Dos años después del final de Breaking Bad, Vince Gilligan regresa a ese universo de ficción para contarnos algo más de la vida y milagros de uno de los secundarios más queridos de BB, el abogado Saul Goodman. En “Better Call Saúl” seremos testigos de las venturas y desdichas de Saúl y descubriremos como fue su vida antes, durante y después de haber entrado en ella cierto profesor de química caído en desgracia… ¿Sera capaz Vince Gilligan de repetir el éxito conseguido con Breaking Bad y evitar que Better Call Saul se convierta en uno de esos spin-offs de los que nadie quiere acordarse de que existieron? Pues teniendo en cuenta sus antecedentes y lo visto en el piloto, tiene toda la pinta de que será así.
Definitivamente Saul Goodman ha vivido tiempos mucho mejores. Tras tener que abandonar su vida, su trabajo e incluso su propia identidad, Saul languidece mientras se oculta de las autoridades y recuerda un pasado que ahora parece mucho más atractivo de lo que quizás fue. Un pasado anterior a aquellos días en los que Saúl era televisivo abogado que en público prometía librarte de cualquier apuro y en privado se dedicaba a blanquear dinero procedente del narcotráfico. Un pasado que ahora resulta muy lejano y en el que Saúl tenía una vida muy diferente, tan diferente que ni siquiera se llamaba Saul Goodman…
Aquí es donde conocemos a James «Jimmy» M. McGill, un abogado brillante que pese a ser todo un embaucador de serpientes capaz de negociar con el mismísimo diablo no consigue que su carrera despegue. Su día a día se reduce a buscar, sin éxito alguno, clientes mientras defiende en el turno de oficio a todos aquellos que no pueden permitirse un abogado a cambio de un salario que apenas le permite sobrevivir. Pero James está convencido de que está destinado a algo más importante, a tener el éxito que la vida le esta denegando, por lo que harto de conformarse con migajas decide tomar el toro por los cuernos e iniciar el lento camino que le acabara llevando al éxito pero también a la perdición…
No es la primera vez, ni será la última, que un secundario de una serie de éxito consigue su propio spin-off. Lo malo es que pese a que hay spin-off que han tenido mucho éxito, tanto o más que la serie de la que derivan, como Frasier, Ángel o NCIS, en otros muchos casos nos hemos dado cuenta de que lo que funcionaba muy bien en pequeñas dosis se puede volver insoportable y cargante cuando el secundario se convierte en protagonista. Recordemos si no el triste destino de Joey Tribiani cuando consiguió serie en solitario… ¡Tu tenias gracia en Friends! Por suerte Vince Gilligan y un inmenso Bob Odenkirk de momento están consiguiendo salir más que airosos en esta nueva aventura en solitario cuyo estreno ha batido todos los records de audiencia de la cadena (más de seis millones de espectadores), por lo que de seguir así me da a mí que los diez episodios de la primera temporada se nos van a hacer muy cortos.
Y es que en esta comedia negra que según su creador es un 85% drama y 15% de comedia Vince Gilligan, y Peter Gould (productor y guionista tanto en BB como en BCS y co-showrunner de esta última, no nos olvidemos de él, nos demuestran que no han perdido su genio que todo lo que hizo grande a Breaking Bad sigue ahí y que siguen siendo de lo mejor que ha pasado por la ya no tan pequeña pantalla. Bob Odenkirk se sale en su papel de James McGill/Saúl Goodman mostrándonos nuevas facetas de este querido personaje y demostrando que parece más que capaz de sostener la serie por sí mismo. Todo ello envuelto en un apartado técnico sobresaliente, aunque esto es algo que Diógenes sabría expresar mejor que yo, pero baste con decir que el cuidado y el talento que se tiene en esta serie a la hora del manejo de los planos, la iluminación o la música entre otras muchas cosas, son de los que nos hacen recordar que hace mucho que la televisión dejo de ser la “hermana pobre” del cine.
Alguno podría decir que quizás me esté precipitando una vez al hablar tan bien de una serie de la que tan solo he visto un episodio, pero creo que en esta ocasión puedo (podemos) estar tranquilos, ya que no podríamos estar en mejores manos. Así que solos nos queda sentarnos a disfrutar de esta serie, de Saúl y de todos esos viejos conocidos que seguro que se irán dejando caer por el despacho de ese abogado cuyos servicios no quieres necesitar…