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El espíritu de la rata: Datak Tarr

Cada temporada que se acababa Defiance -una serie que ya va por la tercera temporada- me encontraba siempre rascándome la cabeza y preguntándome por qué sigo viéndola, quedándome un tanto frío respecto a si quiero que haya tercera temporada o no. Pero este año me ha pasado algo distinto, este año me he dado cuenta de que Datak Tarr es el puto amo y es mi ídolo, a pesar de que la serie en ocasiones vaya de lo aburrido a lo simplemente malo.

Datak Tarr, el genio de la supervivencia arrastrada.

Defiance es una serie que cuenta como unos alienígenas se quedan sin planeta y deciden okupar la Tierra, con lo que se acaban pegando con los humanos y unos treinta años después ambos bandos se han repartido la tierra entre ambos bandos. Defiance nos cuenta como en la antigua San Luis (una ciudad yanqui en la que no hay nada más que un arco gigante, que vete tu a saber a santo de que lo han creado) tratan de convivir humanos y alienígenas junto a un yacimiento de un mineral raro alienígena que ahora crece por la zona (cosas de que los alienígenas trataran de terraformarnos a su manera y dejaran la cosa a medias). Datak Tarr es uno de los alienígenas de Defiance, y para cuando empieza la serie es algo así como el señor del crimen del pueblo.

Datak y su familia. El emo ese de la izquierda es su hijo, un tipo demasiado soso como para ser hijo de Datak.

En la primera temporada Datak era algo así como un villano secundario que se pasaba el día dándose baños junto a su mujer, Stahma. Datak tenia a su esposa con la pata quebrada y mantenía una guerra encubierta con los McCawley, una familia de mineros humanos que veían muy mal sus tejemanejes para hacerse con el control de la alcaldía del pueblo. La verdad es que Datak en la primera temporada no es nada más que un trepa que poderes más altos que el manejan a placer, pero ya en ese momento el espíritu de la rata lo dominaba de vez en cuando: porque cuando a Datak Tarr lo pones contra la espada y la pared, se vuelve muy loco. Y muerde.

«-¡Que estoy muy locoooooo!»

Para la segunda temporada Datak ha caido los más bajo posible y hasta su mujer le disputa su liderazgo sobre su imperio criminal. Pero Datak es uno de esos hombres que se ha hecho a si mismo, y tras mil peripecias y una extraña amistad con el médico del pueblo, consigue reestablecer su matrimonio y su posición en la sociedad. La serie era entretenida y Datak cada vez estaba más enajenado, pero al final de la temporada todavía pensabas que le faltaba algo.

«-¡Yo soy tu padre!»

En la tercera temporada las cosas se ponen muchísimo más divertidas: Datak y su mujer son capturados por un alienígena que parece salido de una película de Mad Max que los fuerza a trabajar para él como espías dentro de Defiance. Datak no tardaría en ser descubierto, con lo que la alcaldesa de Defiance le ofrece un trato: si haces un ataque suicida contra el tipo ese salido de Mad Max y salvas el pueblo entero, te perdonaremos a tí y a tu mujer. Datak acepta para «recuperar su honor», pero si estamos hablando de Datak Tarr estamos hablando del espíritu de la rata, y cualquier cosa es buena para sobrevivir.

En la serie también salían todos estos, pero son muy sosos y deberían quitarlos.

El plan consistía en detonar las barreras de energía que rodean Defiance sobre el malo de Mad Max, pero para canalizar esa energía se necesitaba poner una baliza justo en la jeta del tipo a reventar. Como la baliza iba a ser detectada por la seguridad enemiga -y aquí llega la parte suicida del plan- Datak la llevaría implantada quirúrgicamente en su cuerpo. Así que Datak finge escaparse de Defiance y le jura lealtad al malo de Mad Max, que en un principio no se fía de él. Datak, como acto de lealtad absoluta, le dice que haría cualquier cosa por el y para demostrarlo se corta su propio brazo. El Inmortal Joe de baratillo -además de descojonarse ante lo que ve- se queda impresionado, y hasta le deja a Datak ir a hacerse unas curas. Para cuando se dan cuenta de que el brazo cercenado esta pitando Datak ya ha corrido lo suficiente como para huir de la onda expansiva de la explosión, con lo que la rata volvió a sobrevivir.

Immortal Joe dándole un masaje a Datak Tarr, porque se lo ha ganado.

Unos episodios más tarde Datak ya tiene su propio brazo biónico y ha recuperado todo su status en el pueblo, pero tiene la mala suerte de que unos alienígenas más chungos que el lo han encerrado en su despensa para comerselo. Durante su cautiverio, Datak va viendo como van trayendo más y más gente y se la van merendando, con lo que se cansa y les pide que se lo coman de una vez, así que los alienígenas lo sacan de su jaula y empiezan a rodearlo como una manada de hienas. Datak mira a su alrededor y, según va a hincarle el diente el primer alienígena… ¡Saca una garra de su brazo biónico al más puro estilo Lobezno y se la clava entre ceja y ceja! Los alienígenas, estupefactos ante lo que acaba de pasar, son incapaces de reaccionar cuando Datak Tarr se larga corriendo, dejando a todos los prisioneros abandonados. Y no os creais que el hombre fue corriendo a avisar al pueblo de que se estaban merendando gente, la rata huyó exclusivamente para salvar su propio pellejo…

No tiene la gracia de Hugh Jackman, ¡pero para trinchar caníbales vale de sobra!

Para cuando leáis estas lineas la tercera temporada de Defiance ya habrá terminado, y ya podremos saber cual será la última locura de Datak Tarr. Las audiencias de Defiance no van muy bien -la serie pretendía ser el buque insignia de Syfy, con un MMO a juego y tal pero nunca ha conseguido destacar- así que no sé si habrá cuarta temporada. La verdad es que poco me importa lo que hagan Joshua Nolan y su hija Irisa (los supuestos protagonistas de la serie), pero tengo que admitir que estoy deseando ver hasta dónde podría llegar Datak Tarr en un par de años más…

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