagada o no.
Así que la historia de Legion, por el momento, es un pelín absurda. Para colmo de males la cosa empieza con la muerte de Varian Wrynn y de Vol’Jin, con lo que ambos personajes se quedan en absolutamente nada y sin realizar ni la mitad de su potencial; Vol’Jin ha durado como líder de la horda una sola expansión, y en ella no ha hecho absolutamente nada, mientras que Varian… Ay Varian, tu que volviste triunfalmente en un cómic que no leyó nadie -pero que era cojonudo, ¡como que estaba guionizado por Walter Simonson!- y que te has pasado desde Wrath of The Lich King pasando de ser un rey con ganas de bronca a buscar el talante y tal… Ahora palmas porque ya no saben que hacer contigo, demostrando que esta gente se va inventando la historia sobre la marcha y ya no sabe ni que hacer. Triste, pero cierto.
Mención aparte merece uno de los pocos personajes que todavía quedan de Warcraft III, Jaina Proudmoore. La dulce Jaina ha pasado de ser la niña amante de la paz y la justicia por la que suspiraban los villanos del WoW y hasta el mismísimo Thrall -no engañan a nadie- a ser una loca de los pelos que quiere aniquilar a toda la horda porque un orco con problemas de autoestima tiró una bomba atómica sobre su pueblo hace un par de expansiones. Los rumores apuntan a que ahora mismo Jaina no es Jaina, que es Varimathras -el señor del terror ese que servía a Sylvanas y del que se deshicieron de la forma más tonta en la Wrath of the Lich King-, con lo que igual hasta la alianza recupera un personaje de su lore sin perjudicarlo en exceso. Vete a saber.
Warcraft nunca destacó por tener grandes personajes -Rhonin- y los personajes que lo petaban eran copias claras de otras series -Elric, Canción de Hielo y Fuego-. Sus tramas son improvisadas sobre la marcha y giran siempre sobre los mismos tópicos, con lo que a la mínima ocasión uno siempre siente que ha habido una oportunidad perdida. Y lo dicho, Legion ha empezado tratando de provocarnos la lágrima fácil y, aunque parece que hay ideas sobre una amenaza mayor a la propia Legion Ardiente, no parece que esas ideas esten muy perfiladas, con lo que la cosa no parece ir por buen camino…