La semana pasada me dejaron sin Batman. Iba yo a dejar que mi tiempo lo consumiera la cruzada contra el crimen de Bruce Wayne, cuando resulta que a los señores de WB se les ocurrió encargar el port a un equipo reducidísimo de personas y el juego salió hecho unos zorros. Y claro, yo estaba cabreado porque tenía mono de ser un detective, así que me hice con el otro juego de detectives que salió ese día: Her Story.
Así que me puse a jugar al juego con la actitud de un Batman desquiciado en un interrogatorio. Mi ira no llegaba al nivel Frank Castle, pero si que estaba deseando golpear contra la mesa la cara de la interrogada al grito de WHERE IS SHE? al más puro estilo Christian Bale. Pero poco a poco me fui calmando más y más, llegando a un estilo Conroy, un estilo Batman. Me fuí fijando en los detalles, tomando pistas y empezando a olerme la verdad. Y pronto no era ni Bullock ni Montoya, ni siquiera Adam West, acabé siendo el Jim Gordon de Gotham. Porque el guión de Her Story es digno de Shyamalan, con todo lo que eso conlleva.
Her Story se supone que es una historia de detectives «desordenada». Mediante un ordenador de hace unos veinte años, tienes que explorar distintas grabaciones de video (yo viví aquellos tiempos y os aseguro que la calidad del Full Motion Video era bastante peor) que la policía grabó durante los interrogatorios a una mujer durante el verano de 1994. En un principio ni siquiera sabes por qué se la interroga, sólo conoces detalles y fragmentos de distintos días. La base de datos nos dejará buscar palabras sueltas que nos darán como resultado distintos fragmentos de video, que a su vez nos darán pistas de que otras palabras clave buscar para conseguir deducir que es lo que ocurría en realidad.
Llegados a cierto punto, el juego nos preguntará si hemos descubierto que ha pasado, y si le damos una respuesta afirmativa saltarán los créditos y se acabó. Da igual que lo hayas adivinado durante los primeros minutos de la partida, el juego decidirá cuando cree que has acabado y te mereces esos créditos. Después te dejará continuar la partida para conseguir juntar todos los videos que te falten, pero en realidad poca cosa más vas a descubrir. Her Story es un juego de esos hechos a base de videos que tanto se empeñaron en vendernos en los orígenes del CDRom, y aunque probablemente sea mejor que la mayoría de aquellos juegos de MegaCD y demás, su profundidad no va mucho más allá. Lo han comparado con Memento y demás joyas del «cine desordenado», pero Her Story sólo es una curiosidad, «otra experiencia», otro juego de o lo odias o lo adoras. A mí me gustó Gone Home, Dear Esther no me pareció gran cosa y The Stanley Parable era cachondo y hasta te hacía pensar, pero tampoco me pareció que fuera un giro copernicano en los videojuegos.
Tal vez mi problema con Her Story es que adiviné de que iba el juego demasiado pronto, que tuve suerte con las palabras clave que introduje y saqué demasiado pronto la verdad. Llegados a ese punto ya te da igual lo que pasara en Oxford o lo mucho que sufrió fulanita durante su embarazo, en el momento en el que la interrogada se pone a cantar una canción en mitad de la sala de interrogatorios ya sólo quieres apagar el juego y mandarlo al cuerno. No os voy a decir que no os recomiendo el juego -al fín y al cabo esta tirado y te lo acabas en tres patadas- pero si que os puedo decir que no es el juego de detectives que os estabais esperando. Hay misiones de The Witcher 3 con misterios más complicados y más interesantes, y espero que Arkham Knight -en el momento en el que la providencia decida que merezco jugarlo- esté a la altura. Que va a ser que no, pero bueno…