El estreno de Star Wars: Rebels fue una de las sorpresas más agradables del pasado año y la confirmación de que igual no era tan malo eso de que Disney hubiese comprado los derechos de la famosa saga. La serie se alejaba de la era de las precuelas, recuperando el espíritu de la saga original con este pequeño grupo de rebeldes enfrentados a un omnipresente Imperio y sirviendo como preludio para el regreso de la saga a la gran pantalla. Y de entre todos los personajes de esta nueva serie, destacaba el segundo al mando del grupo, un cínico pero noble contrabandista llamado Kanan Jarrus, alguien que en otra vida fue un aprendiz de Caballero Jedi a quien las Guerras Clon y la victoria del Emperador obligaron a ocultar su identidad hasta ahora… Y ahora en las páginas de Kanan: The Last Padawan, vamos a descubrir de la mano de Greg Weisman y Pepe Larraz como fue el origen de aquel joven Padawan que solo deseaba convertirse en Caballero Jedi…
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana… Las Guerras Clon se encontraban en su punto álgido y la victoria por parte de la República parecía segura. Los esfuerzos de la Orden Jedi al mando de los clones habían hecho retroceder a los enemigos de la democracia, planeta tras planeta, sector tras sector, las victorias se acumulaban y parecía que la paz estaba a la vuelta de la esquina. Pero esa inminente victoria había costado mucho y los Jedi se habían visto obligados a movilizar incluso a sus aprendices. Caleb Dume era uno de ellos, quien pese a la guerra que le rodeaba disfrutaba de la emoción y aventura en la que se encontraba inmerso luchando por el bien junto a sus amigos clones y su maestra Depa Billaba. Pero esa victoria estaba punto de hacerse añicos por culpa de la traición del Canciller Palpatine.
Con todos los Jedis y sus aprendices movilizados por la galaxia y rodeados de las leales tropas clon que en secreto solo le servían a él, Palpatine dio la Famosa Orden 66 y comenzó la destrucción de la Orden Jedi. En ese momento la vida del joven Caleb, todo aquello en lo que creía, fue destruido. Aquellos hombres, aquellos amigos, junto con los que había luchado codo con codo habían traicionado todo aquello que decían defender, y solo el sacrificio de su maestra le impidió sufrir el mismo trágico destino que el resto de sus compañeros Jedis, pero quedándose solo y desamparado en el universo.
Con la Orden destruida y la advertencia de Obi-Wan a los escasos supervivientes de no regresar a Coruscant y ocultarse para escapar de las garras del recién proclamado Emperador, Caleb se quedo completamente solo en una galaxia que ahora le consideraba un enemigo. Todo ello obligo a Caleb a abandonar las enseñanzas que le habían guiado toda su corta existencia y a embarcarse en un nuevo estilo de vida que le permitiese sobrevivir en estos turbulentos primeros días del recién nacido Imperio Galáctico…
Que Greg Weisman es muy bueno escribiendo no es algo que vayamos a descubrir ahora, en su trabajo en televisión ha demostrado siempre que en esto de contar historias o en el tratamiento de personajes es uno de los mejores, y en el mundo del coci no ha sido diferente. Es difícil no sentir el pánico y la desesperación del pequeño Caleb al ver como todo lo que daba por sentado desaparece ante sus ojos en cuestión de segundos y como tiene que renegar de las enseñanzas y habilidades que le habían inculcado sus maestros para poder tener alguna esperanza de sobrevivir. Weisman nos muestra poco a poco como Celeb se ve obligado a cambiar radicalmente su forma de ser y de actuar y como todo eso le llevara a convertirse en el adulto Kanan Jarrus que hemos conocido en la serie de televisión. Weisman demuestra conocer al personaje de arriba abajo y pese a que por el contexto de la serie ya sabemos que a Caleb no le pasara nada especialmente grave y que llegara a ser adulto, de momento está consiguiendo que esa transición resulte interesantísima y emocionante.
Pero si el trabajo de Weisman es bueno, lo de Pepe Larraz ha sido simplemente impresionante. Este admirador de Moebius, de cuyo trabajo ya había podido disfrutar en los comics de Marvel, especialmente cuando le toco colaborar en Thor sustituyendo al gran Pascual Ferry, ya había demostrado que tenía un gran futuro por delante, pero es que ha conseguido romper todas las expectativas que tenía. En esta serie, quizás por no tener que adaptarse al estilo del dibujante al que sustituye, se ha soltado como no le habíamos visto hacer hasta ahora. Composiciones de pagina bastante atrevidas, escenas de acción dinámicas, un dominio del lenguaje corporal y la expresividad facial que ya querrían muchos autores de renombre tener para sí… Está claro que Pepe Larraz es un dibujante cuya carrera habrá que seguir muy de cerca.
Visto lo visto espero que Kanan siga en las manos de Weisman y Larraz y podamos ver con calma y con toda la calidad desplegada hasta ahora la evolución del personaje hasta el momento en el que le toco volver a ser un Jedi. Y es que si algo ha dejado claro Marvel/Disney con sus nuevos lanzamientos es que pese a la incertidumbre inicial, el universo comiquero de Star Wars, con todos mis respetos a Dark Horse, está en buenas manos. Eso sí, espero que un día les dé por hacer un poco la vista gorda con eso de olvidar el viejo universo expandido y me devuelvan a Jahan Cross…