Howard el pato, la genial creación de Steve Gerber y Val Mayerik, fue uno de los personajes más irreverentes de la Marvel de los setenta e incluso fue el protagonista de una de las primeras adaptaciones de la editorial a la gran pantalla (aunque eso casi mejor olvidarlo). Con el tiempo Howard fue dejado de lado por culpa de los problemas de Gerber con Marvel a cuento de los derechos de autor del personaje y por la ahora irónica demanda de Disney que afirmaba que Howard se parecía demasiado a Donald. Pero Howard nunca desapareció del todo y regreso ocasionalmente, hasta que ahora y gracias a haber aparecido en el reciente éxito de Guardianes de la Galaxia, ha recibido una nueva oportunidad en forma de serie regular. Y un personaje como este difícilmente podría haber caído en mejores manos que las de Chip Zdarsky (y también de Joe Quinones), un moderno hombre del renacimiento capaz de dejarnos con la boca abierta, dibujando, escribiendo o sencillamente siendo el mismo en Twiter, y que ha abandonado su carrera de periodista para dedicarse en cuerpo y alma al comic. ¿Qué podía salir de una combinación como esta? Pues uno de los comics más divertidos que Marvel ha publicado en mucho tiempo.
La vida de Howard no ha sido fácil desde que fue arrancado de su hogar y quedo atrapado en un mundo que no es el suyo pero al que ya se ha acostumbrado, la tierra 616 (¿sigue existiendo eso?) del Universo Marvel. En los años transcurridos desde entonces Howard ha visto y hecho de todo, se ha enfrentado a hechiceros y demonios, a vacas vampiras a invasores alienígenas y supervillanos, ha formado equipo con algunos de los más grandes héroes de la tierra ha encontrado el amor y su sentido común se ha visto puesto a prueba por el mundo loco en el que vive. Pero ahora Howard se enfrenta al mayor desafío de toda su vida, algo para lo que puede que ni todos sus años y experiencias en la tierra le hayan preparado, conseguir que su nueva carrera como investigador privado llegue a algún lado.
Chip Zdarsky se ha convertido en muy poco tiempo, gracias sobre todo a su colaboración con Matt Fraction en Sex Criminals, en una de las nuevas estrellas del mundo del comic más deslumbrantes y en la mejor creación de Steve Murray, ese periodista canadiense que un día decidió que hacer comics era más divertido y mas rentable que escribir en un periódico. Pero su fama no se debe solo a su talento con el lápiz, ya que si bien Zdarsky es un dibujante notable, son su peculiar personalidad y su corrosivo sentido del humor no apto para todos los públicos lo que le han convertido en todo un personaje. Todo esto le convertía en uno de los candidatos más apropiados para relanzar a Howard el Pato, y el que su primera historia haya sido una ¿secuela? ¿precuela? de la escena post-créditos de una película demuestra que la decisión fue más que aceptada.
En sus manos Howard ha recuperado la mala leche, el sarcasmo y el sentido de la ironía que hacía tiempo que no le veíamos desplegar con tanta intensidad y le está llevando a los recovecos más ridículos y absurdos del Universo Marvel permitiéndonos verlo como pocas veces podemos hacerlo. Ningún personaje es sagrado ni está a salvo de pasar por el filtro de Chip. Y es que aunque solo sea por el tratamiento, o más bien maltrato, que está recibiendo Spiderman en la serie ya vale la pena darle una oportunidad.
Pero como dibujar Sex Criminals parece consumir todo el tiempo que Chip puede dedicar al dibujo, recae en las manos de Joe Quinones el dibujar estas nuevas desventuras del segundo pato más famoso de Disney (la de vueltas que da la vida) Desde que leí la novela grafica Black Canary and Zatanna: Bloodspell he sido un rendido admirador de Quinones y como no podía ser de otra forma su trabajo aquí no ha defraudado. Conseguir que un pato antropomorfizado sea expresivo no es fácil, pero Quinones hace que lo parezca. Tampoco parece resultarle difícil plasmar sobre el papel ninguna de las ideas absurdas o los escenarios ridículos en los que su compañero de fatigas lanza al pobre Howard, demostrando en cada página que es uno de esos dibujantes cuya carrera hay que seguir muy de cerca.
Si, puede que Marvel ahora mismo no esté en su mejor momento, que los eventos ya no provoquen más que cansancio y que los constantes relanzamientos y espantadas de autores puedan acabar alienando al lector. Pero mientras queden pequeñas joyas como este Howard el Pato en los márgenes mas apartados del Universo Marvel y autores como Chip Zdarsky dispuestos a no tomarse nada demasiado en serio aun nos quedara esperanza. Excepto si eres Spiderman, si eres el solo te quedara llorar.