Decíamos ayer que ha sido mucho lo que nos ha ofrecido la televisión este año, Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón e incluso España, nos han dado este 2015 un montón de grandes productos con los que disfrutar y otros que no tanto, pero en general el balance ha sido bastante positivo, o eso o he tenido bastante suerte/ojo seleccionando que ver. Ayer ya vimos como el comic se abre camino cada vez con más fuerza en televisión, llegando a un punto en el que parece que cada cadena tiene su propio proyecto en marcha basado en algún titulo de éxito. Pero hoy toca hablar del resto de géneros, donde destaca el buen momento que vive también el de la ciencia-ficción/fantasía, que este año también nos ha dado unos cuantos títulos muy interesantes.
Como iba diciendo, la ciencia-ficción ha sido la otra gran triunfadora de este año. Tras mucho tiempo de sequia en los que casi nos teníamos que conformar con cualquier migaja que las televisiones nos echaran. Algo de este conformismo hacía falta para disfrutar de Minority Report, una secuela de la película del mismo nombre que tenía buenas ideas e intenciones detrás pero cuya irregular calidad la hizo durar solo media temporada. Con algo más de calidad, pero también con algo de irregularidad nos llego Wayward Pines, algo que parecía un simple drama policiaco y que acabo convirtiéndose en algo más, pero que por desgracia se desinflo hacia el final casi al mismo ritmo que su audiencia.
Algo más de suerte y calidad ha tenido Dark Matter, una serie que tuvo un camino muy complicado para llegar a la televisión pero que consiguió sorprendernos muy agradablemente y se gano con creces esa segunda temporada que se está rodando ahora mismo. Sorprendente fue también el estreno de Humans, una adaptación de la serie Sueca “Real Humans/Äkta människor”, una serie que jugando con una idea muy vieja dentro de la ciencia-ficción, la “humanidad” de las formas de vida artificiales, nos presento un interesantísimo drama que pese a no ser nada nuevo, consiguió mantener el interés hasta el final y ganarse una segunda temporada de la que espero mantenga o incluso supere a la primera.
Y tratándose de ciencia-ficción nada funciona mejor que ir al medio en el que nació el género para encontrar ideas que adaptar. De la mente de Philip K. Dick y de Amazon nos llegó la adaptación de “The Man in the High Castle/El Hombre en el Castillo” ese drama “ucrónico” que nos muestra como seria el mundo si el Eje hubiese ganado la Segunda Guerra Mundial, y en la que Japoneses y Nazis se han dividido el mundo. Quizás peca de ser algo lenta en su desarrollo, pero lo compensa con una historia que engancha y que nos va desvelando poco a poco (demasiado poco a poco) todos los misterios de ese mundo horrible. También del mundo literario surgió “Childhood’s End/El Fin de la Infancia”, una interesantísima miniserie de tres episodios basada en la novela del mismo nombre escrita por Arthur C. Clarke y en la que asistimos a la llegada de unos aparentemente benevolentes aliens y a la redención de Mike Vogel (Barbie en Under The Dome) como actor del genero (y de la que aun no he tenido tiempo de hablar).
Basada también en una obra literaria, aunque de autores menos conocidos, nos ha llegado The Expanse, una Space-Opera basada en la serie de novelas del mismo nombre escritas por James S. A. Corey (seudónimo de Daniel Abraham y Ty Franck). La llegada de esta serie era una de las que con más ansia esperaba, ya que dentro del género la Space-Opera suele ser la que más se suele dejar de lado por cuestiones de presupuesto, pero la espera ha valido mucho la pena. Y quizás este pecando de optimista con ella, pero lo visto hasta el momento me ha hecho sentir que esta serie tiene potencial para convertirse en una nueva Babylon-5 o Battlestar: Galáctica.
Se podría decir que Into the Badlands también esta vagamente inspirada en una obra literaria, la famosa obra literaria china “Viaje al Oeste” que entre otras cosas sirvió de inspiración para Dragon Ball. Con un futuro distópico a medio camino entre Mad Max y el Puño de la Estrella del Norte y bebiendo muchísimo del cine chino de artes marciales, esta sorprendente serie se ha convertido para mí en una de las sorpresas más agradables del año. Y aunque aun esta en el aire su renovación, confiemos en tener la suerte de poder disfrutar de una segunda temporada que nos permita seguir explorando ese misterioso futuro post-apocalíptico. Y sorprendente ha sido también otra adaptación de una obra surgida de oriente, el anime de One-Punch Man. Yo en los últimos años había tenido una relación de amor/odio con el anime al ser incapaz de encontrar nuevas series que me gustasen, pero esta comedia de acción que se burla de los tópicos del shōnen ha conseguido en muy pocos episodios que regrese al redil del anime.
Del comic y la ciencia-ficción saltamos ahora a la fantasía y el horror, otro género que también ha estado en racha este año. Primero pudimos disfrutar de la adaptación de la novela “Jonathan Strange & Mr Norrell”, en la que dos magos que fueron amigos y enemigos trataron de devolver el prestigio a la magia inglesa sin pararse a pensar en las consecuencias que tendrían sus acciones. Sin salir de Inglaterra hemos tenido también la curiosa y muy divertida adaptación de otro famoso libro, Jekyll & Hyde, en la que el nieto del famoso Doctor descubría no solo su peculiar herencia familiar, sino que el mundo era mucho más complicado y horrible de lo que creía. Pero si de horror y fantasía hablamos el estreno del año ha sido la divertidísima Ash vs Evil Dead, en la que Bruce Campbell ha vuelto a enfundarse su vieja sierra mecánica y ha empuñado su fiel escopeta para librar al mundo de la amenaza del Necronomicon y que ha demostrado que es como los vinos, que mejora con los años.
Pero quizás la mayor sorpresa del género nos la ha dado, de una forma muy inesperada, una producción española de RTVE, El Ministerio del Tiempo. Yo era muy pesimista cuando se anuncio esta serie, estaba convencido de que no sería más que una mala copia de Doctor Who que daría mucha vergüenza ajena y que me convencería de una vez por todas de que aquí solo se saben hacer bien comedias y dramas. Pero estaba muy equivocado. Las aventuras de este peculiar grupo de funcionarios que se dedican a salvaguardar la historia de España acabo siendo una de las mayores sorpresas que me ha dado la televisión en España en mucho tiempo. Y es que no es solo que se hayan atrevido con un género que en este país apenas se ha tocado, es que lo han hecho muy bien. La combinación de aventura, humor, drama y cultura (¿Cuánta gente ha descubierto gracias a esta serie a multitud de personajes históricos cuya existencia desconocían?) ha funcionado de miedo. Y además, a diferencia de lo que sucede con muchas otras series patrias, la larga duración de sus episodios no es algo negativo, sino todo lo contrario. Aunque mi único miedo ahora mismo son esas declaraciones de que pretenden que la segunda temporada sea “mas accesible” para todos los públicos, porque eso suena a simplificarlo para tontos… Pero confiemos en que la cosa no llegue hasta ahí y mantenga, si no superan, el nivel de su primera temporada.
Pero no solo de ciencia-ficción, fantasía y superhéroes puede vivir uno (aunque lo he intentado) Better Call Saul fue otra de las grandes sorpresas de este año, sobre todo porque me costaba creer que de una precuela de Breaking Bad protagonizada por uno de los secundarios de la serie pudiese salir algo bueno, pero Bob Odenkirk ha superado todas mis expectativas con su interpretación del hombre que se convertiría en el abogado de Walter White. Sorprendente fue también The Brink, una de las comedias negras con más mala leche que he visto en mucho tiempo y que al mismo tiempo que se gano el favor de los espectadores consiguió cabrear y mucho al gobierno de Pakistán. Aunque para sorpresas del año la de Mr Robot, esta serie que surgió casi de la nada y que ha dejado a todo el mundo con la boca abierta que si no hace que Rami Malek, se lleve un Emmy por su interpretación será porque esos premios están comprados.
Si, el 2015 ha sido un gran año en la televisión, repleto de grandes estrenos, múltiples sorpresas y esa confirmación de que la tele ya puede mirar de tu a tu al cine sin complejos. Con este panorama quizás la única queja que podría tener es que a veces cuesta seguir el ritmo de tanta serie y uno casi desea que se termine algo para poder encontrar tiempo para añadir más series a la lista de visionados. Y visto lo visto solo nos queda esperar que el 2016 sea igual de bueno o incluso mejor, aunque me temo que con el éxito que están teniendo las adaptaciones de comics y ciencia-ficción en la tele me tocara seguir haciendo malabarismos con los horarios para poder verlo todo…