Estos días estoy escuchando mucho que la última temporada de Juego de Tronos es maravillosa, que ha conseguido devolverle toda la acción a la serie, toda la emoción, que tal o cual batalla es una pasada, que tal o cual personaje se ha sobrado, que han mejorado los libros… Y sí, puede que la Batalla de los Bastardos estuviera bien realizada, pero la temporada ha sido un absoluto desastre. Spoilers de aquí en adelante…
Porque claro, seguramente me digas que no te gusta la trama de Dorne y que por eso celebraste que se la quitaran de encima en el primer capítulo de la temporada de la forma más cutre y directa. Pero el que las Serpientes de Arena asesinen a los ultimos Martell es algo chapucero, simplón y que deja en muy mal lugar a Doran, que en los libros no dejaba de ser un manipulador que estaba cocinando su venganza a fuego lento. Pero claro, la serie no se había molestado en trabajar a fondo Dorne para hacerla atractiva al espectador -lo dicho, muchos se quejaron de ella al leer la novela- así que la serie la simplificó al máximo eliminando personajes como Arianne Martell, diluyéndola tanto que el público odió aún más la trama y por eso celebró ese desenlace. Algo parecido ha pasado con la historia de las Islas de Hierro, otro caso claro de la serie dando por hecho que al público sólo le interesan los personajes presentados en la primera temporada, con lo que la historia se viene a reducir a Theon llegando a su pueblo, su tio matando a su padre y quedándose con el trono y Theon largándose con su hermana para tratar de sobrevivir y reconquistar el reino más tarde (comenzando con ellos el proceso de «teleportaciones» de personajes a lo largo de toda la temporada).
Y llegamos a la parte «inventada», a las tramas que supuestamente George RR Martin les dió a Weiss y Benioff para que llevaran a cabo los siguientes episodios y que él todavía no había escrito en los libros. Estas tramas han sido, en definitiva, un espanto. La rebelión de los Hijos de la Arpía se arregla con tres dragones, el problema de los Gorriones con un buen montón de fuego valyrio (que sí, que tiene sentido porque tanto las novelas como la serie se pasaron muchísimo tiempo contándonos como Aerys acumuló un montón de barriles de napalm debajo de la ciudad, pero otra vez volvemos a resolverlo todo de manera demasiado abrupta) y mejor no hablar de lo de Invernalia… Directamente hacemos que se peguen y que el ejército de Meñique les salve en el último momento. Y ya.
Vale que os ha gustado mucho la última temporada, ¿pero realmente os parece que esto es Juego de Tronos? Ya no hablo de los cambios entre las novelas y la serie, hablo de la coherencia de la serie consigo misma; estamos hablando de una serie que te daba siempre una de cal y otra de arena, cuando en un los últimos episodios no han hecho otra cosa que liquidar a todos los malos que tanto hemos odiado a lo largo de toda la serie, hasta se las han arreglado para meter una escena en la que Walder Frey es ejecutado por Arya Stark tras hacerle comer los restos de sus propios hijos (con otra de las elipsis malparidas de la temporada, con una Arya que en un episodio está en un continente y en el siguiente en otro). Que vale que es curioso ver como cada uno de los asesinos de la Boda Roja es ejecutado de la misma forma en la que ellos asesinaron a sus víctimas, pero es que esto no parece Juego de Tronos, esto parece un fanfic de esos que escribe la gente para que todo sea maravilloso. Absolutamente todas las teorías de los fans son confirmadas (Benjen Stark es Coolhands, Jon es hijo de Lyanna Stark y Rhaegar), Daenerys por fín cruza el mar para empezar su conquista de los Siete Reinos y hasta Jon Snow es coronado Rey del Norte. Es como si Weiss y Benioff estuvieran tan desesperados por no decepcionar a los fans al salirse de los libros que hubieran decidido darle a los fans todo lo que pedían en estos diez episodios.
Pero tengo otra teoría. Resulta que hace poco el bueno de George tuvo una charla con Stephen King durante la que discutieron cosas sobre su trabajo delante de un montón de gente. Llegados a un punto de la conversación, Martin le pregunta a King como es capaz de escribir tantos libros. No me importa tanto cómo lo hace King si no las razones que da Martin para no ser capaz de escribir; tiene días enteros en los que no es capaz de trabajar, se traba y hasta duda de su propio talento. Martin es perfeccionista hasta el extremo, y por eso sus primeras novelas de la serie están tan bien construidas. Me da la sensación de que tiene una idea general hacia dónde van todas las tramas, pero cuando llega el momento de la ejecución al hombre siempre le asaltan dudas, con lo que hace lo que tenía pensado hacer… Pero con matices. Martin nunca es obvio, Martin nunca actua de la forma más directa. Todo el mundo pensaba que Rob bajaría al sur y acabaría con los Lannister, todos pensaban que Daenerys cruzaría el mar y se enfrentaría a los Caminantes Blancos, pero Martin siempre le da un giro distinto a todo, y precisamente es exactamente eso lo que tan bien le funciona: no darte exactamente lo que buscas, dejar siempre un regusto amargo o directamente no dártelo. Él mismo define el final de la serie como uno satisfactorio, pero que nos va a dejar un regusto amargo…
La charla es muy recomendable, siempre que tengáis el tiempo y las ganas de verla.
El problema es que Weiss y Benioff han recibido las tramas «en bruto», y ellos se han dedicado a plasmarlas en la serie sin la menor sutileza. Esta ha sido una temporada completamente demoledora, eliminando casi todas las subtramas -ya simplificadas de por sí- y dejando para la siguiente temporada un enfrentamiento directo de Daenerys con Cersei (y Varys seguirá teleportándose), a lo cual se sumarán en breve Jon y los Caminantes Blancos por eso de que el invierno ya ha llegado. A medida que la serie se esta metiendo en territorio completamente nuevo empezamos a darnos cuenta de hasta que punto llega el talento y el buen hacer de Martin, y probablemente la razón de que Canción de Hielo y Fuego se haya acabado alargando tanto… Y es que en las novelas se esfuerzan en contarte por qué se va de un punto «a» a un punto «b», pero en la televisión no quieren permitirse esos lujos y eso acaba haciendo sufrir al relato. Pero oye, si te ha gustado ole tus huevos…