Heroes of the Storm es el MOBA que no es un MOBA y que le gusta a la gente a la que no le gustan los MOBAs. A más de uno le puede parecer un perfecto lío, pero voy a intentar explicarlo todo lo claro que pueda…
De Blizzard por lo menos hay que verse las intros.
Los Massive Online Battle Arena es un género que nació a partir de un mapa creado por fans de Warcraft III. El mapa en cuestión -Defense Of The Ancients (DOTA)- cambiaba las reglas del juego original haciendo que cada jugador tuviera una sola base de la que saldrían columnas inacabables de soldados que avanzan en linea recta hacia la base del rival. Cada jugador tendría control directo sobre una sola unidad -el héroe- que a su vez poseía distintas habilidades y niveles de experiencia. DOTA tuvo tanto éxito que acabó convirtiéndose en un género en si mismo, el MOBA. Así, cuando años después se crearon los clónicos de DOTA como League of Legends, muchos de los personajes de dichos juegos recordaban sospechosamente a los Sylvanas, Tyrande y Arthas de Warcraft III. Y precisamente éso es lo que parece ofrecer Heroes of the Storm…
Murky, la venganza del pueblo murloc.
Porque HotS no es un MOBA exactamente, o por lo menos rompe muchas de las leyes del MOBA. Mientras que en otros juegos los niveles de experiencia llevan a complicadas ramas de talentos o a la recolección de dinero por el escenario para la compra de equipo o pociones, en el juego de Blizzard la experiencia es la misma para todo tu equipo y te da acceso a cuatro posibles mejoras a cada nivel, simplificando la progresión del mismo porque tampoco requiere equipación u objetos. Para colmo, el juego rechaza de plano todo individualismo y todos los logros del juego son compartidos por todo el equipo, con lo que no hay una recompensa individual por conseguir un objetivo y así se evita peleas por «robar un mob» o algo parecido. Se prima el choque directo con el equipo contrario y se busca que los jugadores vayan juntos en dichos choques, premiando constantemente el juego en equipo cuanto más avanza la partida. Porque esas mismas partidas siempre son rápidas y buscan evitar en lo posible las conductas derrotistas, impidiendo al jugador desconectarse si va perdiendo la partida y obligándolo a llegar hasta el final porque -y esa es una de las mejores partes del juego- el resultado puede dar un vuelco en cualquier momento.
Y es que lo que parece haber preocupado más a Blizzard a la hora de hacer este juego es el cargarse todos los tópicos de las comunidades tóxicas de los MOBAs, con jugadores individualistas que pasan del grupo y van a su bola, con jugadores que compiten con sus compañeros de equipo por los mismos objetos, con partidas eternas que van sacando de quicio a muchos jugadores hasta convertir el chat del juego en una retahíla de tacos e insultos… Por eso nace con la intención de no ser un MOBA como los demás y gustarle a la gente a la que no le gusta el género, porque muy inteligentemente Blizzard se ha dado cuenta de que los fans del DOTA 2 o League of Legends ya tienen su juego de referencia y ya están gusto con lo que les dan. Así, en este juego en apariencia mucho más simple acaba sorprendiendo por su flexibilidad, por su capacidad de hacer que nuestros personajes funcionen de una forma al principio de la partida para que su rol cambie a mitad de la misma. Para cuando nuestros personajes desbloquean a nivel 10 su habilidad «heroica», nuestra forma de jugar pasa de lo individualista a requerir casi obligatoriamente que juguemos siempre en manada, porque nuestra supervivencia depende de ello y la penalización por morir cada vez es más alta.
Tengo que decir que, junto a Diablo III, HotS probablemente sea el peor juego de Blizzard de los últimos 20 años. No es nada original y no deja de ser un intento de trasladar a los personajes de Starcraft, Diablo y Warcraft a un entorno MOBA y tratando de hacer que se jueguen lo más parecido a sus juegos originales, pero aun siendo de lo peor sigue siendo un gran juego; al fín y al cabo es Blizzard, y son expertos en copiar bien y hacer que funcione, en el que los juegos sean fáciles de jugar pero difíciles de dominar. Eso sí, no me acaba de gustar su política de «monetización» ya que monturas y skins de los personajes hay que pagarlos con dinero real y se pierde mucha de la gracia de coleccionar modelitos a base de ganar partidas. Sin embargo si que es verdad que uno puede ir jugando partidas y acabar comprándose un puñado de personajes con los que echarse unas cuantas partidas tranquilamente, con lo que no creo que esto haya hecho daño al juego en sí. No es tan buen free to play como Hearthstone, pero ya se sabe que eso esta cambiando porque de ese juego ya se ha anunciado el primer skin que sólo se puede comprar con dinero real. En fín, que esto es como Google, que eran muy majos hasta que tuvieron éxito y procedieron a dominar el mundo…