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Alien: El Octavo Pasajero – Treinta y Siete años de una película que revolucionó la historia del cine

Hay películas cuyo visionado vas posponiendo por diversos motivos, el más clásico es el pillarla siempre empezada en la tele y pensar que con los trozos sueltos que has visto a lo largo  de los años ya es suficiente. Pero tras haber visto el pasado fin de semana, por primera vez en mi vida del tirón, Alien el 8º Pasajero (lo sé, me merezco lo peor), me he dado cuenta de que no, que en absoluto es lo mismo. Así que tras haber podido disfrutar por primera vez en su totalidad de este clásico del cine de ciencia-ficción igual toca tratar de redimirme y compartir mis impresiones sobre esta película que tendría que haberme decidido a ver hace mucho tiempo.

En el espacio tampoco se puede escuchar a Diogenes gritar cuando se entera de que no he visto una de esas películas que el piensa que tendría que haber visto ya…

La USCSS Nostromo, una nave de transporte que remolca de regreso a la Tierra en un viaje de lo más rutinario una refinería de minerales cargada con toneladas de material, recibe una señal de emergencia desde un pequeño planetoide y esto activa los protocolos de emergencia de la nave y despierta a su tripulación de la hibernación. Pese a las reticencias de los tripulantes las normas de la compañía son claras, si no quieren perder su paga deben aterrizar en ese planetoide e investigar el origen de dicha señal, una misión aparentemente sencilla que se complicara más de la cuenta cuando en el lugar de emisión de la señal encuentren los restos de una nave espacial que esta menos deshabitada de lo que creían y su misión de investigación se convierta en una situación de vida o muerte.

Nadie sabia los horrores que albergaba esa nave

Como se suele decir, más vale tarde que nunca, lo sé, eso no me disculpa por haber pospuesto el visionado completo de esta película durante tantísimo tiempo, pero es que cuando uno se pasa los días encerrado en un oscuro y húmedo calabozo es fácil perder la noción del tiempo. Pero lo que sí que no puedo negar es que la espera ha valido muchísimo la pena. Y es que Alien se ha convertido con los años (y como he podido comprobar ahora de forma merecidísima) en todo un icono no solo dentro de su género, sino de toda la historia del cine.  Son incontables las película que han tratado de repetir (la mayoría de las veces con poco éxito) la fórmula utilizada aquí y que combinaba lo mejor de la ciencia-ficción y el horror, convirtiéndose en una película que más que revolucionar el género casi lo reinvento.

Demasiadas películas de «cosa horrible que pasa en el espacio» se han quedado en una mala copia de este clasico

Pero llegar hasta ahí no fue nada fácil. Partiendo de una idea original del guionista Dan O’Bannon, un fanático de la ciencia-ficción y el horror, quien tras su experiencia junto con John Carpenter en Dark Star quería hacer una película de horror en el espacio algo más seria. Pero el camino no fue nada fácil, su idea original paso por muchas colaboraciones y reescrituras y fue acumulando influencias de todo tipo, llegando el propio O’Bannon a decir en una ocasión que “No le robé las ideas a alguien, se las robe a todo el mundo”. Unas influencias entre las que se encontraba el perturbador trabajo del pintor y diseñador H. R. Giger, quien acabo trabajando en la película y sin cuya visión nos encontraríamos con que la historia del cine de ciencia-ficción sería muy diferente de la que es. Pero pese a contar con tanto trabajo detrás los años fueron pasando y parecía que el proyecto no llegaba a dar el paso definitivo, un paso que llego gracias al inesperado éxito de Star Wars, tras el cual la Fox quiso lanzarse de cabeza a estrenar otra cinta dentro del género y el único proyecto que tenían avanzado era ese guion de O’Bannon que había terminado titulándose sencillamente Alien.

Siempre se habla de Ridley Scott pero O’Bannon es el autentico padre de Alien

Y si fue complicado poner en marcha el proyecto no lo fue menos encontrar quien lo dirigiese. O’Bannon siempre asumió que sería el quien dirigiría la película, pero la Fox tenía otros planes y quería que el algo más experimentado Walter Hill fuese el director. Pero este ni se sentía del todo cómodo con el proyecto y tenía problemas de agenda que le impidieron trabajar en el proyecto, por lo que el estudio barajo varios directores que fueron descartados porque se temía que no se tomasen el proyecto con la suficiente seriedad sino con una simple película de serie-B. Finalmente fue el relativamente novato Ridley Scott, quien había impresionado a los productores con la película que había supuesto su debut, Los Duelistas, el escogido.

Pero tampoco podemos menospreciar el grandisimo trabajo de Scott en esta primera película de la saga

La visión de Scott fue fundamental para el proyecto, su entusiasmo con el proyecto llevo al estudio a doblar el presupuesto para la película, suya también fue la idea de poner mayor énfasis en los elementos de horror de la película que en los de ciencia-ficción y tuvo un papel destacado, junto con el resto del equipo, en convencer a la Fox de que aquel H. R. Giger cuyo trabajo tanto había perturbado a O’Bannon, era la única persona capaz de llevar a la gran pantalla la claustrofóbica atmosfera de horror que la historia pedía. Y el resto como se suele decir es historia.

Y con Giger tenemos al tercer padre espiritual de una película que se convirtió en historia y que reunió a muchísimos grandes talentos

Y  a los treinta y siete años transcurridos desde su estreno no puede decirse que la película haya envejecido mal ni muchísimo menos. A nivel estético la película sigue funcionando tan bien como el primer día (vale, los gráficos en las pantallas de los ordenadores sí que han envejecido un poco mal), algo a lo que ayuda muchísimo el uso exclusivo de efectos prácticos y decorados reales o que la criatura aparezca solo en contadísimas ocasiones, algo que aparte de conseguir que no se notase demasiado que era un actor con un traje de goma, ayuda  a aumentar sensación de tensión en el espectador, algo de lo que muchos cineastas modernos podrían aprender.  Como también podrían aprender de que aquí ni sabemos de dónde viene el Alien, ni su origen o motivaciones y esto no afecta lo mas mínimo a la calidad de la película, una lección de la que el propio Scott podría haber tomado buena y no dedicarse décadas después a explicar todo lo que sucedía en la saga.

A los efectos digitales aun les falta un poco para poder superar del todo lo bien que queda una buena maqueta en pantalla

Pero el otro gran logro de la película fue esa protagonista que parecía que no sería más que un personaje secundario y que acabo convirtiendo tanto al personaje como a su actriz en otro icono popular a la altura del propio Alien, la Teniente Ellen Ripley/Sigourney Weaver. Estoy convencido de que la mayoría de quienes vieron esta película en el momento de su estreno estaban convencidos de que el héroe de la misma seria el Capitán Dallas/Tom Skerrit y se quedaron bastante sorprendidos de que el protagonismo recayó en aquella larguirucha suboficial a la que interpretaba una novatisima y desconocida actriz. Y es que la idea de que una mujer fuese la protagonista de una película como esta fue bastante revolucionaria en su momento, y más una que no respondía a los cánones de belleza standard.

Desde luego en su momento no parecía la clase de protagonista que uno se podía esperar encontrar en esta clase de película

Pero la apuesta de los productores funciono a la perfección y Ripley no solo se convirtió en uno de los personajes más importantes dentro de la historia del género de la ciencia-ficción sino que sirvió para cambiar la forma en la que se veía a los personajes femeninos dentro del mismo. Ripley no era una damisela en apuros a la que rescatar, ni el interés romántico del héroe o un pegote en la historia para “hacer bonito” Era una heroína por derecho propio pero que sin embargo parecía “real”. Ripley no era una perfecta e imparable máquina de matar Aliens, era una persona normal y corriente que estaba aterrorizada por su situación pero que se sobreponía a su miedo y sobrevivía a todo gracias a su ingenio y a unas agallas más grandes que la Nostromo.   Un personaje que además revoluciono el género de tal forma que abrió el camino a numerosísimas heroínas que sin Ellen Ripley dudo mucho que hubiesen existido.

Lo mejor de Ripley es que no era alguien sin miedo, sino alguien que hacia lo necesario pese a dicho miedo

Y aunque la película fue un modesto éxito de taquilla y las críticas en un principio estuvieron algo divididas, el paso del tiempo ha confirmado a Alien como un clásico indiscutible del cine.  Son incontables los intentos que se han realizado en estas pasadas casi cuatro décadas de repetir aquella formula y han fracasado, pero también son incontables los que inspirados por esta nos han dado grandísimas obras en todos los medios. Pero ahora y una vez saldada la deuda que tenía con esta película lo que me tocaría hacer es realizar una lista de películas que tendría que haber visto ya pero cuyo visionado he pospuesto más de la cuenta…

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