A estas alturas ya es un secreto a voces, pero Brainstomping esta hecho especificamente para putearnos entre M’Rabo y yo. Así que si ayer estaba yo quejandome de tener que leerme la morralla de Secret Wars y hablaba de que iba a hacer un post de impresiones del Witcher 3 -que se habría resumido en un «JUEGAAAZOOOOOOOO»-, hoy he decidido fastidiarle la exclusiva a M’Rabo y hablar de Supergirl. Y mejor para vosotros, porque su post sería un recap marranero y el mío es una sesuda crítica que enriquecerá vuestro espíritu. O igual acabo como siempre cagándome en todo, que todo puede ser.
Supergirl es un caso extraño, otra de esas licencias de DC que acaba apareciendo en un canal que no es la CW, aunque en esta ocasión la producción corre a cargo de la misma gente que desarrolló Arrow y Flash y el riesgo de catástrofe no es tan grande como en el caso de Gotham. La nueva serie aparecerá en la CBS, un canal que durante los 70 llegó a ser conocido como «la tele de los superhéroes» cuando llenó su parrilla con series como Amazing Spider-Man, Wonder Woman o el Incredible Hulk de Bill Bixby. Durante los 80 y 90 CBS seguiría apoyando el género con Superboy y Flash, pero el fracaso de esta última -que poco podía hacer compartiendo horario con Los Simpson y La Hora de Bill Cosby- hizo que el canal abandonara su interés en este tipo de proyectos. Los personajes de DC seguirían apareciendo en series como Lois & Clark (ABC), Birds of Prey o Smallville (CW) con desiguales resultados, pero no sería hasta bien entrado el siglo XXI cuando los canales de TV, viendo el éxito del género en el cine, empezaron a interesarse de nuevo por los superhéroes. NBC trataría de crear sus propios personajes con series como Heroes o The Cape, además de interesarse por recuperar Wonder Woman -serie que no llegaría a realizarse porque el piloto era lamentable-, mientras que CW sacaría adelante las ya mencionadas Arrow y Flash. Por su parte ABC sacaría adelante Agentes de SHIELD y de repente todos los canales de TV de EEUU parecían tener una serie de gente con superpoderes, y parecía un poco extraño que CBS, el antaño conocido como canal de los superhéroes, fuera el único que no siguiera esta tendencia.
Y así hemos llegado a Supergirl, una serie realizada por Berlanti Productions para WB TV que se emitirá la temporada que viene en CBS. Vaya por delante que esta serie no viene producida por el equipo de las de la CW, con Berlanti, Kreisberg y Guggenheim, si no que en este caso se prescinde de este último en favor de Ali Adler, veterana de series como Chuck y Glee. Y es que Supergirl pretende exportar el éxito de Flash al prime time generalista, tratando de hacer una serie de superhéroes que atraiga al público femenino (Kara liga a través de una página de contactos y se preocupa por que va a llevar puesto, eso no lo verías en Arrow). Con el piloto en las manos es pronto para saber si tiene posibilidades de conseguirlo, pero merece la pena echarle un vistazo para tratar de intuir por dónde pueden ir los tiros:
Seamos claros, el mayor problema que tiene este piloto es que no pueden sacar a Superman, y eso le resta verosimilitud. En la intro de tres minutos se nos cuenta el origen precrisis de Supergirl, con ella llegando cuando Superman ya está por ahi desfaciendo entuertos y tratando de adaptarse a la vida moderna. La diferencia con el original está principalmente en que Supergirl es una niña al llegar a la tierra y los Danvers tienen ya una hija biólogica al adoptarla, mientras que en la historia original creada por Otto Binder y Al Plastino en 1959 Kara ya era una adolescente de acero hecha y derecha que se pasa una buena temporada en un orfanato antes de ser adoptada por los Danvers. Y si en el original Superman ejercía una tutela «relajada» sobre Kara, en la serie Superman parece haberse desentendido del todo de ella, dando por supuesto que con su mera presencia en el mundo ya esta cubierto el cupo de superhéroes para todo el planeta y sin preocuparse de visitar a la familia (y todos sabemos que a Superman su familia nunca le ha importado una mierda, como que se pasa el día meándose en la tumba de Jonathan Kent). Y así es como la historia arranca 10 años después, con una Kara veinteañera -Melissa Benoist- que trabaja para la versión «El Diablo se Viste de Prada» de Cat Grant, que ahora es la líder de un grupo mediático que echa a la calle a todo el personal de un periódico sin el menor complejo.
Sí, en realidad estamos viendo una repetición del esquema clásico de la identidad secreta de Superman, y si esto ya quedaba claro con la Kara tímida y apocada que nos presentan desde el minuto uno (y que por cierto lleva gafas pese a no necesitarlas, porque en ese momento ni se plantea tener una doble identidad), se recalca cuando el nuevo fotógrafo de la compañía es nada más y nada menos que Jimmy Olsen, aunque su personalidad la tendrá otro personaje. Es cierto que hasta aquí llegan las similitudes, porque Kara tiene un compañero de trabajo/confidente friendzoneado -¡este si que es Jimmy Olsen!- y es la primera persona a la que le cuenta su doble identidad en cuanto se pone a hacer de superhéroe (¡y todo para que le diseñe un traje!), además de tener una hermana que resulta pertenecer a una especie de Men in Black creado por el gobierno de EEUU como reacción a la existencia de Superman y la posibilidad de que detrás de él vinieran un monton de alienígenas menos benevolentes. Dicha agencia viene a ser una especie de SHIELD/Checkmate dirigido por un machista trasnochado llamado Hank Hensaw, más conocido en el universo DC como el Superman Cyborg, uno de los villanos principales de La Muerte/Resurrección de Superman. Y claro, siendo Hank como es, no dejas de preguntarte si no estamos ante una repetición del Harrison Wells de Flash…
Pero como decía, es pronto para juzgar a la serie sólo con el piloto. Si nos podemos quejar y patalear a gusto porque no tiene ningún sentido que Superman no le enseñe a luchar a Kara, y se limite a regalarle la manta kriptoniana en la que vino envuelto a su llegada a la tierra. Superman parece haber decidido que lo mejor que puede hacer para tener una buena relación con su prima es no tener contacto con ella y enviarle como intermediario a Jimmy Olsen. Estamos hablando de un tipo capaz de plantarse en cualquier lugar del planeta en una fracción de segundo, y tiene que mandarle un intermediario a su prima en su primera semana como superheroína. Más vale que dentro de un par de episodios nos expliquen que tiene la gripe kriptoniana o algo parecido, porque si no esto no tiene ningún sentido…
Y ya dejando de lado la historia, podemos hablar de un producto que visualmente busca los mismos objetivos que Flash, sin comerse mucho la cabeza en la fotografía y prescindiendo de los complejos a la hora de mostrar a Supergirl volando. Ya no estamos en los tiempos de Lois y Clark con Superman levantando la capa y alejándose por un lateral del plano, ahora a la pobre Melissa Benoist la cuelgan constantemente de un arnés y da más vueltas que un tiovivo. Para colmo, y dejando de lado algún que otro puñetazo, el estilo de lucha de esta Supergirl parece sacado del libro de estilo de M.Bison, y se basa en lanzarse de cabeza en plan Psycho Crusher o con los pies; ¿entendéis ahora porque hace falta que Superman la enseñe a pelear?
Los actores están como los de cualquier piloto, tratando de hacerse con su personaje a golpe de tirar de estereotipo sin preocuparse de ir más allá. Aun así en el caso del personaje de Kara tenemos que darnos cuenta de que Melissa Benoist esta haciendo una curiosa mezcla entre el Clark Kent de Christopher Reeve con Bridget Jones, añadiéndole al papel de Supergirl la alegría que le imprime Grant Gustin a su personaje de The Flash. Insisto que es pronto para juzgar el trabajo de esta gente; personajes que en el piloto de Flash se arrastraban sin ninguna gracia como Iris West poco a poco empezaron a reflotar a medida que los guionistas empezaron a darle más material a los actores sobre el que construir su trabajo.
Sin embargo y visto lo visto, Supergirl no deja de ser un paso atrás respecto a lo ya visto en Flash, y es que no podemos olvidar que en el piloto de Flash el villano creaba tornados y en el de Supergirl no deja de ser un marciano psicópata con un hacha (aunque se supone que es Vartox). Sin embargo, la falta de complejos nos hace ser optimistas sobre si la serie podrá explotar su potencial tal y como han empezado a hacerlo Arrow y Flash, y eso no deja de ser una muy buena noticia. Ahora sólo falta esperar a que se «filtre» también el piloto de Legends of Tomorrow…