Gotham ha sido siempre considerada la Smallville de Batman, una serie «rara» por estar desvinculada del Arrowverso que comparten Arrow, Flash y probablemente Supergirl. Siendo como era una serie en la que Batman es un pre adolescente, los guionistas se han visto en la necesidad de centrar la trama en Gordon y los futuros enemigos y compañeros de Batman, pero en algún momento entre la primera y la segunda temporada el equipo liderado por Bruno Heller (el de El Mentalista) decidió que la historia de Batman le importaba un bledo y que iba a hacer lo que le daba la gana con la historia del Caballero Oscuro. Y así se lió de mala manera…
Gotham ahora mismo no es una buena serie precisamente porque no sabe que quiere hacer con sus personajes. Gordon ya no es el único policía decente en una ciudad corrupta, porque mata a sangre fría y se salta las reglas según lo ve necesario. Algo parecido le pasa a Alfred, que con tal de proteger a Bruce y enseñarle a defenderse es capaz de pegarle a un niño y hacer que su protegido haga lo mismo. Personajes como Silver St Cloud aparecen en la serie como «niñas fatales» que tratan de seducir al pequeño Bruce para que sea sacrificado por la Orden de San Dumas, la cual en esta serie sólo tiene como objetivo el vengarse de la familia Wayne porque hace cosa de doscientos años les hicieron un Romeo y Julieta. Por el camino hemos visto un proto Joker asomar e inspirar a montones de imitadores, y el Pingüino -que supuestamente es el gran personaje de la serie- ha estado arrastrándose de forma lamentable toda la temporada mientras la Orden de San Dumas se adueñaba del crimen organizado de Gotham.
Sí, queda claro que en estos momentos Gotham ya no es una precuela, es una bestia en si misma. El problema es que se han desmelenado tanto que uno ya no sabe ni si le gusta lo que está viendo, es como si el equipo creativo de Gotham tuviera una especie de complejo de inferioridad respecto a lo que se va cocinando en el Arrowverso y tuviera que demostrar que ellos están más locos que los de Legends of Tomorrow o Supergirl, que si los demás tienen universos paralelos ellos tienen al Joker, a Mr Freeze y a Hugo Strange. En Gotham parece que Bruce Wayne les sobra y lo que les hace falta es un Batman, con lo que todas las tramas en las que los protagonistas son «los niños» -Selina Kyle, el propio Bruce Wayne y Alfred- son secundarias y perfectamente prescindibles, mientras que lo importante es el descenso a la locura del mismísimo Jim Gordon.
Entendedme, el problema de Gotham no está en que se separe del canon de Batman. Eso sería estupendo, y creo que hasta cierto punto necesario, porque si algo nos enseñó Smallville es que no se puede hacer una serie de este estilo y pasarse siete temporadas con Clark Kent ayudando al personal en secreto y enfrentándose a frikis de kryptonita que no van a ninguna parte (excepto Amy Adams, que luego acabó teniendo una carrera de éxito y haciendo de Lois Lane en el engendro ese de Man of Steel). El problema de Gotham es que no se atreve a ser ella misma por completo, y sigue trabajando con la idea de que Jim Gordon es un tipo decente pese a que le hemos visto hacer cosas muy indecentes sin el menor remordimiento. Hemos visto a niños asesinar a adultos sin que eso cause el más mínimo trauma en ellos, y al final de cada episodio nos damos cuenta de que el mayor valor de Gotham es lo loca que puede ser, pero esa impredecibilidad es a la vez su mayor defecto, porque los guionistas están desbocados y ya no saben ni que hacer con tal de sorprendernos.
Así que supongo que la mayor parte de los que seguimos viendo Gotham lo hacemos porque no nos la tomamos en serio, porque la suspensión de la incredulidad es algo que nos dejamos en la puerta ya en la primera temporada. Ya nos da absolutamente igual que los personajes estén todo el rato haciendo guiños sobre lo que van a ser en un futuro, o que la forma en la que Edward Nygma se convierte en el Acertijo sea a través de un asesinato pasional totalmente chapucero y digno de comedia de Almodóvar. Gotham es la locura y el desenfreno, Gotham es el origen de Batman contado por un loco. De hecho, toda esta serie sería estupenda y tendría todo el sentido del mundo si le añadieran un microepisodio cero en el que un periodista visita una celda de Arkham Asylum en la que un anciano payaso con la voz de Mark Hamill empieza a contar como empezó todo…