Se montó una polémica fina fina con esto de los (las) Cazafantasmas, entre la tropa que consideraba la película como el puto apocalipsis y la que creía que era una conquista social irrenunciable. Luego estaba el resto del universo, ese que -muy inteligentemente- sigue con su propia vida sin preocuparse de tanta tontería. Y luego estoy yo, que en los últimos años he desarrollado una particular empatía hacia Sony Pictures que no creía posible, pero es que entre el Sonyleaks y que Amy Pascal demostró en su día que ella tampoco soporta a Adam Sandler, como para no cogerles cariño…
Para entender la nueva Cazafantasmas, creo que hay que entender a Sony. Empatizar con ella, comprender que no estamos hablando de los señores japoneses que inventaron el Walkman o trataron de llevar al huerto a Nintendo con la Playstation, estamos hablando de Columbia Pictures, de una de las grandes de Hollywood, del estudio que en su día compró Coca Cola y que acabó en manos de Sony por estos azares de la economía… Y la misma que hace un par de años fue hackeada por un grupo de fans de Corea del Norte por aquello de que Seth Rogen y James Franco habían hecho una película sobre Kim Jong Un en la que se descojonan del Amado Líder; la filtración llenaría unos cuantos titulares y forzaría la dimisión de la presidenta de Sony Studios, Amy Pascal, pero a la mayor parte de la gente le provocó indiferencia porque poco o nada sabe el público en general sobre Sony como productora cinematográfica. Y es que no estamos hablando de una major con una «imagen de marca»fuerte entre el público en general con franquicias importantes al nivel de Star Wars o Jurassic Park; esto ha preocupado a Sony desde que adquirió Columbia a finales de los 80, por lo que desde entonces ha estado intentando con mayor o menor éxito el construir sus propios taquillazos veraniegos. Así, a finales de los 90 intentaron crear su propia serie de blockbusters a golpe de talonario, fichando a un Roland Emmerich que acababa de petarlo con Independence Day para hacer exportar el fenómeno Godzilla a EEUU. El fracaso fue sonado que y poco os voy a decir del tema, más allá de que a lo largo de los cinco siguientes años Sony se metió en todos los juicios posibles para conseguir los derechos de Spiderman y James Bond, que llevaban años enmarañados en los tribunales sin que nadie supiera a ciencia cierta a quién pertenecían. Sony acabó consiguiendo los derechos de Spiderman pero no los de James Bond, que tuvo que acabar cediendo a la MGM a cambio de algunos acuerdos de distribución (cosa que a largo plazo no le ha ido nada mal). Y sobre Spiderman poco tengo que contarte, tras tres películas de éxito y un reboot mal llevado, Sony ha acabado tirando la toalla y teniendo que cederle la producción a Marvel, con lo que sus propios estudios se quedan sin franquicia estrella, sin su propia criatura. Así que toca sacarse algo de la manga…
Lamentablemente, Sony ya ha explotado casi todo lo «blockbusterable» de su catálogo cinematográfico, y franquicias «pasadas» como Men in Black, Underworld o Resident Evil ya muestran claros síntomas de agotamiento. En su día intentaron recuperar Robocop y Totall Recall (Desafío Total en la atroz traducción española), pero los resultados fueron nefastos y dejaban claro que esos remakes eran muy innecesarios. Mientras tanto, las únicas películas de Sony que conseguían el éxito constantemente a pesar de que nadie fuera capaz de alcanzar a comprender la razón del mismo, eran unas comedias de Adam Sandler que no solo giraban alrededor del divo si no que cada vez tenían peores críticas y le daban peor imagen al estudio. Otras comedias como 21 Jump Street o Mall Cop también tenían éxito y garantizaban secuelas, pero la imagen de Sony demandaba un gran blockbuster, volver a la primera división del cine con un taquillazo de esos que hace que los frikis hagan colas para verlo; la solución podía pasar por mezclar el género de acción con el que más éxito comercial les estaba dando: la comedia.
Y es que en el verano de 2014 la gente se Sony se encontró con que Marvel sacaba una mezcla de Space Opera y comedia llamada Guardians of the Galaxy que rompía las taquillas de medio mundo, así que la idea original de Sony parecía salir refrendada. Así que para 2015 salía de sus estudios Pixels, una comedia de Adam Sandler con exceso de efectos especiales que supuestamente tenía que ser del gusto del público… Pero una porra: Pixels se metió tal hostia el verano pasado que todavía a estas alturas estamos temblando por el golpe, con lo que lo lógico habría sido esperar que Sony parara toda la maquinaria que tenía en marcha para sacar adelante otra película de un puñado de tarados en uniforme que trata de salvar el mundo en clave de comedia. Una comedia que no iba a tener a Adam Sandler, pero que en este caso iba a ser el enésimo remake de un blockbuster del catálogo de Sony ahora que parecía que no había posibilidad de una secuela, la película de la que Pixels en realidad era un remake encubierto: Cazafantasmas.
Lamentablemente para Sony y al igual que le había pasado con las películas de Adam Sandler, Ghostbusters era una película cuyo éxito dependía directamente de sus guionistas y actores protagonistas. Y no es que Bill Murray, Aykroyd, Ramis o Hudson fueran estrellas que garantizaran el éxito, simplemente lo habían conseguido en su día a pesar de que nadie pudiera decir a ciencia cierta que una secuela en los mismos términos sería un taquillazo. Pero tras el exitazo de la primera parte y una segunda parte que -a pesar de sus detractores- no le fue mal en taquilla, el camino hacia una tercera película de la serie había durado ya casi 25 años de oir a Bill Murray decir que pasaba de hacerla. Varios guiones y proyectos frustrados despues, para cuando en 2009 el reparto original volvió a reunirse para darle voz a un videojuego sobre la película, por fín parecía que estábamos en camino de una nueva entrega de la serie…
Desconozco los obstáculos que provocaron que Ghostbusters III no apareciera antes de 2014, el año de la muerte de Ramis. Sé que tanto Aykroid como Ramis -como seguramente Hudson, Weaver y hasta el retirado Rick Moranis- estaban dispuestos y contaban con el beneplácito de Murray, con lo que supongo que la vida es lo que te pasa mientras vas haciendo otros planes. La muerte de Ramis supuso un mazazo tan grande para el proyecto que se descartó por completo el hacer la película, con lo que Sony empezó a trabajar con guiones en los que se renunciaba a contar con los personajes originales. Así que así estábamos a mediados de 2014, con un estudio desesperado por tener su propio taquillazo y con vía libre para hacer lo que le diera la gana con una película -y un género- que no entendían, pero que tenían que sacar adelante como fuera posible.
Tras manejarse entre varios posibles guiones, los productores Ivan Reitman -el director de las originales- y la propia Amy Pascal -que tras el hackeo dejó su cargo al frente de Sony para ser una «productora independiente- aceptaron el proyecto de Paul Feig, que ponía como protagonistas a cuatro mujeres. La idea fundamental era que, dado que la comparación con los actores originales iba a darse y tenían las de perder, si iban a hacer un remake de la primera película tenían que mostrar a unos personajes radicalmente distintos, con lo que se decidió poner como protagonistas a cuatro mujeres. El anuncio del reparto provocó todo tipo de reacciones airadas entre unos fans que iban desde lo troglodita hasta lo razonablemente cabreados por el hecho de que durante años les habían prometido algo que no iba a llegar ya nunca (así es la vida, vaya). En un principio Sony titubeó y hasta se habló de una película paralela con un reparto masculino y con Chris Pratt al frente, pero entonces pasó algo curioso… El proyecto de Feig se hizo viral.
Y es que a toda acción hay una contrarreacción, y en el caso de esta Ghostbusters se creó tal tormenta de mierda entre imbéciles que alababan o criticaban la película sin haberla visto, que Sony decidió abrazar al bando entusiasta y cargar contra los detractores, aquellos que eran fans de la película y despreciaban la nueva sin haberla visto. Si uno ve la película -y sí, aquí van spoilers- se da cuenta de que su guión establece un villano claro, un tal «Rowan», que no deja de ser un friki que vive en un sótano y que quiere vengarse de la sociedad. A su vez, las cazafantasmas tienen como secretario a un tipo un tanto idiota interpretado por Chris Hemsworth que, para el clímax final del film, es poseido por el villano y ejerce como tal durante casi todo el tramo final de la película. La cuestión es que Rowan adquiere sus poderes al construir una máquina que lo convierte en un megafantasma, máquina que supuestamente ha construido porque ha leído el libro que escribieron dos de las cazafantasmas protagonistas. Creo que no hace falta ser un genio para darse cuenta de que originalmente Rowan era el mismo personaje que el secretario interpretado por Hemsworth, y que el machito en cuestión robaba la tecnología para convertirse en el megafantasma de marras.
Porque si durante la película se meten dos o tres veces con los comentaristas de YouTube, la propia película tambien carga contra los «moradores del sótano», con lo que Sony viene a hacerle un corte de mangas a todos los críticos de la película; conscientes de que no eran capaces de cumplir las expectativas de los fans, la productora decidió cortar por lo sano y buscar su propio público, cosa que les ha dado montones de publicidad (de la buena y de la mala, pero lo que cuenta es que hablen de tí) y posibilitando que la película sea un éxito en taquilla. En el momento en el que estoy escribiendo esto están a punto de recuperar lo invertido y sólo se ha estrenado en el mercado anglosajón, con lo que parece que la jugada les ha salido bien, aunque no sé si hasta el punto de justificar una hipotética segunda, tercera o cuarta parte. Si algo deja claro la productora a lo largo de todo el metraje es que «esto es cazafantasmas», repitiendo machaconamente el tema original de Ray Parker (hasta cuatro versiones tiene la banda sonora, y todas se oyen a lo largo del film) y dando a entender que los guionistas creen que por introducir en el guión estrofas de la susodicha canción ya estan cumpliendo con los fans que hayan ido a verla. Y va a ser que no.
Este remake es soso y prescindible al nivel del que en su día se hizo de Desafío Total, y nunca llega a la inteligencia del de Robocop. El montaje es apresurado y a veces hasta parece realizado por un aficionado, con una presentación completamente deficiente que trata de rehacer la de la película original del 84, pero que ni siquiera se molesta en quitar la pista vocal de Ray Parker cuando la música está bajando para pasar a la escena siguiente. Si a eso le sumamos el que el desarrollo es atropellado y que al pobre Chris Hemsworth le han quitado un número de baile completo para colocarlo en los créditos (un número de baile con coreografía de multitud de bailarines, vaya) tenemos que probablemente el guión de esta película ha pasado por demasiadas manos en muy poco tiempo, con lo que los chistes tendrían gracia y la historia tendría bastante más sentido si la hubieran desarrollado un poquito más. Porque sí, esta podía haber sido una muy buena película; las actrices funcionan y el director ha demostrado su competencia en más de una ocasión, pero el nerviosismo de Sony y la poca seriedad -alguno lo llamaría hasta hooliganismo- que se ha visto a lo largo de la producción hace que a esta Cazafantasmas se quede al nivel de Pixels, una comedia del montón en la que ni siquiera hay un chiste bueno que la justifique.
Lo más triste es que a ratos parece que estamos viendo una película basada en este videoclip.
Pero vaya, que yo quiero una secuela que salve esto o lo condene a los infiernos, creo que esta historia y estos personajes podrían salvarse con un poco de cabeza fría y dejándose de tonterías. Cazafantasmas -la original- tenía mucho potencial en su día, y aunque las protagonistas de la nueva son excesivamente habilidosas y no los cuatro patanes que salvaron Nueva York siendo un peligro público hasta para ellos mismos, creo que la franquicia por fín podría pasar de contar la misma historia de megafantasma que suelta fantasmas a contar otro tipo de aventura. Aunque la escena postcreditos no hace presagiar eso en absoluto, porque por lo visto la idea para la segunda parte es volver a sacar a Gozer el Gozeriano…