Decir que esperaba con ansiedad la publicación de la nueva serie de Powerman & Iron Fist seria quedarme muy corto. Pero finalmente la semana pasada llego el momento y por fin pude leer esta nueva etapa a cargo de David F. Walker y Sandford Greene de una de las parejas superheroicas por excelencia y uno de mis comics favoritos de mi infancia. Pero aunque el comienzo no ha sido malo ni muchísimo menos, y quizás debido a mis altas expectativas, hay un punto o dos que no me han acabado de convencer en lo que por otra parte tiene muchísimo potencial para ser un gran comic.
Ya que la portada principal ya la había usado nada mejor que rescatar esta portada alternativa de Trevor Von Eeden homenajeando la etapa mas clásica de los personajes
Han pasado muchos años desde que un inocente prófugo por la justicia que alquilaba sus servicios superheroicos al mejor postor y el arma viviente de K’un-Lun recién retornado a su hogar cruzaron sus caminos por primera vez, pero las cosas han cambiado mucho Para Luke Cage y Puño de Hierro desde entonces. Aquellos dos desconocidos que no tenían nada en común se convirtieron en hermanos, en Héroes de Alquiler e incluso en Vengadores. Ahora, en un periodo de relativa calma en sus vidas, Luke quiere centrarse solamente en ser padre y esposo mientras trata de ignorar los intentos de Danny de volver al negocio. Pero el destino parece tener planes para ellos y un favor a una vieja amiga y el inesperado regreso de un antiguo villano acabara provocando que los Héroes de Alquiler vuelvan a estar en activo.
No puedo decir que el comic no me haya gustado, me ha gustado bastante, pero no ha sido todo lo redondo que podría haber sido. Se agradece muchísimo que Marvel haya escogido a alguien como David F. Walker, quien ha reconocido en más de una ocasión ser fan de toda la vida de la serie original, algo que se nota en su trabajo. Pero como ha pasado más de una vez en casos similares, recordemos si no el caso de Kurt Busiek en Iron Man (fan de toda la vida del personaje), esto tampoco garantiza el resultado final. Y es que aunque se agradece como Walker no solo ha rescatado elementos del pasado más lejano de la pareja, sino que incluso ha tenido en cuenta los cambios sufridos tanto por los protagonistas como por los secundarios en todos los años que han pasado desde entonces. El problema es que hay algunos momentos en los que la caracterización de los dos protagonistas es un tanto extraña.
Era mucho pedir que todo fuese perfecto
Hay muchos momentos en los que Walker clava la caracterización de Luke Cage como alguien cansado de la vida superheroica tras sus ajetreadísimos años como Vengador y que solo quiere ser padre y marido, una evolución más que lógica en el personaje y que sigue los pasos de lo establecido por Brian Bendis y Al Ewing. Pero mi problema con el comic comienza cuando Cage decide hacer un favor a una vieja amiga que requiere visitar a un antiguo villano. El ver a Cage mostrarse tan respetuoso con un mafioso de tercera como Lapida como si fuese un invitado en casa de Vito Corleone a punto de pedirle un favor me ha sacado mucho de la historia. Que una cosa es querer mantener un perfil bajo y otra agachar la cabeza de esa manera. Que este no parece el mismo Cage que mantuvo vivo el espíritu de los auténticos Vengadores tras Civil War o el que apalizó a Norman Osborn tras amenazar este a su mujer y su hija.
El Cage de Bendis hubiese tirado a Lapida por la ventana…
Y Puño de Hierro tampoco se libra de estar a ratos caracterizado un poco raro. Es cierto que quedan muy lejos aquellos primeros años en los que el personaje era alguien serio y taciturno y que actuaba como si cargase el solo con el mundo. Con los años se relajo y fue convirtiéndose en un personaje más cercano y simpático. Y aunque le agradezco muchísimo a David Walker que haya abandonado la caracterización que le dio Kaare Andrews al personaje, y este comience a parecerse de nuevo a sí mismo, en este primer número hay momentos puntuales en los que el personaje me recuerda más al Puño de Hierro “surfista-zen” de la serie animada de Ultimate Spiderman que al del comic, y eso no es bueno.
Hay veces que parece que solo le falta el colgante para ser como el de Ultimate Spiderman
De quien tengo pocas quejas es de Sandford Greene. Su muy personal estilo, que roza lo caricaturesco, aunque esta muy alejado de la imagen más tradicional que muchos tenemos asociada a los personajes, la de dibujantes como John Byrne o David Aja, resulta una novedad agradable, aunque a veces esa personalidad dibujando se le vaya un poco de las manos y alguna cara que otra le quede un poco extraña.
No sera perfecto pero tiene muchos puntos fuertes
Lo que no soporto es que, ya sea por decisión propia o por imposición de “los de arriba” Greene haya mantenido el rediseño del traje que perpetró Kaare Andrews y que está inspirado en el chándal que Bruce Lee llevaba en la película “Game of Death” aunque con un color un tanto extraño que no soy capaz de definir, una idea que Matt Fraction propuso en su día y que David Aja rechazo porque, según sus propias palabras:
Cuantisima razón tenia David Aja
Así que teniendo para escoger el regreso al clásico diseño de Gil Kane, el rediseño de David Aja, la modificación de este por parte de Inmonen o el diseñar algo nuevo, han optado por quedarse con uno de los peores rediseños que el personaje ha tenido nunca, algo que no solo me repele, sino que me aterra que sea porque es el que se estén planteando utilizar en la serie de Netflix.
Y para mi hasta hace poco el de Ferry era el peor de los rediseños…
Si, lo sé, es demasiado pronto para juzgar el comic habiéndose publicado un solo número, aunque de todas formas los problemas que le he encontrado no han sido muchos y son cosas fáciles de resolver en próximos números. Por ello habrá que seguir de cerca esta serie y cruzar los dedos para que el regreso de este mítico dúo este a la altura de las expectativas. Aunque eso sí, no dejo de lamentar muchísimo que no acabase cumpliéndose aquel rumor de que Bendis sería el responsable de escribir la nueva serie de los Héroes de Alquiler, no solo porque él es el responsable último de la actual popularidad de Luke Cage que le ha valido a él y a Puño de Hierro dar el salto a la televisión, sino porque su talento estaría mejor empleado aquí que en el lado cósmico de la editorial.