Si hay algo que no falta nunca en la parrilla televisiva son los procedimentales policiacos con un protagonista peculiar que suele ser el mejor en lo que hace, Castle, el Mentalista, Elementary, Forever… Es rara la cadena que no tiene una o varias de este tipo de series en antena ya su estilo de episodios autoconclusivos fácil de seguir hace que el público no se canse de ellas, algo de lo que yo mismo soy culpable. Pero por mucho que me suelan gustar este tipo de productos me resistía a añadir una más a mi ya extensa lista de visionados semanales. Pero cuando se estreno Backstrom me decidí a darle una oportunidad ya que guardaba un buen recuerdo del papel de su protagonista, Rainn Wilson, en The Office. Una vez vistos sus primeros episodios puedo decir que me he encontrado con una serie que si bien ni sorprende ni aporta nada nuevo al panorama televisivo, es un buen entretenimiento sin complicaciones bastante divertido.
El teniente Everett Backstrom, líder de la unidad especial de crímenes de la policía de Portland, es un misántropo, con un pie en la tumba debido a sus malos hábitos autodestructivos, fumador, bebedor, maleducado, vulgar, grosero, malhablado y políticamente incorrecto con el que es muy difícil lidiar, pero también es un detective condenadamente bueno. Aunque sus métodos son muy poco ortodoxos y rozan la ilegalidad, ya que para Backstrom las normas del departamento son mas una sugerencia que una obligación, lo que obliga a sus compañeros a ir detrás de él para asegurarse de que todo se haga de la forma más legal posible, al menos sobre el papel, pero siempre consigue resultados y atrapa al culpable.
Si, como creo que ha debido quedar claro, Backstrom no va a revolucionar el género y probablemente en unos años ni nos acordemos de esta serie, pero es divertida y Rainn Wilson consigue llevar bastante bien el peso de la serie con un personaje que alterna la antipatía con la ternura. Y es que pese al rudo exterior de su personaje, Backstrom es un hombre vulnerable y algo cobarde al que los traumas de su pasado lo han llevado a querer mantener a la gente a distancia, para lo cual se ha creado esa fachada que ha hecho que algunos espectadores consideren al personaje machista, racista y homófobo, algo que cualquiera que vea la serie se da cuenta de que no es así ni por asomo.
Como suele suceder en este tipo de series, todo el peso de la misma recae en el carisma de su protagonista, ya que esta fórmula esta más que vista y la resolución de los casos se suele ver casi desde el principio. Pero hasta el momento Rainn Wilson está consiguiendo mantener el nivel con este policía que, si bien está basado en el protagonista de una serie de novelas policiacas del escritor Sueco Leif G. W. Persson, con su brusco y antipático caparazón, parece deberle muchísimo mas al House de Hugh Laurie, lo que no es una mala inspiración precisamente. Y si tuviese que criticar algo de la misma serie ese “latiguillo” del personaje que repite mas de la cuenta cuando se pone en el papel de un sospechoso y que espero que moderen en sucesivos episodios.
Lo dicho, esta serie no aporta nada que no aporte cualquier otro procedimental mas allá de ver el gran trabajo de Rainn Wilson y sus compañeros. Pero al menos en mi caso, habiéndome quedado hace poco sin el Mentalista, Parks and Recreation y habiéndome despedido hasta el año que viene de Sleepy Hollow y Star Wars: Rebels, tenia más de un hueco a rellenar en mi “horario” y para algo así, para un entretenimiento sin compromiso con el que pasar 40 minutos distraído, esta serie cumple de sobras.