Llega el final de otro año y toca hacer repaso de lo bueno y lo malo, con lo que me toca exprimirme la memoria para recordar a qué estaba jugando yo hace doce meses y por qué merece la pena recordarlo. Pero este año tampoco me tengo que emplear muy a fondo, porque el que realmente se ha destacado sobre el resto es The Witcher 3…
Y es que veníamos de unos años en los que las consolas de «no tan nueva generación» todavía no habían desplegado su potencial y los usuarios de PC seguían viendo como todos los estrenos multiplataforma venían lastrados por ports a medio cocinar que trataban de funcionar también en las viejas consolas. Juegos como Watchdogs acabaron siendo un esperpento absoluto, mientras que estrenos volcados totalmente en la nueva generación como Assassin’s Creed Unity presentaban juegos a medio hacer y repletos de bugs. 2015 por fín rompe esa dinámica con la historia de Geralt de Rivia, un juego que por fín cumplía con las expectativas y salía como un estreno redondo. Es cierto que más de uno se quejó del downgrade gráfico del juego respecto a los primeros trailers, pero con el juego en las manos uno se daba cuenta de que aquello era una bestia parda y el techo gráfico del momento. Nunca se había visto un juego de mundo abierto tan bien recreado, con una historia principal magistral y unas secundarias en muchos casos mejores que la trama principal de muchos juegos de la competencia.
El otro gran estreno del año es Metal Gear Solid V, el juego que salió lastrado por sus propios creadores y que aun así ha conseguido gustar a algunos de los más escépticos. Sin olvidar que sigue teniendo sus problemas, hay que admitir que este Metal Gear es el mejor que ha salido hasta ahora, a pesar de que algunos de sus antecesores fueron bastante más innovadores y suponen piezas más importantes en la historia del medio. No se puede decir que destaque en ningunos apartados ni que su historia sea ninguna maravilla -no deja de ser un Metal Gear- pero el resultado final funciona a pesar de alargar artificialmente su duración obligándote a repetir varias misiones para conseguir el «final» del juego, que a pesar de todo acaba dejándose un cabo suelto del tamaño de un Metal Gear que no se resolverá nunca gracias a que Konami obligó a Kojima Productions a sacar el juego al mercado tal cual estaba.
Y poco más tengo que decir de Metal Gear, vosotros ya sabeis de sobra que no soy el mayor admirador de Kojima, así que el que yo escriba todo esto después de lo que he despotricado creo que es el mejor testimonio para el juego.
Sin embargo, creo que el juego con el que más me he divertido es Starcraft II. Que puede que la historia del modo campaña fuera un poco simple y hasta tontorrona, pero si entras al juego y te lo crees te encuentras un juego divertidísimo con una campaña diseñada de forma magistral, toda una maravilla para los amantes de un género -la estrategia en tiempo real- que hace mucho que fue consumido por los clones de DOTA. No ha sido un final satisfactorio para la historia de Raynor, Kerrigan y Zeratul, pero peor andan en World of Warcraft (en el que para colmo llevan un año sin contenido nuevo y pagando cuotas mensuales) y aun así siguen jugando.
Sin salir de Blizzard y admitiendo que tal vez le he dedicado más horas de lo que me gustaría, no puedo olvidarme de Heroes of the Storm, el supuestamente clon de DOTA que le gusta a los que no les gusta DOTA. Hay que reconocer que es un juego que se va reinventando a si mismo, y que a cada mapa nuevo que sale las reglas del juego van cambiando poco a poco y se nota como en Blizzard tratan de abandonar el modelo de tres calles con una base que destruir al final en favor de objetivos puntuales en el centro del mapa que nos permiten ganar la partida de una forma más eficaz. Es divertido, es gratuito y no te demanda jugar todos los días ni nada parecido, con lo que sin ser ninguna maravilla me parece un juego a tener en cuenta.
Y con este repaso no me gustaría olvidarme de Pillars of Eternity, otro de los RPGs salidos de Kickstarter como Original Sin y que, a pesar de que no cumplió con mis expectativas, me encantaría que sentara cátedra mucho más de lo que lo están haciendo. Soy consciente de que el formato puede resultar arcaico y hasta agresivo para el jugador moderno, pero dado que falsos «juegos retro» como Undertale parecen hacer estragos en la chavalería -sigh- como que no estaría de más que empezaran a disfrutar de un buen RPG que no se basara en repetir siempre el mismo chiste hasta hacerlo perder toda la gracia (si es que alguna vez la tuvo).
Ver para creer.
A todo esto, ¿alguien le ha echado un vistazo a Guilty Gear Xrd, el primer juego de lucha que veo que es capaz de hacer pasar el motor del juego de 2D a 3D sin cambiar por completo el aspecto visual del juego? Arc System Works consiguió hacerlo con un juego que parece dibujado a mano, pero que cuando menos te lo esperas mueve la cámara y te deja claro que se puede mover a 4K de maravilla. Si sumamos a ello que el juego se ha vuelto bastante más accesible para el jugador medio y que ha conseguido mantener la jugabilidad de los juegos de tortas de antaño, tenemos que Guilty Gear Xrd es muy recomendable, aunque sólo sea para ver animación japonesa a 60 frames por segundo.
En la parte negativa tenemos un Batman Arkham Knight que, ports horribles aparte, inexplicablemente decidió cambiar la jugabilidad del 50% del juego en favor del Batmovil, con lo que si no te gusta la mecánica de pegar tiros con la torreta o simplemente no te van los juegos de carreras de tanques, el juego decepciona bastante, ya que ni siquiera tenemos ya a Paul Dini escribiendo una historia (cosa que se nota, vaya que si se nota) que a los lectores del cómic les resultará predecible y a ratos hasta tontorrona. Un final fallido para una serie que merecía mucho más, pero supongo que no se puede tener todo en esta vida y bastante fue ya el milagro de sacar un par de juegos de Batman a semejante nivel.
Otra cosa que no acabo de entender muy bien es la razón de que en este 2015 se hayan juntado tantos sandbox. Desde la versión de PC de Grant Theft Auto V hasta el enésimo Assassin’s Creed, pasando por Mad Max, Batman o hasta The Witcher 3, al que no le gusten los juegos de mundo abierto este año ha tenido que ser una tortura. La misma serie Fallout ha pasado de ser un RPG a volverse un «juego de mundo abierto», tratando de potenciar éste último aspecto y perdiendo parte de su carácter en el proceso. Podría parecer que para 2016 van a seguir lloviéndonos los sandbox, pero dejando de lado los Elite, Star Citizen y No Man’s Sky, los estrenos del nuevo año como Deus Ex no parecen ser sandboxes, con lo que esperemos que 2015 se quede como una anomalía. Cierto es que UbiSoft nos traerá otro Assassin’s Creed y hasta una nueva entrega de Far Cry situada en la prehistoria, pero el año que viene nos traerá la segunda parte del reboot de XCOM, Street Fighter V, el ya mencionado Deus Ex, la segunda parte de Original Sin, Dishonored 2, Doom 4… Vamos, que parece que vamos a tener más variedad de géneros y hasta juegos como Mafia III parecen querer seguir profundizando más en el aspecto dramático y menos en el mundo abierto.
Y esto es todo lo que han dado de sí los videojuegos este año. Para algunos ha sido un año excelente, para otros la nueva generación sigue sin arrancar, lo cierto es que después de las grandes decepciones de 2014 podría decirse que este año podemos estar satisfechos porque han salido por fín algunos juegos más que buenos. A ver si sigue la racha…